Ningún fan de "One Piece" duda a estas alturas de la serie la capacidad de su creador de generar emotividad en cada capítulo, pero está claro que lo que ha conseguido en este episodio es algo que supera a lo que los fans están acostumbrados. El dolor por la muerte de Tonoyasu transciende las pantallas hasta el corazón de los espectadores en un capítulo que consigue arrancar las lágrimas de cualquiera que lo vea.
Es posible que se diese a conocer como un alegre hombrecillo que trataba de cuidar de sus vecinos del pueblo Ebisu, pero lo que nadie podía imaginar realmente era el dolor que causaría su fallecimiento. Ver a todo el país de Wano llorando su pérdida es un indicativo de que no solo era alguien conocido, sino que todos le respetaban por sus acciones en el pasado para tratar de salvar al país de los samuráis.
La atención está completamente centrada en Yasu y el discurso para sus aliados y vecinos, que tratan de contener sus lágrimas y su ira por lo que está a punto de suceder. Cada palabra que Tonoyasu dice tiene un impacto emocional enorme en todos ellos, y es que es gracias a él que muchos de ellos siguen allí con vida y tienen la oportunidad de rebelarse contra Orochi, el causante de todo el daño que han sufrido a lo largo de los años.
La actitud del antiguo Daymio recuerda mucho a la que Luffy y Ace tuvieron al estar cerca de su muerte, sonriendo y aceptando que su destino es inevitable, un recurso que Oda ha reutilizado en muchas ocasiones a lo largo de la serie. Todo el episodio alarga de manera perfecta la dolorosa muerte de Yasu, consiguiendo que el espectador conecte con él y desee que de alguna manera no llegue a fallecer a manos de sus enemigos.
La música, los recuerdos de Tonoyasu, el dolor de cada uno de los ciudadanos del país... Todo ello ayuda a que el episodio concluya con una de las muertes más dolorosas y mejor llevadas que se hayan visto hasta el momento. Yasuie ha conseguido inspirar no solo a los rebeldes que se quieren oponer al Shogun, sino que hasta los propios protagonistas quieren vengarle a pesar de conocerle, otro ejemplo más de como Eiichiro Oda ha conseguido construir un personaje casi perfecto.
Otro de los puntos importantes que trata este episodio es el hecho de que los habitantes de Ebisu solo se rían, algo que siepre había llamado la atención de Zoro pero que nunca había sido explicado. Esto se debe a las SMILE que Kaido y Orochi trajeron al país de Wano, que causan que aquellos que no ganan poderes de animales pierdan la capacidad de mostrar emociones más allá de la risa.
Esto contrasta por completo con el tono triste del capítulo, pero le da sin duda un gran peso narrativo a estas frutas, pues el ver a tanta gente riéndose por obligación es un gran impacto para todos. El dolor de no poder expresar su verdadera emoción es más que palpable en cada carcajada, por lo que aquí los Sombrero de Paja tienen otro motivo para acabar con sus enemigos, ya que han causado un dolor irreparable en mucha gente.
Con esta impactante revelación se cierra este intenso episodio, uno que ha conseguido sorprender a todos los que lo han podido disfrutar. La muerte de Tonoyasu ha sido la chispa que va a iniciar una rebelión en el país de Wano, algo que Orochi ha temido durante toda su vida y que sin duda conseguirá poner fin a su reinado del terror.
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Cargando... Tonoyasu muere fusilado tras conseguir que todos los ciudadanos de Wano comiencen a dudar sobre Orochi y decidan rebelarse.
