El principal villano del octavo episodio de The Last of Us es David, un hombre que lidera a un grupo de supervivientes muy devoto. A lo largo del capítulo se encuentra con Ellie y parece desarrollar una perturbadora obsesión con la niña. A pesar de que sabe que ella y Joel fueron quienes acabaron con un miembro de su culto, está empeñado en mantener a la joven con vida. ¿Cuáles eran sus verdaderas intenciones con Ellie?
Todas estas propuestas y la actitud benévola de David esconden unas intenciones mucho más oscuras y depravadas. La máscara se le termina cayendo cuando Ellie lo ataca y lo llama degenerado al darse cuenta de que está sirviendo carne humana a los habitantes del pueblo. Su personalidad da un giro de 180 grados y vemos la horrible verdad cuando forcejea con la joven, diciéndole lo siguiente: “La lucha es lo que más me gusta”. Esta frase indica que el líder del culto tenía intenciones muy perturbadoras que iban más allá de sus tendencias caníbales.
Esta experiencia es profundamente traumática para la joven, ya que su captor intenta manipularla mientras la amenaza con una muerte horrible. Además, en la conclusión del episodio vemos como Ellie mata a David de una forma terrible, apuñalándolo repetidas veces hasta que termina con él. Sin duda, este acto es el momento más violento por el que ha pasado la niña desde el principio de The Last of Us y tendrá un gran impacto en el resto de su vida.
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