Análisis Assassin's Creed Origins
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Análisis Assassin's Creed Origins

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Tras dos años de espera, Ubisoft vuelve con su saga estrella y esta vez nos quiere mostrar el origen de todo. Después de las malas sensaciones con sus dos últimas entregas, la compañía decidió darle un respiro a la franquicia, que hasta el momento había sido anual, con la intención de afinar el siguiente título y dejar que Assassin’s Creed quedase en un segundo plano y no estuviese en el foco de atención de los jugadores. Como decimos, las últimas entregas de la saga, Unity y Syndicate, no fueron demasiado bien recibidas entre el público y dejaron en evidencia una fórmula de juego desgastada y poco innovadora que demandaba con urgencia cambios y novedades; cambios al nivel de los que se realizaron en Assassin’s Creed II, secuela que consiguió hacer las delicias de los jugadores y catapultó a la franquicia de Ubisoft entre las más relevantes del momento. Bien, aquí es donde entra Assassin’s Creed: Origins.

El juego dirigido por Ashraf Ismail, que también se encargó de Assassin’s Creed IV: Black Flag, está aquí para renovar por segunda vez a la saga. Con una trama que viene a mostrarnos el origen de la Hermandad de Asesinos, con una ambientación tan llamativa como es el Antiguo Egipto durante los últimos días de su Periodo Helenístico y con un sistema de jugabilidad renovado con elementos RPG y de mundo abierto, Assassin’s Creed Origins se presenta como ese cambio que demanda la comunidad y con la intención de dar un golpe sobre la mesa y reafirmarse, de nuevo, entre los jugadores. Sin más dilación, vamos a analizar Assassin’s Creed Origins.

Assassins Creed Origins intro
Todo comienza con uno

El origen de un nuevo Credo

El título nos ubica en el Antiguo Egipto en torno al año 49 a. C, un periodo turbulento debido al estallido de una guerra civil por la posesión del trono faraónico entre los pretendientes ptolemaicos: Ptolomeo XIII y Cleopatra VII. Además, durante esta etapa también comenzaba la ocupación romana del país por parte de la Roma de Julio César. El Egipto de este momento estaba muy fragmentado y dividido entre griegos, romanos y los propios egipcios que se dividían a su vez entre los defensores de sus raíces y los más próximos a las otras facciones.

Mientras sucede todo esto, nosotros encarnaremos a Bayek de Siwa, uno de los últimos medjays, que viene a ser algo así como un protector del imperio y del pueblo. Sin entrar en spoilers, nuestro protagonista se verá sumergido por una serie de motivos en una conspiración a nivel nacional que pone en peligro a toda la población de Egipto y que es promovida por un grupo de misteriosas personas que se hacen llamar la Orden de los Antiguos.

Debido a esto, Bayek tendrá que abandonar su hogar y detener a esta orden que quiere acabar con el imperio con sus métodos. Métodos que no destacarán por su delicadeza. Y es que, y lo decimos ahora para que quede claro, Bayek no es un Asesino y así lo demuestra a lo largo de la trama, aunque no vacilará a la hora de defender lo que le importa. Nuestro personaje es un hombre sencillo y con valores que sigue firmemente las creencias antiguas y que defiende el valor de las tradiciones. Es un hombre que desea ser feliz con su esposa y sus hijos y tener algo que echarse a la boca, pero según avanza la trama y suceden ciertos acontecimientos cambia su forma de pensar y cómo ha de entender el mundo.

La trama que presenta este Assassin’s Creed: Origins, sin ser la mejor, es buena y mantiene en todo momento el ritmo y el interés del jugador, sobre todo, gracias a lo relacionado con el origen de la Hermandad de Asesinos y la Orden de los Antiguos. También es cierto que la historia flojea en algunos puntos como, por ejemplo, en el desarrollo de la recta final que es algo atropellado, pero aún así, como norma general, la trama mantiene el tipo. Debemos destacar, y apreciar, que el salto narrativo respecto a las anteriores entregas ha sido de altura y se ha producido por algunos cambios argumentales que se alejan bastante de lo visto en otros juegos de la franquicia, mostrando así una historia trabajada y pulida. En definitiva, la trama que hemos disfrutado en el título es más cruda y humana de lo que estamos acostumbrados en un Assassin’s Creed.

Un Egipto enorme y vivo

Ubisoft ha preparado un Egipto completo para nosotros, para que lo exploremos y, sobre todo, para que lo disfrutemos. Esta entrega trae el mapa más grande de la saga y lo presenta como un mundo abierto que nos guía según el nivel de nuestro personaje y la trama, es decir, el mapa se divide en zonas en la que los enemigos tienen un nivel determinado con el objetivo de que no vayamos allí hasta cuando tengamos que ir según avanza la trama y el nivel de Bayek.

El mundo que nos rodea no es simplemente un escenario en el que Bayek hace y deshace, sino que está vivo y participa como un personaje más. Repleto de entornos vivos tenemos a nuestra disposición un Egipto vasto y detallado, en el que la ambientación y el entorno destacan de forma sobresaliente. Además, es un mundo detallado y que deja unas estampas preciosas con las diferentes paletas de colores y los diferentes escenarios o biomas que nos podemos encontrar explorando el mapa. Tanto es así que podemos pasar fácilmente, y de forma gradual totalmente natural, de encontrarnos en un revitalizador oasis a estar en mitad del desierto sudando la gota gorda o en mitad de una tormenta de arena —que son espectaculares, por cierto— Y eso no es todo, aunque en este juego las ciudades hayan perdido protagonismo junto con la verticalidad y los grandes edificios, hay algunas como Alejandría o Memphis que tienen su encanto, pero tenemos que reconocer que esta vuelta a una visión más extensa y abierta del juego le sienta de maravilla al título que se aleja de las abarrotadas ciudades de las últimas entregas.

Assassin's Creed: Origins
Esta entrega abandona las grandes ciudades y la verticalidad en favor del mundo abierto

En cuanto a qué podemos encontrar en el mapa, destacar que está repleto de actividades secundarias como, por ejemplo: las tumbas de las pirámides, los campamentos de bandidos, los tesoros escondidos o las actividades secundarias más destacables, que nos han sorprendido muy gratamente, y que han sido las Arenas —que cuentan con buenos desafíos de combate—, el Hipódromo y las misiones secundarias, que en este título han tomado referencias de los visto en otros juegos como The Witcher III y, como en la historia principal, se ha dado un gran salto a nivel narrativo.

Por otro lado, ¡este Egipto está muy vivo! y es que, evitando caer en el tópico que rodea a estos títulos de ‘ciudades vivas’, en este caso se logra bastante bien. La gente no está ahí para servirnos a nosotros y se nota, los NPCs tienen rutinas: comen, duermen, pasean, compran e incluso hacen sus necesidades. A más de un iluso soldado hemos cazado mientras se alejaba de su seguro puesto de guardia para ‘hacer sus necesidades’. Respecto a la fauna también está muy bien implementada y hay diferentes tipos de animales que nos servirán de ayuda, por ejemplo, para hacer desaparecer las pruebas de un asesinato. Tenéis que probar a echarle un cadáver a un cocodrilo, en serio. Mola. Como los NPCS los animales harán lo propio y vivirán de forma independiente a nosotros, por ejemplo, los podremos encontrar atacando a algún despistado en el río o comiéndose los restos de otro animal, que si tenemos suerte podremos lootear para hacernos con valiosos materiales para el crafteo.

Además, los ciclos día y noche tendrán relevancia en nuestra forma de actuar ya que también influye en la rutina de la gente. Sin ir más lejos, será más fácil atacar un campamento de soldados o bandidos por la noche porque una parte importante de ellos estará durmiendo. Pero eso sí, si nos descubren no tardarán en alarmar a todos e incluso pedir refuerzos a las patrullas de la ciudad o de algún campamento cercano con los braseros, que podremos sabotear para evitarnos este suplicio.

En cuanto a las animaciones, estas se han actualizado y cambian para mejor buscando más realismo, pero sin desprenderse de esos saltos gigantescos entre un saliente y otro. Bayek se ve más ágil en tierra a la hora de esquivar o correr, pero, como hemos dicho, buscando la realidad de los movimientos estos se hacen un poco más pausados de lo que estamos acostumbrados en otras entregas en las que escalamos una fachada en apenas dos segundos.

Respecto a los gráficos, no hay ninguna pega relevante. El juego es sólido, potente, espectacular y bonito. Aprovecha al máximo el rendimiento y solo sufre algunas caídas de fps en las grandes ciudades cuando se aglomera muchos elementos en pantalla. Problemilla que suponemos se verá solucionado en las versiones más potentes del título como en PC o en las versiones de las consolas mejoradas. Nosotros hemos analizado el juego en una PlayStation 4 normal. Mencionar que el juego viene completamente doblado al castellano, que es de agradecer, aunque se encuentren los típicos fallos en juegos de esta índole como voces repetidas en diferentes personajes sin mucha relevancia y voces de joven en personas de avanzada edad, por ejemplo. El apartado sonoro cumple en general sin ganar mucha importancia siempre acompañando los momentos que se viven en pantalla: cuando hay acción suena música tensa y cuando estamos en modo sigilo suena música que acompaña.

Assassin's Creed: Origins
El título cuenta con un apartado visual precioso y llamativo

La primera hoja en las sombras

Pasemos ahora a tratar cómo es Assassin’s Creed Origins en cuanto a lo jugable. Donde hay que destacar que se ha implementado un selector de dificultad que nos permite elegir entre fácil, normal y difícil, pero que en base a nuestra experiencia, en la dificultad ‘difícil’, el desafío no aumenta en mucha medida, salvo en el caso que queramos enfrentar enemigos de mayor nivel que nosotros, algo de lo que hablaremos después. Primero hablemos de la novedad más importante y destacable del título: el nuevo modo de combate.

Ubisoft ha tenido a bien decidir cambiar el combate del juego y, como ya todos hemos podido ver en diverso gameplays, es un combate que ha cambiado mucho respecto a otras entregas y para que se entienda fácil —y no lo hemos podido evitar— sigue el esquema básico de los Souls: tenemos un botón de ataque rápido, otro de ataque fuerte que servirá para desbaratas defensas a enemigo con escudos, por ejemplo, otro para esquivar y otro para hacer contraataque, además de otro con el que cubrirnos y uno más para utilizar el arco. Este esquema básico que se puede llegar a desarrollar más con el árbol de habilidades hace que el combate sea más satisfactorio que en otras entregas que podías ganar peleas machacando botones.

Con esta nueva manera de luchar no puedes dar pasos en falso o lanzar ataques al aire, la penalización de los enemigos si fallas un ataque te hace pensar bien tu estrategia y seleccionar bien qué vas a hacer y cómo vas a hacerlo. Además, en esta entrega los enemigos son más listos y duros, no esperan turno para atacarte e incluso se coordinan para hacerlo. Como siempre en estos juegos encontramos la misma variedad de enemigos: los normales, los ágiles, los brutos y los jefes, a parte de los bosses que tiene el juego. Añadir que en el título se han implementado una amplia variedad de armas cuerpo a cuerpo (espadas, espadas curvas, dagas, mazos, lanzas…), cuatro tipos diferentes de arco (de cazador, de depredador, de guerra y de disparo rápido) más la hoja oculta de todo Asesino y las herramientas (bombas de humo, bombas de fuego, dardos narcóticos…). Sin duda, este nuevo modo de combate, sin llegar a ser muy profundo, enriquece la experiencia de juego y suma puntos al título.

Assassins Creed: Origins lucha
Los combates son más tácticos y requieren más del jugador que en anteriores entregas

En cuanto al sigilo, piedra angular de la franquicia, las cosas funcionan más o menos como siempre, aunque con algunas mejores significativas, pero no relevantes. Ahora los guardias tienen una mejor visión y te detectan con más facilidad, pero no supone un gran problema si las cosas se hacen bien. Los enemigos ahora disponen de tres estados: blanco que corresponde al estado normal, amarillo que representa alarmado por algo que irá a investigar y, por último, rojo que hace referencia al estado alertado.

Otro de las novedades que se ha incluido en este Assassin’s Creed ha sido la introducción de elementos RPG. Es cierto que ya estaba la subida de niveles y adquirir diferente equipo y demás, pero en este juego va un poco más allá y, sin ser muy profunda, la inclusión de elementos RPG nos ha parecido adecuada, bastante básica, pero adecuada. Tiene el nivel adecuado como para ser fácil de comprender y disfrutar, pero sin llegar a abrumar a alguien que no esté muy familiarizado con el género. En primer lugar, y lo más destacable de esto, es que el nivel es el elemento más importante a la hora de afrontar los enfrentamientos, haciendo que, si estamos un poco por debajo o en el mismo nivel que el adversario, el combate sea un desafío, no desmedido, pero sí considerable. Mientras que, si superas el nivel recomendado por un par o más, la pelea se convierte en un mero trámite prácticamente, y esto es algo peligroso ya que en el título si realizamos bastantes actividades secundarias es fácil outlevearse y fastidiar así la experiencia relacionada con el combate. Es mucha la diferencia entre un extremo u otro.

Respecto a las estadísticas del personaje en este título no estarán presentes, y es que tanto el daño como la vida aumenta cuando subimos de nivel de forma automática. En sustitución a esto y como medida para personalizar a nuestro personaje dispondremos de un árbol de habilidades que nos permitirá desbloquear aptitudes para Bayek como, por ejemplo, la de hacer un ataque especial presionando ambos botones de ataque.

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Podremos personalizar a nuestro personaje con este árbol de habilidades

Por otro lado, y también de vital importancia en nuestro poder, será el loot o los objetos que nos darán los cofres, completar misiones o los enemigos. Siguiendo un esquema clásico de rarezas encontramos objetos de la rareza común (azul), rareza poco común (morada) y rareza legendaria (dorado). A mayor rareza mejor será el ítem en cuestión y nos ofrecerá mejores estadísticas y alguna pasiva interesante como, por ejemplo, veneno o fuego en un arma. Ahora, todos estos objetos los podremos vender, desmontar para obtener materiales para el crafteo o mejorar si es un objeto que nos gusta especialmente y se ha quedado anticuado en estadísticas. Otro de los cambios de esta entrega es que tendremos la misma armadura todo el juego e irá evolucionando según la mejoremos de común a legendario con materiales, las mejores aumentarán las estadísticas y su aspecto físico. Aunque dispondremos de sets visuales para nuestra apariencia básica.

Conclusión

Assassin’s Creed Origins cumple de forma notable en todos los aspectos y muestra un producto final y acabado, dejando atrás los fantasmas que tenía esta franquicia. Es un título que todo fan de la saga debería jugar, porque mantiene correctamente la esencia e implementa elementos frescos y divertidos a la serie. Sin duda, ha cumplido con las expectativas, aunque podía haber mejorado en algunos aspectos relacionados con la narrativa, pero aun así es un título totalmente recomendable que marca el camino que debe seguir la serie de los Asesinos. En definitiva, Assassin's Creed Origins es la renovación que necesitaba la saga.

Redactado por:

Soy de esa generación que creció viendo jugar a su hermano mayor. Me encantaba, pero un día decidí dar el paso y coger el mando. Fue mi perdición...