El anime está de moda, esto es un hecho. Gente que no veía jamás anime años atrás ahora disfruta de producciones como "Kimetsu no Yaiba" o "Shingeki no Kyojin", y eso es bueno. Que compañías como Crunchyroll crezcan, y que otras como Netflix dediquen cada vez más recuersos al sector, es también muy bueno. Pero lo que ya no veo tan bien es que el contenido empiece a diversificarse salvajamente entre demasiados servicios, y ese es el temor que tengo con Disney+.
A nivel personal, a día de hoy cuento con Crunchyroll, Netflix y Amazon Prime Video, que básicamente viene a ser la 'Trifuerza' del anime legal en España. Afortunadamente esto es algo que yo puedo permitirme, sobre todo compartiendo servicios con amigos y familiares, pero no todo el mundo puede tener algo así al alcance incluso con el mismo contexto. Y aquí empiezo mi 'por qué' no quiero que Disney+ se abra paso también en esta guerra:
Ciertamente estamos en una época de consumo de contenido bastante compleja, en la que defiendo totalmente el servicio streaming como algo que facilite el día a día al usuario pero que, al mismo tiempo, hace que me preocupe por la viabilidad de una expansión constante en el anime. Como bien se conoce este es seguramente uno de los mercados más pirateados en la actualidad, y el hecho de ir acumulando gastos al usuario de una forma como esta no sé si se trata de la mejor manera de lograr que la práctica se deje definitivamente de lado.
Hay que ver todavía cuáles son los planes reales de Disney+ tras estos primeros pasos en el mundo del anime, pero como digo plantea un escenario que creo que empieza a ser preocupante en cuanto a todo a lo que hay que hacer para poder consumir anime adecuadamente.
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