He leído en varias ocasiones que no existe ningún live-action basado en un anime que no de 'vergüenza ajena'. Yo solo he visto un par: Ataque a los titanes y Death Note, y en ambos casos tengo la sensación de ser productos que abarcan tanto, que es imposible que obtengan un resultado notable. Es más, puede que Death Note sea la producción de Netflix que menos me haya gustado: fea, aburrida y mal contada.
Sin ser yo fan del anime, me cuelo en la sección para escribir una crítica de One Piece de Netflix habiendo visto únicamente 2 o 3 capítulos sueltos del anime en toda mi vida. Sí que he jugado algo más a sus juegos, sobre todo a los One Piece Pirate Warriors, y por fin puedo decir que una adaptación de una serie de animación japonesa es entretenida, aprovecha bien el formato televisivo y cuenta con un reparto a la altura.
Adiós al relleno de One Piece
Siempre me han dicho que One Piece es un anime absolutamente maravilloso, pero repleto de relleno que eterniza los arcos argumentales. Sin embargo, tengo la sensación de que la primera temporada de One Piece en Netflix está resumiendo todo el material original para regalarnos una aventura sin fisuras, que funciona tal y cómo está escrita, sin escenas que sobren ni personajes que pinten nada.
Supongo que muchos fans de One Piece se quejarán de esta circunstancia, porque conozco de primera mano varios casos de amigos que esperan con ganas el próximo relleno que ha preparado Eiichiro Oda. Ahora bien, entiendo que en televisión, y cuando digo TV me refiero a 'televisión occidental', es imposible que una temporada de 8 horas adapte fielmente tandas de más de 100 capítulos (es que One Piece tiene más de 1.000 capítulos, que se dice pronto). Eso sí, os aseguro que en lo narrativo todo funciona como un pack cerrado, y si no eres fan del anime como yo, notarás un guion bien atado en el que no sobra ni falta nada.
Si los capítulos que he visto de One Piece siempre me han parecido sinónimo de aventura, al igual que los videojuegos de los que he disfrutado siempre (además de los Pirate Warrios, me encantaron los Unlimited Adventure). Mi mayor miedo era que One Piece, con capítulos tan extensos (de 60 minutos aproximadamente), perdiera ese sentimiento de aventura en su adaptación para Netflix. Esto no ocurre en absoluto, con un ritmo rápido que no te da descanso. Pero ojo, esto no quiere decir que no haya espacio para el desarrollo de los personajes: poco a poco te vas encariñando de todos ellos, sin poder confirmar por falta de conocimiento si se han producido cambios en cuanto a construcción de personalidad. Por si acaso, tienes que ver la serie con la mente bien abierta.
En cuanto a la sensación de aventura, ayuda mucho un apartado técnico en el que se nota cada uno de los millones de dólares invertidos. Se dice que es la serie de Netflix más cara, y yo me lo creo. El CGI no desentona (aunque en algunos momentos se nota el 'esfuerzo' por ser 'cutres' a propósito) y las escenas de acción molan. También los combates, que se alejan de la puesta en escena 'anime' para ir directamente al grano.
One Piece es una serie de Netflix buenísima que no deberías perderte
En definitiva, habiendo escrito esta crítica una persona que no es fan del anime porque no lo ha visto en profundidad, es imposible que confirme si es o no una buena adaptación de One Piece. Sí que puedo afirmar que es una buena serie de Netflix, algo positivo viniendo de una época marcada por la falta de estrenos. Ahora que llega la Vuelta al Cole, yo solo estoy pensando en volver a surcar los mares con Luffy y compañía.
One Piece es mucho mejor de lo que hubiera esperado tras llorar sangre con el esperpento que fue Death Note: aventurera, divertidísima, bonita en lo técnico y con buenas interpretaciones. Quizás 60 minutos de duración por capítulo se me antoja demasiado, pero puede que ya me haya hecho mayor
El reparto, brillante
El ritmo
El recurso de mostrar las páginas de 'Se busca'
Lo técnico: todo es precioso
Por fin una serie basada en un anime que merece la pena
La duración de los capítulos puede ser un poco elevada
Netflix, HBO Max, Prime Video, Disney Plus y Filmin, mis plataformas de streaming favoritas. Harry Potter, Marvel, DC, James Bond y Fast & Furious, mis películas comerciales preferidas. La vida es bella, mi película favorita. Así soy yo, y así seguiré.
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