Los Gusanos de Arena de Dune son criaturas majestuosas y temibles que habitaban el desértico planeta Arrakis. Estos animales autótrofos de origen misterioso, introducidos mucho antes de la Yihad Butleriana son de los elementos más emblemáticos de la saga. Su vida transcurría bajo las vastas dunas, donde respondían a las vibraciones superficiales con una rapidez asombrosa, defendiendo ferozmente su territorio.
Para la mayoría, ver un gusano y sobrevivir para contarlo era una rareza, a menos que fueras un Fremen, una misteriosa tribu que había logrado domar a estas bestias colosales. Estos gusanos, seres predominantes en Arrakis, eran a la vez venerados y temidos, vitales y mortales. Su territorialidad era evidente cuando dos de ellos se encontraban, desafiándose con rugidos que resonaban como truenos, liberando gases con aroma a la codiciada Melange, la especia que definía el destino del universo.
El tamaño de los gusanos de arena era asombroso, con algunos especímenes que alcanzaban dimensiones de hasta 450 metros, eclipsando incluso a las ballenas azules de la Tierra. Se especulaba sobre la existencia de gigantes de 700 a 1000 metros en las regiones polares, aunque esta afirmación estaba envuelta en misterio. Debido a ello, tenían un estatus mítico en el universo, siendo temidos por todas las personas que acudían al planeta.
La dificultad para estudiar a estos colosos contribuyó a la falta de conocimiento sobre sus hábitos salvajes. La longevidad del gusano se estimaba en miles de años, y su gruesa y semimetálica piel, compuesta por escamas superpuestas, funcionaba como una armadura contra la arena y cualquier tipo de ataque que recibieran.
Los Fremen descubrieron que esta armadura, aparentemente impenetrable, tenía sus vulnerabilidades. Al abrir las escamas, la arena penetraba, causando irritación al gusano. Montar sobre la bestia durante este proceso, controlando su dirección con ganchos, se convirtió en un método sagrado de transporte para los Fremen, midiendo distancias en "gusanos de arena".
Pero la verdadera maravilla de los gusanos de arena residía en sus larvas, productoras de la codiciada Melange, conocida como "la especia". Esta droga permitía viajes interestelares seguros y precisos, convirtiéndola en la mercancía más esencial y valiosa del universo. Los depósitos de melange se encontraban en los mares de arena de Arrakis, donde los gusanos cazaban ferozmente.
La recolección de la especia era peligrosa, ya que los gusanos eran agresivos y territoriales. Los vehículos debían entrar y salir por aire para evitar ataques. La lucha por el control de la producción de melange es un tema central en la épica saga de Dune, donde el destino del universo giraba en torno a estas majestuosas y peligrosas criaturas del desierto.
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