La sensación general con Fast & Furious 10 es que está arrasando en los cines de todo el mundo, algo que es verdad si analizamos los números en frío. Sin embargo, no solo hablamos de un más que evidente fracaso en los cines de Estados Unidos. También tendríamos que reflexionar sobre el abultado presupuesto que ha necesitado esta décima entrega, y de lo difícil que resulta que sea rentable a estas alturas.
En una industria que apuesta por invertir cada vez más en películas, es mucho más fácil que una productora fracase. Es lo que va a ocurrir con Fast & Furious 10 una vez termine su recorrido por las salas, a falta de sumar todo lo que pueda conseguir en la venta de DVD y Blu-Rays y en la comercialización en plataformas de streaming: un fracaso que ni el éxito ha podido salvar.
En estos momentos, según datos de Box Office Mojo, Fast & Furious 10 acumula más de 520 millones de dólares en todo el mundo, destacando estas cifras:
Lo habitual en una película es que empiece a ser rentable cuando multiplica por 2,5 o 3 la cifra de su presupuesto. Aquí se encuentra el gran problema de Fast & Furious 10: según reportes, la película habría costado 340 millones de dólares sin contar la brutal campaña de marketing que Universal Pictures ha desarrollado antes y después de su estreno. Es decir, necesitaría entre 800 y 1.000 millones de dólares para que la productora comience a ver beneficios en sus arcas. Y esta meta es imposible de alcanzar analizando la evolución de su recaudación.
Me gustaría saber, por otro lado, cómo es posible que Fast & Furious 10 haya costado 340 millones de dólares, mientras Avatar: El sentido del agua 'solo' necesitase 250 millones de dólares a pesar de un rodaje eterno que se ha prolongado más de una década. Seguramente, gran parte del presupuesto de Fast & Furious 10 haya ido a parar a sus actores, quienes tienen un caché cada vez más elevado. Pero en lo técnico, no hay nada que justifique un coste mucho más elevado que grandes superproducciones como Avatar 2.
Seguramente, si Universal Pictures se hubiera comedido en el rodaje de Fast & Furious 10 y hubiera controlado el caché de su reparto, estaríamos hablando de un nuevo éxito como ha ocurrido con anteriores entregas. Sin embargo, la productora tendrá que confiarlo todo a la venta doméstica y a los derechos de distribución en plataformas de streaming.
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