El despegue ha terminado siendo un lanzamiento orbital de gran envergadura. Siguiendo con su parsimonia y paso firme. la historia de Horikoshi Kohei regalaba un inicio de temporada lento y reiterativo; flashbacks, ideas verbalizadas hasta la saciedad, y un estancamiento generalizado de secuencias y tramas. Todo eso ha llegado a su fin con el cuarto episodio. La amenaza de la Shie Hassiaki por fin se ha hecho manifiesta, y lo que en un principio parecía que sería una revelación más, se ha terminado convirtiendo en uno de los momentos más emotivos de todo "My Hero Academia".
De bruces con el terror
Con la prueba de Nighteye ya superada, Midoriya y Mirio salen a la calle para comenzar a recolectar información sobre la Yakuza y los planes de Overhaul. Sin embargo, Bones vuelve una vez más a quitarle al protagonista la oportunidad de abrazar un poco de normalidad. De los formalismos en los que conocemos al apodo de ese estudiante rubio y modélico, el anime salta de lleno a la boca del lobo. Un encuentro fortuito con el mencionado KioChisaki encarrila el tono y comprime una tensión que ya no soltará lastre hasta el último minuto.
Son todavía muchas las preguntas que suscita esta cuarta temporada, pero por el momento ya hay suficientes pistas encima de la mesa como para suscitar interés. Esa niña que aparecía en el opening monopoliza el foco de atención. Se llama Eri, sí, y parece ser el sujeto de pruebas del villano. Pero ¿de dónde ha salido? ¿qué tiene de especial? ¿que le está haciendo Overhaul? Las cuestiones se amontonan tanto en la mente de Deku como del espectador, dibujando un escenario increíblemente opresivo. Eso sí, Kohei no busca todavía destapar el pastel, y el corte transversal de Lemillion sirve no solo para denotar la distancia que existe entre él y el propio Deku, sino también para empujar al episodio hacia su verdadero propósito.
No, esta semana "My Hero Academia" tampoco está interesada en desatar el nudo que rodea a la mafia y su búsqueda de poder frente al equilibrio timorato de la Liga de Villanos. El baño de nostalgia que le da Nighteye al impulsivo joven de pelo verde propicia un drástico cambio de dinámica que acerca aleja al anime del suspense, para acercarlo con decisión al drama. "No eres tan especial como para salvar a cualquiera". Las palabras de su jefe están cargadas de una furia aparentemente gratuita. "El mundo no es tan bueno como para que basten las buenas intenciones". Bones se gira poco a poco hacia el pasado que esconden All Might y su antiguo compañero.
Luchar contra el destino
El idealismo frente al determinismo. El odio de Nighteye hacia Midoriya es en realidad un sentimiento de decepción y tristeza respaldado por un don que parece bañado en maldición. Con su Previsión, Mirai Sasaki descubrió 6 años atrás el fatal destino que viviría su amigo. Intentó salvarlo forzándole a ceder el OneFor All, pero AllMight no era el Símbolo de la Paz solo por poseer esta habilidad. Lo era por sus fuertes convicciones y por su capacidad de sacrificio. Que alguien tan cercano a él como Nighteye quisiera forzarle a dejar al mundo desamparado, fracturó por completo la relación que mantenían. "Nos separamos por mi futuro".
Contra todo pronóstico, de la tragedia nacieron dos semillas de esperanza. La apuesta de Mirai por Mirio convirtió al joven en el candidato perfecto para heredar el Don de AllMight, pero la aparición de Midoriya lo cambió todo. "¿Por qué elegir a un chico sin habilidades ni carácter?". Kohei se atreve a expresar con transparencia la cuestión que ha sobrevolado la mente de todos los lectores y espectadores desde que inició la obra. ¿Qué tiene de especial Deku? Pese a que su valentía se ha posicionado como llave al conflicto, lo cierto es que Nighteye no terminó de comprenderlo en su momento.
Ni el enfrentamiento de All Might contra Shigaraki, ni el choque de voluntades de Midoriya y Bakugo; ni siquiera la despedida entre el protagonista y su madre al inicio de la aventura. Ninguno de esos momentos alcanza el nivel de emoción y pasión que destila el naranja compartido por maestro y alumno. Bones saca a relucir aquí su experiencia, haciendo una selección magistral de luces, colores, y planos. Midoriya se enfrenta a la triste realidad mientras intenta combatirla. Toshinori Yagi camina hacia el atardecer como metáfora de su vida. Como final de un ciclo que su heredero no quiere aceptar.
Conclusión
"Sigue vivo y déjame decirle al mundo: estoy aquí". El cruce de promesas insufla tanto calor al espíritu de ambos, que su pesimismo termina convirtiéndose en vanidad. "Alteraré con las manos mi destino de la forma que quiero. No moriré". "My Hero Academia"no se enfrenta a ningún villano, sino al propio destino. Pese que Kohei sigue haciendo uso de las mismas dinámicas, y trae al frente enemigos cada vez más peligrosos, cocinando esta escena empuja a los héroes contra un muro. Si no lo saltan, morirán aplastados.
La cuarta temporada despega por fin de su espeso arranque con uno de los episodios más emotivos e impactantes de todo el anime. Midoriya conoce de primera mano el terror mientras intenta luchar sin mucho éxito contra el pasado. Su encuentro con All Might resulta simplemente mágico.
El terror que desprende Overhaul
La pasión de la amistad entre Nighteye y All Might
El discurso final de All For One y la réplica de Midoriya