Animales Fantásticos: Los secretos de Dumbledore es el ejemplo perfecto de cómo una película puede esconder una parte buena, y otra regulera. Y es poco comprensible que J.K. Rowling, tan centrada en sus libros originales (me refiero a la saga Harry Potter), escriba guiones tan difusos como los que nos está regalando en esta nueva franquicia. ¿Me ha gustado? Bastante, todo hay que decirlo; pero también me ha decepcionado porque yo el cambio que se vaticinaba, no lo veo por ningún lado.
El verdadero problema de Animales Fantásticos: Los secretos de Dumbledore
"Animales Fantásticos" y "Los secretos de Dumbledore" son realmente dos películas completamente diferentes: la primera, un compendio de chistes manidos y ya vistos en anteriores entregas sobre Newt Scamander y sus compañeros de aventuras. La segunda, un intenso drama sobre un amor imposible que provoca tensiones muy peligrosas de cara al futuro.
¿Por qué se empeña Warner Bros. en llamar a esta franquicia 'Animales Fantásticos' cuando ha quedado patente que es un nombre que no tiene tirón? Es más, con Los secretos de Dumbledore, esas bestias mágicas desaparecen casi por completo y tan solo de cara al final tiene protagonismo una especie en concreto que no desvelaré por motivos obvios. Era la oportunidad perfecta para lanzar películas independientes sin intentar meternos con colador a Newt y sus amigos; porque con esta tercera entrega es evidente que intentan ser un hilo conductor, cuando todos estamos intentando ver qué ocurre a continuación entre Grindelwald y Dumbledore.
Esta mezcla deriva en una película 'por trozos': en momentos, estamos súper metidos en qué ocurre con Credence y Grindelwald, cómo es la relación de este con Dumbledore, o cómo el futuro director de Hogwarts busca desesperadamente una forma de evitar el conflicto directo. Por otro lado, tenemos a un largometraje más cercano al segundo, en el que los protagonistas reales (Newt y su hermano, por ejemplo) molestan más que ayudan.
No echarás de menos a Johnny Depp
La magia de Animales Fantásticos: Los secretos de Dumbledore
Por suerte, hay momentos maravillosos en Animales Fantásticos: Los secretos de Dumbledore, motivo por el que le he acabado subiendo la nota varios enteros. En especial, las pocas escenas de magia que aparecen (no hay tantas como se anticipaba) son de las mejores de toda la franquicia, y evidencian que David Yates ha encontrado de nuevo esa chispa que perdió durante una época.
Mads Mikkelsen es un enorme Grindelwald
También destaco de forma muy positiva la química entre Grindelwald y Dumbledore, y abro aquí un debate por el que me muchos me mataréis. ¿Hubiera sido posible Johnny Depp crear esta relación tan íntima entre su personaje y el de Jude Law? Porque creo que el villano ha mejorado una barbaridad gracias a Mads Mikkelsen al regalarnos una versión menos egocéntrica y excéntrica que la que nos interpretó el actor de Piratas del Caribe. Sé que muchos le idolatráis, pero Grindelwald necesitaba un toque muy diferente al que vimos en la segunda entrega, y aquí por fin se ha alcanzado.
Por último, las bestias mágicas siguen teniendo un papel en la saga, pero aquí pierden importancia en detrimento de la historia que nos interesa más (la de Grindelwald y Dumbledore). Ahora bien, cuando aparecen, se quedan en un segundo plano (salvo de cara al final) siendo meras herramientas para sacar una sonrisa al espectador. Como si Warner Bros. Pictures quisiera vendernos merchandising a fuerza.
No es la película que queríamos, sino una especie de 'transición 2.0'
Animales Fantásticos: Los secretos de Dumbledore es una película transitoria hacia un posible final. Y digo posible, porque Los crímenes de Grindelwald también era de transición. ¿Habrá algún momento en el que la saga nos deje en tensión en todo momento? ¿O seguirán creándose subtramas una tras otra? Porque al salir del cine, he tenido la sensación de que no ha pasado absolutamente nada en las siete horas y media de franquicia que llevamos.
Por suerte, sigue siendo una película entretenida, que me ha gustado bastante a pesar de todo lo que he comentado, y que nos ha regalado a dos de los mejores personajes de J.K. Rowling: Grindelwald y Dumbledore.
La historia de Dumbledore y Grindelwald está muy bien contada, y también la de la familia del futuro director de Hogwarts. Ahora bien, cuando la película se centra en Newt y su pandilla, nos llega el bostezo
Grindelwald y Dumbledore están magistrales, y su historia nos importa
Mads Mikkelsen es mejor Grindelwald que Johnny Depp
Los momentos mágicos (aunque no tan numerosos) son una delicia
David Yates nos regala su mejor película en lo visual: es preciosa
Newt y su pandilla: no nos interesa sus tramas, y eso es un verdadero problema
Recurrir a las bestias para intentar hacer gracia... Pues ya ha quedado desfasado
Netflix, HBO Max, Prime Video, Disney Plus y Filmin, mis plataformas de streaming favoritas. Harry Potter, Marvel, DC, James Bond y Fast & Furious, mis películas comerciales preferidas. La vida es bella, mi película favorita. Así soy yo, y así seguiré.
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