"One Piece" es un anime que nos ha dejado con cientos de personajes distintos, cada uno de estos con sus propias capacidades de combate entre las que destacan habilidades pero, sobre todo, transformaciones. Precisamente Luffy, el protagonista de la franquicia, ha demostrado ser todo un especialista a la hora de modificar su cuerpo para obtener poder adicional. Pero, ¿cuáles han sido exactamente todas las transformaciones que ha desarrollado hasta la fecha?
A continuación repasamos desde los comienzos del capitán, con una segunda marcha que lo dejaba completamente agotado, hasta la cuarta marcha y las diversas formas que tiene de sacarle rendimiento a esta.
La Segunda Marcha fue la primera transformación que Luffy nos mostró en "One Piece", dejando claro que la fruta Gomu Gomu tenía mucho más potencial que simplemente convertirle en un hombre de goma. En este estado, Luffy acelera la circulación de la sangre de su cuerpo -de ahí el cambio de color de la piel- para mejorar de forma general su condición física, algo que se nota especialmente en un aumento drástico de la velocidad explosiva de la que es capaz de forma natural.
Aunque en sus comienzos este estado le provocaba un tremendo desgaste físico, tras años de desarrollo el Luffy actual puede utilizar esta transformación sin apenas sentir el más mínimo estrago físico a consecuencia de ello.
Si la Segunda Marcha de Luffy estaba más centrada en potenciar la velocidad y aceleración del protagonista -que lógicamente también se traducía en una fuerza adicional-, en el caso de la Tercera Marcha el Capitán de los Piratas de Sombrero de Paja se encarga, básicamente, de inflarse a sí mismo como un globo. Con esto, consigue que sus músculos ganen una masa desmedida, lo que al mismo tiempo le proporciona el uso de una fuerza bruta muy superior a cuanto ostenta de manera base.
En sus orígenes, la Tercera Marcha tenía una de las consecuencias en uso más cómicas de todo "One Piece": Luffy acababa reducido a un enano debido al hecho de extender su masa más allá de lo normal. Actualmente, al igual que con la Segunda Marcha, puede valerse de la Tercera Marcha sin tener que preocuparse de se convierta en un diminuto ser indefenso.
Puede que esta no sea una transformación como tal, pero es el resultado del aumento de poder que Luffy ha ido acumulando con el paso de los años. Tras aclimatarse al uso de ambas marchas, Luffy acaba desarrollando la capacidad de poder utilizarlas de forma intercambiable sin problemas, alternando un uso que lógicamente le hacía mucho más letal e impredecible a la hora de combatir a sus enemigos.
El arco de Thriller Bark fue uno de los más oscuros de todo "One Piece", literalmente, hasta el punto de que el mismo Luffy acabó por tomar una forma más de los 'no muertos' que de un humano vivo y coleando. Tras absorber a una serie de sombras, Luffy ve cómo se convierte en una especie de extraño Hulk con un potencial físico mucho mayor del que jamás había logrado previamente. No obstante, dada la oportuna naturaleza de la transformación, el capitán es incapaz de volver a utilizarla de manera posterior al no poder repetir las condiciones que la permiten.
Con la Cuarta Marcha llegó el Luffy con el potencial suficiente para sobrepasar a los más poderosos de Los Siete Guerreros del Mar. En este estado, Luffy sigue una base muy similar a la de la Tercera Marcha, aunque al inflar su cuerpo utiliza el Haki al mismo tiempo para reforzarse de diversas formas. Asimismo, dado el tremendo consumo de Haki que requiere, Luffy es tan solo capaz de mantener su uso durante unos cuantos minutos -una limitación que va reduciéndose a medida que incrementa su poder-.
Por otra parte, sabemos que la Cuarta Marcha cuenta con diversas aplicaciones, las cuales se dividen de la siguiente manera:
La primera vertiente que vimos de la Cuarta Marcha y la que nos permitió comprobar que Luffy había dado un salto de entidad en términos de poder. Con Bounce Man, Luffy empieza literalmente a rebotar por todas partes, aunque también puede alterar su constitución para 'volar' impulsándose con sus piernas cual reactores. En esta forma, la defensa de Luffy aumenta dramáticamente dada su composición, pero también es capaz de utilizar algunos de los golpes más devastadores de cuantos se le han visto.
Si se le ha de poner alguna debilidad a Bounce Man, posiblemente haya que destacar que Luffy no tiene tanto control sobre sus movimientos como en otros estados. Al fin y al cabo, aunque posee alta movilidad dado el uso de sus piernas como reactores, no deja de ser un estado con limitada agilidad.
Esta es la vertiente que menos uso ha recibido hasta la fecha por parte de Luffy, y por obvias razones. Tank Man requiere de que Luffy infle su cuerpo al límite al mismo tiempo que usa el Haki para, así, obtener la mayor cantidad de fuerza bruta que pueda amasar. Lógicamente, el estado físico en el que permanece provoca que su movilidad sea nula, por lo que se trata de una transformación cuyo uso es tremendamente circunstancial.
Más allá de la peor movilidad de todas las formas que usa Luffy, otra desventaja de este estado es que requiere de emplear tantísima energía que en última instancia no permite que la transformación como tal dure demasiado tiempo.
El Snake Man de la Cuarta Marcha es el estado por el cual Luffy alcanza la más elevada velocidad posible que permite su cuerpo. En este estado, el Haki y flexibilidad de Luffy se utilizan para que el capitán de los Piratas de Sombrero de Paja pueda alcanzar una movilidad e impredecibilidad que ponga en aprietos al mejor Haki de Observación. Si bien no es tan equilibrada como Bounce Man, Snake Man es una alternativa que se puede adaptar a muchos tipos de escenarios diferentes.
Otra 'debilidad' dentro del conjunto de la cuarta marcha que presenta el Snake Man es que, si bien en ciertos contextos puede ser la alternativa más poderosa de todas dado el poder que llegan a acumular los golpes de Luffy, por lo general su uso es más 'arriesgado' que no el de Bounce Man, dado que no es adaptable a tantos contextos. Es por eso que Luffy se apoya más en el Bounce Man de todas sus opciones.
La Quinta Marcha de Luffy es el resultado de que finalmente alcance 'El Despertar' de su Fruta del Diablo, algo que consigue durante la batalla final de Onigashima en la que se enfrenta una vez más con Kaido. El despertar de su Fruta del Diablo le da a Luffy libertad absoluta en cuanto a movimientos en combate, lo que provoca que la forma en la que pelea sea una tan única como ridícula (como de dibujo animado clásico).
Una peculiaridad en este estado es que el ritmo del latido de su corazón adquiere una musicalidad especial. Asimismo, como con el resto, esta forma tiene graves consecuencias de su uso por primera vez, haciendo que Luffy envejezca MUCHO pasado cierto tiempo. No obstante, una vez superado ese problema Luffy se hace imparable: puede alterar sus alrededores para convertirlos en Goma y nulifica el daño de la mayoría de ataques que recibe. Definitivamente es un estado de poder digno de un Yonkou.
Y estas son todas las transformaciones que ha desbloqueado Luffy hasta la fecha en "One Piece". Teniendo en cuenta que al manga todavía le quedan años hasta llegar a su conclusión, está más que claro que Eiichiro Oda nos dejará con algún que otro power-up adicional para el futuro rey de los piratas. La gran duda es: ¿veremos una Sexta Marcha o será ya cuestión de que la Quinta Marcha alcance variaciones de forma como bien ocurrió con la Cuarta? En cualquier caso, está claro que Oda-sensei tiene mucho con lo que trabajar todavía.
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