Me considero alguien MUY fan de los juegos metroidvania (de hecho, la propia saga Metroid es de mis favoritas). Por eso, Blasphemous fue uno de esos juegos que me llamó la atención cuando salió pero que, por darle prioridad a otros juegos, tardé bastante jugar. Tanto, que finalmente me lo compré para Nintendo Switch a principios de este año 2023. Cómo me arrepentí de no haberle dado una oportunidad antes. Me enamoré del juego. ¿Y sabéis qué era lo mejor? Que en ese momento ya estaba anunciado Blasphemous 2.
Así que era consciente de que este año iba a poder jugar a la secuela de la obra que tanto me gustó. No sabía cómo iba a ser, si iba a ser mejor que el primero o si, por el contrario, no me iba a gustar tanto como la precuela. Bueno, ya habéis leído el titular y os puedo prometer que no es ninguna exageración. Yo ya me he pasado Blasphemous 2 (al 97%, eso sí, porque había algún coleccionable que no he logrado encontrar), y aquí os traigo mi análisis en profundidad.
Blasphemous 2 tiene todo lo que un buen metroidvania necesita
Yo he llegado a preguntarme que por qué me gustan tanto los metroidvania. Creo que mezcla un poco mi afición por los mundos abierto y por los juegos donde tienes que pensar y recordar un poco (por ejemplo, los de puzzles o los detectivescos). Los metroidvania me ofrecen la sensación de descubrimiento que me da un mundo abierto cuando llego a nuevos lugares. Y los metroidvania también hacen que estruje un poco el cerebro para recordar dónde había secretos, por qué zona del mapa debo continuar o a cuál debo volver para poder aprovechar la nueva habilidad que tengo.
Blasphemous 2 hace todo eso MUY bien. Por supuesto, hace falta un buen diseño de niveles, pero es eso es algo que ya el primer juego se hacía bien, y este segundo lo domina. Algo que me sorprendió muchísimo fue que cuando llegas a la parte central del mapa, puedes avanzar a tres lugares distintos. Para cada uno, te hace falta un arma específica, ya que las armas te dan habilidades enfocadas al plataformeo. Hay tres armas (de las cuales hablaré luego) y puedes escoger la que quieras para empezar. Pero cuando llegas a cada zona, para poder continuar en ellas debes encontrar su respectiva arma. Así que... puedes completar tres zonas grandes del mapa, en cada cual hay un jefe, en el orden que quieras.
Esto te da una gran libertad durante la primera mitad de juego a la par que te abre las puertas a una exploración muy amplia, pero también muy limitada ya que vas consiguiendo esas tres armas que te dan habilidades. Aparte de las armas, con el tiempo irás desbloqueando habilidades pasivas que te sirven para la exploración y el plataformeo, lo que al final se traduce en que es seguro que tienes que volver a todos los lugares del mapa varias veces para poder terminar de explorarlos y recoges esos objetos que eran inaccesibles antes. Y como digo, todo esto tan típico de un buen metroidvania lo ahce Blasphemous 2 muy, pero que muy bien.
Te gustará Blasphemous 2...
Si te gustan los metroidvania, obviamente ✅
Si te gustan los juegos desafiantes ⚔️
Si te gusta la estética pixelada 👾
Si te gustan los juegos con mucho lore que no se te explica directamente ✍️
Si te gustan los juegos de plataformas 🕳️
El mismo combate multiplicado por tres
Algo que tenía Blasphemous y que quizá hubiese cambiado yo es que solo tenías acceso a un arma. Sí, ibas desbloqueando habilidades y podías acceder a mecánicas nuevas con el tiempo. Pero eso mismo se ha triplicado en Blasphemous 2. En este juego llegas a tener hasta tres armas: una muy rápida y ágil, aunque hace menos daño por ataque (aunque hace más ataques por segundo que el resto) y también tiene menos alcance; otra mucho más pesada, que hace gran daño y con un largo alcance y, por último, una espada más equilibrada que mezcla el alcance con la rapidez y la fuerza.
Al principio del juego, tú eliges con qué arma empiezas tu aventura y con la cual pasarás unas cuantas horas de juego antes de conseguir la segunda (y posteriormente, la tercera). Así que sí, puedes llegar a obtener las tres armas (de hecho, debes tenerlas para completar el juego). Y si el combate con una sola arma es adictivo, la posibilidad de combinarlas gracias a que con un botón cambias instantáneamente de arma te abre un abanico de posibilidades.
Por si las capacidades de cada una por separadas fuera poco, tienen sus propios árboles de habilidades que vas desbloqueando a medida que consigues puntos de martirio (que se consiguen explorando o, simplemente, eliminando enemigos). Y está bien medido, porque no puedes farmear muchos puntos de martirio al principio para desbloquear todas las habilidades: necesitas avanzar en la historia y volver a encontrar esas mismas armas para poder desbloquear más ramas de los árboles de habilidades.
Estas habilidades no solo son más ataque o más defensa, sino también nuevas mecánicas de combate que hacen del mismo algo mucho más adictivo y libre, de cara a ajustarse incluso a distintos estilos de juego. Unas habilidades más enfocadas a la agilidad y que no te hagan daño, otras más enfocadas a generar magia y hacer daño elemental, otras incluso a hacer más daño a costa de perder algo de salud...
Y sí, al igual que pasaba en el primer juego, vuelven las plegarias, que son las magias elementales que podemos usar. Podemos equiparnos dos (cantos y versos, una consume poco fervor, que es como se llama la barra de magia, y la otra consume mucho fervor), y hay muchos tipos. Lo bueno es que hay elementos, es decir: fuego, místico, miasma, eléctrico... Y hay enemigos que son resistentes a ciertos elementos pero más débiles a otros, por lo que no vale con equiparte siempre la misma plegaria: el juego te invita a ir cambiando y así ir usando varias magias diferentes.
La curva (o la cuesta) de dificultad
También quería hablar de la dificultad de Blasphemous 2, lo cual está muy relacionado con el combate, obviamente. Y es que es una de las pocas pegas que puedo ponerle, al menos bajo mi experiencia. Me ha dado la sensación de que muy a menudo te encuentras enemigos que eran más fáciles que otros con los que te enfrentaste antes. Y algo así me ha pasado con los jefes, donde el jefe final no me pareció excesivamente desafiante, mientras que justo el anterior jefe al jefe final sí que me pareció muy, muy difícil de derrotar.
De hecho, ya expliqué antes que al principio del juego puedes ir a tres zonas del mapa en el orden que quieras. En cada una hay un jefe, por lo que puedes derrotarlos también en el orden que quieras. Y me da la sensación de que había uno que era más fácil que el resto, uno bastante más difícil y otro intermedio. Yo, por ejemplo, me enfrenté primero al que luego, echando la vista atrás, veía como el intermedio. Posteriormente, me enfrenté al que considero el más difícil y, por último, me enfrenté al que considero el más fácil de los tres. También es cierto que para el tercero llegas con las tres armas y, seguramente, con varias mejoras que no tenías al principio.
En cualquier caso, es cierto que los enemigos de las últimas zonas del mapa aguantan más daño y tienen más vida, son más agresivos o incluso hay algunos que no puedes hacerles parry. Sin embargo, no son tan desafiantes como otros a los que te enfrentas antes. Y no es porque luego tienes todas las mejoras y habilidades, ya que yo mismo volví a zonas anteriores con todo desbloqueado y, sin duda, veía que había enemigos más difíciles de derrotar. Al menos, insisto, para mí. Es por ello que creo que la curva de dificultad en combate se podría haber ajustado mejor, aunque en mi opinión esto es una pequeña pega que no mancha la alta calidad que tiene Blasphemous 2.
En cuanto a plataformeo, la cosa mejora, ya que al principio es muy simple, pero a medida que obtienes habilidades, intentas descubrir más secretos y, sobre todo, te acercas al final del juego, la cosa se complica y necesitas ser más hábil con el Penitente. Esto sí que es una clase magistral de diseño, porque la curva de dificultad en este sentido está perfectamente medida. Pero nunca, ni siquiera al final, se siente injusto o confuso: el juego está bien pensado para dejarte claro por dónde no hay manera de pasar y qué habilidades te harían falta (aunque no las conozcas aún) para poder pasar.
No te gustará Blasphemous 2...
Si no te van los juegos desafiantes ❌
Si no quieres pensar mucho ni enfrentarte a misterios ❌
Si no te gusta la exploración y volver atrás en los juegos ❌
Si no te gusta la estética pixelada ❌
El barroco sevillano
Y no podía terminar este análisis sin hacer mención a la brutal ambientación del juego. La cual ya en el primero era majestuosa, pero aquí se han coronado. Además de su característica dirección artística con esos píxeles que le sientan tan bien al juego, el mapa es extremadamente variado, con muchos fondos, escenarios diferentes y que van cambiando dependiendo de cada zona o incluso cada sala. Y con ello, también la banda sonora, los enemigos que habitan en cada zona, etc.
Pero también quería hacer una mención a los NPCs. En Blasphemous había NPCs con los que hablabas, pero en Blasphemous 2 llegan a tener un mayor protagonismo ya que conversan más contigo y cada uno cuenta con su personalidad. Puedes notar como algunos son personajes de confianza que te apoyan en tu combate contra el Milagro, y esto es algo que mola mucho y le da mucha más inmersión, además de una increíble ambientación (la jerga de palabras que se usa tanto en diálogos como en los textos que te ofrecen lore de los objetos hace que te metas aún más en este mudno).
Una banda sonora que eriza la piel
Este apartado es corto, pero no podía irme sin hablar de la banda sonora. La del primer juego me gustó, pero la música de Blasphemous 2 hizo que en muchas ocasiones se me pusiese la piel de gallina. Música a menudo oscura y tétrica, pero con grandes dosis de folclore español y, en varias zonas, una banda sonora preciosa. Muy bien pensada, con los temas bien escogidos dependiendo de la zona, de si combatimos contra un jefe o no, con zonas donde hay silencio (y sí, el silencio también es música), etc.
Conclusiones
Qué más podría decir de Blasphemous 2. Seguro que si pienso, podría decir muchas más cosas, pero tampoco os vengo aquí a soltar la Biblia (y nunca mejor dicho). Muy en resumidas cuentas, esta obra multiplica las cosas buenas que tenía el primer juego y soluciona las pocas carencias del mismo. Si bien no es un metroidvania perfecto, me parece de los mejores que he jugado en toda mi vida y tiene todo lo que necesita para convertirse en una gran influencia en futuros metroidvania.
Después de haberme gustado mucho el primer juego y haberme enamorado de Blasphemous 2, tengo muchas ganas de ver cómo podría ser un hipotético Blapshemous 3. Si esta se convierte en una saga con varios títulos, no tengo miedo a decir a que será una de mis franquicias favoritas de los videojuegos. Y tampoco se lo tengo a decir que Blasphemous 2 ya es uno de mis videojuegos favoritos y que iré a por el 100% para, en un futuro no muy lejano, volver a jugarlo y disfrutarlo. Para mí, una obra casi imprescindible.
Para cualquier amante de los metroidvania, este juego es imprescindible. Soluciona las carencias de la primera entrega y multiplica las virtudes de la misma. Prácticamente no falla en nada y acierta en todo, siendo un cóctel de jugabilidad adictiva, misterios, descubrimiento, exploración y dificultad elevada pero compensada que no tiene nada que envidiar a varios de los considerados mejores metroidvania de todos los tiempos.
Jugabilidad
Banda sonora
Arte
Ambientación
Jugabilidad desafiante pero MUY adictiva
Plataformeo muy divertido
Un mapa excelentemente diseñado
Una banda sonora que pone el vello de punta
Ofrece todo el rato sensación de descubrimiento
La curva de dificultad no está tan ajustada como en otros juegos
Duración: 12-15 horas (solo historia) / 20 horas aproximadamente (completista)
Responsable de videojuegos. Jugador enamorado de Persona, Zelda, Super Mario y juegos gachas, pero también me veréis escribiendo sobre PS Plus, ofertas y muchos más juegos.
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