Capcom es, sin duda, uno de los mejores estudios cuando se trata de rescatar sus propias joyas. Entre su vasto catálogo de franquicias como Street Fighter, Resident Evil y Monster Hunter, existe una serie que nunca recibió la atención merecida. Onimusha nos transportaba al Japón feudal, mezclando horror y fantasía para ofrecer algo único. Ahora, más de 22 años después, Onimusha 2: Samurai's Destiny regresa remasterizado, considerado por muchos como el mejor título de la saga, y tras probarlo durante estas últimas semanas, puedo confirmar que el tiempo no ha mermado su calidad.
Esta remasterización que se lanzará el 23 de mayo nos permite volver a calzarnos las sandalias de Jubei Yagyu, un samurái con un temperamento feroz y un pasado misterioso que intenta acabar con un ejército de demonios liderado por el temible daimyo Nobunaga Oda. Lo que inicialmente parece una simple misión de venganza, se transforma en un viaje donde nuestro protagonista descubrirá sus orígenes y la capacidad de canalizar el poder de los oni, en una historia que mezcla magistralmente lo histórico con lo sobrenatural.
Un combate clásico que sigue siendo satisfactorio
Si hay algo que destaca en Onimusha 2 es su sistema de combate. A diferencia de otros títulos más frenéticos como Devil May Cry, aquí encontramos un ritmo más pausado y estratégico. El sistema de bloqueo sigue siendo igual de eficaz que antaño, permitiéndonos defendernos mientras planeamos nuestro siguiente ataque. Los críticos, esos contraataques perfectamente cronometrados que eliminan a los enemigos al instante, siguen siendo extremadamente satisfactorios de ejecutar.
El juego incluye varias mejoras en la jugabilidad que no existían en el título original de PS2. Ahora podemos cambiar de armas sobre la marcha, lo que permite adaptarse rápidamente a las diferentes situaciones de combate sin tener que acceder al menú. Cada arma tiene su propio ataque cargado y técnica secreta, lo que añade variedad y profundidad a la experiencia de combate.
Otra característica sorprendente es el sistema de absorción de almas. Al derrotar enemigos, estos liberan orbes de diferentes colores: rojos para experiencia, amarillos para salud, azules para poderes mágicos y los más importantes, los morados, que cargan tu poder Onimusha. Cuando reúnes cinco almas moradas, te transformas en un ser invencible similar al Devil Trigger de Devil May Cry, otorgándote poderes devastadores por un tiempo limitado.
Un sistema social en medio del caos
Lo que más me sorprendió fue el sistema de aliados y regalos. A diferencia del primer Onimusha, aquí conocemos a varios personajes que nos acompañarán en nuestra aventura: Oyu, Ekei, Magoichi y Kotaro. Mediante un sistema de obsequios, podemos mejorar nuestra relación con ellos, lo que influirá en la historia y determinará qué personajes controlaremos en ciertas secciones.
Este sistema añade un inesperado componente social a un juego de acción, dando más profundidad al mundo y sus habitantes. Es imposible jugar con todos los compañeros en una sola partida, lo que incentiva rejugabilidad para ver todos los caminos posibles y las variaciones en la historia.
Gráficos remasterizados y mejoras de calidad de vida
Visualmente, Capcom ha hecho un trabajo notable actualizando el juego para plataformas modernas. Los fondos pre-renderizados lucen espectaculares y los modelos de personajes han recibido una mejora considerable. La remasterización incluye nuevas relaciones de aspecto para televisores modernos, que se pueden alternar con la original para una experiencia más nostálgica.
Entre las mejoras de calidad de vida más notables están la posibilidad de saltarse las cinemáticas, la inclusión del nuevo modo de dificultad "Hell" (un modo de muerte instantánea que pondrá a prueba incluso a los samuráis más experimentados), y un modo historia para quienes prefieran disfrutar de la narrativa sin frustrarse.
Los aspectos que muestran su edad
Sin embargo, no todo es perfecto. Las cámaras fijas siguen siendo tan problemáticas como lo eran en 2002, y moverse entre escenas puede resultar desorientador. Tanto el control tipo tanque como el de 360° están integrados, pero adaptarse lleva tiempo. Además, hay demasiadas pantallas de carga para un juego remasterizado en consolas actuales, algo que interrumpe el ritmo de la aventura.
Los puzles también regresan, aunque son menos frustrantes que el infame puzle del agua del primer juego. Las cajas de puzle opcionales ofrecen un agradable cambio de ritmo respecto al combate, con diferentes niveles de dificultad que pueden suponer un reto interesante.
Conclusiones: Un clásico que sigue brillando
Jugar a Onimusha 2 en 2025 ha sido una experiencia sorprendentemente satisfactoria. A pesar de sus limitaciones técnicas propias de la época, el núcleo del juego sigue siendo igual de adictivo. Su enfoque en el combate estratégico, la profundidad de sus personajes y su fascinante ambientación lo convierten en una experiencia única.
Esta remasterización nos sirve también como preparación para la nueva entrega anunciada por Capcom, lo que podría significar un renacimiento para esta olvidada pero querida saga. Si nunca has probado Onimusha, este es el momento perfecto para descubrir por qué tiene una base de fans tan dedicada, y entender cómo influyó en juegos posteriores como el propio Devil May Cry.
En definitiva, Onimusha 2: Samurai's Destiny Remastered es un viaje al pasado que demuestra que los buenos juegos, como los buenos vinos, mejoran con el tiempo. Disponible a partir del 23 de mayo en PlayStation 4/5, Xbox One y Series X|S, Nintendo Switch y PC vía Steam.
Jugar a Onimusha 2 en 2025 ha sido una experiencia sorprendentemente satisfactoria. A pesar de sus limitaciones técnicas propias de la época, el núcleo del juego sigue siendo igual de adictivo. Su enfoque en el combate estratégico, la profundidad de sus personajes y su fascinante ambientación lo convierten en una experiencia única.
Ingeniero de Telecomunicaciones. amante de SEGA y todo lo que tenga que ver con Sonic. Nintendero por bandera y Game Pass en el corazón. Muy fan de Halo y las sagas Gears of War o Forza. Siempre con mi Steam Deck en la mochila...