Tal y cómo ha venido ocurriendo durante los últimos años con el Universo Cinematográfico de Marvel, son muchos los periodistas que están acusando a Avatar: El sentido del agua de ser el mayor fracaso cinematográfico del año, al menos en lo que a taquilla se refiere. Se escudan en que James Cameron exige alcanzar los 2.000 millones de dólares (o más) para que sea rentable, pero no tienen en cuenta que las declaraciones del cineasta son una exageración más para generar hype, que para representar la realidad de la industria.
James Cameron explicó a finales de diciembre que exigió un presupuesto absurdamente elevado para hacer Avatar: El sentido del agua. De ahí que su previsión para que resultase rentable pasaba por ser la tercera o la cuarta película más taquillera de la historia solo para no generar pérdidas. Pero tal y cómo te explicaré, esto es totalmente incierto.
The Hollywood Reporter aumentó el presupuesto a 350-400 millones de dólares sin sumar los gastos en publicidad. Pongamos que Avatar: El sentido del agua costó finalmente unos 500 millones de dólares...
Si el presupuesto total de Avatar: El sentido del agua es de 500 millones de dólares (cifra que me parece surrealista, todo hay que decirlo), es mentira que se requiera alcanzar los 2.000 millones de dólares en las taquillas de todo el mundo para pueda considerarse una película rentable. Con un factor de multiplicación x2.5 ya se encontraría el punto de equilibrio, mientras que con un x3 se conseguirían ingresos y beneficios para todas las partes implicadas. Es decir, Avatar: El sentido del agua ha de recaudar 1.500 millones de dólares para ser rentable.
Y siento decir a los más pesimistas que esta cifra la superará con creces, quizás sin aproximarse a los 2.000 millones de dólares, pero quedándose muy cerca de la barrera. Se prevé un estreno mundial de 500 millones de dólares, y con las Navidades por delante, es fácil multiplicar por 3 la recaudación de su primer fin de semana.
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