La gala de los premios Oscar lleva más de medio siglo siendo uno de los eventos más importantes que se celebran de manera anual dentro del mundo del entretenimiento. No es para menos, en realidad: se trata de la conferencia en la que se reconoce el trabajo más destacado del año en cuanto a los diferentes roles necesarios de cara a que una película salga hacia delante. Es por ello que sus estatuillas son realmente codiciadas, pero la realidad es que solo ocurre esto a nivel simbólico. Algo que se debe a que su valor monetario es realmente bajo, irónicamente. Os dejo con todos los detalles a continuación.
Según recogían en el portal de CBS News, el precio que se estimó en 2015 en cuanto al coste de fabricación de una estatuilla de los Oscar rondaba los 400 dólares. Cosa que no se corresponde con una cifra tan alta como podría parecer, pero... ¿a qué se debe esto? La respuesta es simple: al contrario de lo que mucha gente piensa, el premio no está creado con oro, sino con una aleación de metal específica.
De hecho, hay algunos expertos que sostienen que el coste de fabricación de estas estatuillas habría aumentado con el paso de los años a causa de la subida de precios de su material. De esta manera, ahora se estima que crear uno de estos artículos rondaría los 1.000 dólares, por lo que sigue siendo una cifra asequible para los presupuestos que se manejan en la gala.
Esta pregunta está relacionada con aquella otra que planteaba en el titular y que se corresponde con por qué ningún ganador del premio ha intentado revender estas estatuillas. Pues bien; la respuesta a ambas cuestiones tiene que ver con que la Academia de Cine de Estados Unidos no permite que se produzca esta transacción, por lo que la compraventa de estos artículos se encuentra prohibido por la organización.
De hecho, el organismo obliga a todo aquel que recibe un Oscar a firmar un contrato en el que el ganador acuerda que cada premio se encuentre ligado a su nombre de manera intransferible, lo cual provoca que ninguno tenga la oportunidad de ponerla a la venta. De hecho, existe otra cláusula en este contrato que estipula que, si la Academia ve procedente retirar un título, podrá comprar de vuelta el premio al ganador y este tendrá que vendérselo tan solo por 1 dólar.
De hecho, ha habido varias ocasiones en las que un familiar de un ganador del Oscar ha intentado revenderlo años más tarde y acabó viéndose las caras contra la Academia de Cine en los tribunales. Quizás el caso más sonado tiene que ver con aquella vez de 2014 en la que Joseph Tutalo, puso la estatuilla que ganó su tío Joseph Wright (por mejor dirección de color en la película Mi Chica Favorita) a la venta en una subasta.
El premio en cuestión acabó vendiéndose por casi 80.000 dólares, pero la Academia de Cine interpuso una demanda por el contrato que os he comentado antes y el nuevo propietario de la estatuilla se vio obligado a devolverla a la organización.
¿Qué os han parecido estos datos sobre los Oscar? ¿Os imaginabais que las estatuillas de los premios tenían tan poco valor a nivel monetario? Lo cierto es que tiene sentido que la Academia de Cine tomara cartas en el asunto y elaborase este contrato con tal de que no se generase un amplio mercado especulativo en torno a sus premios.
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