Unas semanas atrás OpenAI dio la bienvenida a su nueva Inteligencia Artificial: Sora 2, una versión mejorada de un modelo previo que empezó a hacer mucho ruido en Internet en especial por su capacidad para la creación de 'anime'. ¿El problema con esto? Que todo parecía ser una copia barata de franquicias previamente existentes, como "Dragon Ball", "Blue Exorcist" y demás. Y eventualmente esto ha provocado que las compañías de manga y anime de Japón se planten ante el uso indiscriminado de la tecnología.
En total, son 17 distribuidoras de Japón, entre las que se encuentran nombres de tantísima entidad como Kodansha, Shueisha, Toei Animation o incluso Studio Ghibli las que han expresado una queja abierta en cuanto al uso sin restricciones de tecnología como Sora 2. De hecho, las compañías en cuestión apuntan que tienen decidido tomar estrictas medidas a nivel legal y ético ante todo aquello que se determine como una violación de los derechos de autor.
Las compañías de manga y anime no solo quieren tomar acción por su propia cuenta, sino que también instan al gobierno japonés a tomar cartas en el asunto. ¿El reclamo? Que se establezca una legislación mediante la cual se facilite el control de la Inteligencia Artificial para proteger así de forma más sencilla y eficiente las propiedades intelectuales. En tal sentido, las compañías parecen apelar claramente al impacto cultural de las obras que se publican en su marco de actividad.
Más allá de una queja abierta, las compañías que forman parte de este movimiento han proporcionado una serie de sugerencias sobre cómo se podría controlar el uso indiscriminado de sus IPs por medio de OpenAI. Y estas dicen lo siguiente:
Estos tres puntos son la clave por la cual se podría alcanzar un acuerdo para que OpenAI y demás compañías de IA pudieran seguir utilizando las IPs de las compañías de manga y anime. Y es que a pesar de lo que pueda parecer, todas estas empresas no se han expresado en contrar de la Inteligencia Artificial propiamente.
Las compañías implicadas aseguran que no tienen nada en contra de la Inteligencia Artificial y que de hecho se alegran de que se esté avanzando hacia un futuro en el que cada vez más individuos puedan expresar su creatividad. No obstante, de la misma forma no quieren que se futuro tome forma a costa de que se pueda abusar sin consecuencias de los logros de terceros.
La presencia de la Inteligencia Artificial en la industria del anime parece más que asegurada en este punto, y es muy probable que en años venideros estudios de animación adopten el uso de estas tecnologías para facilitar la vida a sus animadores. El anime es consciente de que hay que aprender a convivir con la IA, pero de la misma forma la IA debe saber respetar aquello con lo que trabaja.
Personalmente me parece un movimiento tremendamente acertado por parte de las compañías japonesas. Internet es un lugar tremendamente gris desde hace años en el que los valores de respeto que se intentan promover mediante discursos como este son muy escasos, precisamente porque no cala la idea de detrás de una ilustración existe un proceso creativo de mucho sudor. La IA, sin medidas, solo hace que desacreditar el esfuerzo que requieren estos trabajos, y eso es algo que se debe evitar con toda obra de carácter artístico.
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