Crítica de El Camino: Una película de Breaking Bad - Regalo para nostálgicos
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Crítica de El Camino: Una película de Breaking Bad - Regalo para nostálgicos

Gilligan factura con magia y descaro el final que merecía Jesse Pinkman

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Portada de El Camino: Una película de Breaking Bad
  • Fecha de estreno: 11/10/2019
  • Género: Suspende, Drama
  • Productora: Netflix
  • Director: Vince Gilligan
  • Guionista: Vince Gilligan

En 2008 comenzó la emisión de una serie que marcaría a un punto de inflexión en la historia de la televisión. Son muchos los aspectos positivos que se pueden extraer de "Breaking Bad", pero por encima de todo había algo de ese universo creado por Vince Gilligan que dejó un gran poso perpetuo en la mente de los espectadores: los personajes. Pocas veces se ha visto en la televisión se han visto unos protagonistas tan redondos y profundos como los de esta ficción. Su desenlace entregaba la coronación sublime para Walter White, y empaquetaba un producto que ya forma parte de la cultura general. Ahora bien, un importante cabo quedó suelto durante más de una década. ¿Qué había pasado con Jesse Pinkman?

Tomando esto como punto de partida, Sony Pictures y AMC acudieron a la llamada de Vince Gilligan para saldar cuentas. "El Camino" se presenta para servir de pegamento de todas esas ilusiones que se quedaron colgando cuando finalizó la serie en 2013, dejando miles de sueños sin sustento. Partiendo de esto, no sorprende encontrarnos con una condición sine qua non de cara al disfrute de la película; conocer la historia original. Dando por hecho que el fan de "Breaking Bad" es el espectador de la película, esta conforma un precioso regalo de Gilligan y su gente a los nostálgicos que se quedaron hambrientos.

Jesse Pinkman

Es el eje de toda la película, qué duda cabía. Es el cabo suelto que quedó de la serie y Gilligan lo sabe. Con todo, Aaron Paul se pone de nuevo gorro para encarnar magistralmente al compañero de Heisenberg. Lo hace sobreponiéndose a los cambios físicos de la edad y a una experiencia adquirida que modifica su punto de partida. Pero nada de eso le importa. De Jesse se saben ya muchas cosas; tío pícaro cuya única forma de sobrevivir son los trapicheos y la mala vida. Pero por encima de todo, Pinkman es un hombre perteneciente a un mundo equivocado. Una buena persona que lidia con villanos. Algo que sin Walter al lado, cobra un nuevo significado.

Al final de la serie Heisenberg volvía para liberar a Pinkman de su cautiverio. Se marcaba así suponiendo una magistral paradoja en la que Aaron le daba todo lo que Cranston quería para su vida. El Camino se desmarca -por necesidad- de esta dinámica. Aquí Pinkman está solo frente al mundo, y frente a unas consecuencias ineludibles. Condición que el director aprovecha para convertir al alumno en el maestro, creando un nuevo Walter en la piel de Pinkman. Ese es el verdadero leit motiv de la producción.

El Camino: Una película de Breaking Bad

Sin caer en tropelías narrativas ni deus ex machina torticeros, Gilligan logra metamorfosear a un personaje firmemente establecido en la mente del espectador. Lo hace en tan solo 120 minutos, demostrando su conocimiento del mundo y los personajes que él mismo creó una década atrás. "El Camino" empuja a Jesse por una balanza imposible que no tienta ni hacia la oscuridad ni hacia la luz. Todo camina hacia la redención y el arrepentimiento, con unas cuantas dosis de venganza de por medio. La fórmula de "Breaking Bad" de nuevo en funcionamiento.

Respetuosa con todo lo que representa

El director tenía el pastel en bandeja para colocarle la guinda del fanservice. Popularidad, gran legión de fans, tiempo de espera extenso. Gilligan disponía de un contexto justificado para apostar con un enfoque conservador. Por cargar el metraje de cameos gratuitos. Y sí, hubiera funcionado. El cineasta, sin embargo, encuentra un equilibrio inefable entre lo que su autonomía como creador, y su responsabilidad para con los fans. Claro que esto no impide las apariciones de personajes tan queridos como el flaco Pittman, Badger o Mike Ehrmantraut. Pero todas ellas llegan al servicio de una historia con finalidades ajenas al placer de la marca.

De hecho, lejos de enturbiar el metraje, estos momentos de acercamiento a la serie protagonizan algunos de los puntos climáticos más emocionantes. El caramelo de turno es un puente entre producciones protagonizado por un Walter White aún en el inicio de su aventura en el crimen, y un joven Pinkman dispuesto a comerse el mundo. Gilligan se recrea durante varios minutos aquí, pero pronto evidencia una clara tendencia a cosificar la nostalgia para sublimar esa comparación entre el pasado y el presente.

El Camino: Una película de Breaking Bad

Y todo este tiene su punto de cocción en el desenlace de la película, donde haciendo un claro homenaje a la conocida escena de la mosca, Pinkman por fin abraza la transformación completa, abandonando la poca humanidad que le quedaba, para acogerse a una figura ya icónica tanto dentro como fuera de este universo. La cinta termina revelándose como un epílogo que rima en tono y verso con la historia original de descenso a los infiernos liderada por Walter. No es una nueva temporada de "Breaking Bad", pero hace las veces de la misma.

Y más allá de eso, la producción también funciona como película autónoma. Cuenta con un ritmo frenético propio y una trama increíblemente ambiciosa. Un guion que rehuye del pesimismo decadente al que se dirigía por coherencia y evolución el personaje de Paul, y gira bruscamente hacia el delirio más transversal. El salto triple mortal de Gilligan queda ejecutado con habilidad esquivando esa temida mancha del tropiezo sobre una leyenda consolidada.

Conclusión

"El Camino" llega tarde pero llega; es la conclusión perfecta para un producto que casi nadie veía inacabado. Funciona como película y es cuidadosa con todo lo que representa. Es el final soñado para Jesse Pinkman y sabe dosificarse para dar al espectador todo lo que merece. Quizá se echa en falta algo más de acción, pero el hilo que teje Gilligan resume la transformación de Heisenberg, y la traslada a un Pinkman que brilla con fulgor en el tercer acto. Es el regalo perfecto para los que alguna vez vibraron con Walter y su descenso al Tártaro. "El Camino" es "Breaking Bad".


El Camino: Una película de Breaking Bad

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Gilligan vuelve más de una década después sobre una de las historias más influyentes de la historia de la televisión, para ponerle al pastel una guinda que rehuye de soluciones fáciles. Sin Walter de por medio, Aaron Paul da continuidad a su personaje completando un viaje que necesitaba rimar con la serie original.

  • Las conexiones bien medidas con la serie original
  • Aaron Paul
  • Apariciones estelares con sorpresas incluidas
  • El apoteósico desenlace
  • Escasez de acción en comparación con la serie
Duración: 122 min

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Redactado por:

Periodista amante del cine. A veces antepongo la forma al fondo... Pero no siempre.