Echemos la vista atrás. En 3 fases, Marvel nos ha llevado de un ególatra multimillonario secuestrado en el desierto al chasquido de Thanos y la despedida de nuestra espía favorita en una última misión (sí, ya sé que “Viuda Negra” en teoría es Fase 4, pero mejor deja de engañarte). También tenemos las series, que esas sí han dado el pistoletazo de salida -y vaya pistoletazo- a ese nuevo ciclo. Pero en el cine, la auténtica encargada de hacerlo ha sido “Shang-Chi y la Leyenda de los Diez Anillos”. Y chico, hay que ver cómo se las gastan en La Casa de las Ideas.
Cuando se anunció la película muchos se quedaron sorprendidos. ¿La primera apuesta del UCM lejos de terrenos conocidos iba a ser un superhéroe, digamos, fuera de la primera línea de la editorial? ¿Por qué arriesgarte así cuando tienes los derechos de personajes mucho más famosos y atrayentes? Pues a callar, señores, porque con “Shang-Chi y la Leyenda de los Diez Anillos”Marvel lo ha vuelto a hacer.
Rompiendo el molde
Viendo la película, queda claro que Kevin Feige y compañía sabían lo que se hacían en todo momento. Después de esas 3 fases, el comentario de “la burbuja de los superhéroes acabó con Endgame” ha sido un mantra constante entre los escépticos. Y hacia falta algo distinto, sí. “Shang-Chi”, ni más ni menos. El filme rompe con la fórmula Marvel tan trillada y pulida y, lejos de ser una cinta de superhéroes al uso, se mueve más bien en los campos de juego del cine de artes marciales y aventuras a lo Jackie Chan. Eso sí, tampoco se olvida de los lugares comunes que mejor funcionan en el género, especialmente en su tramo final.
Os aseguro que soy de los que podría tragarse entusiasmado otras 50 películas “iguales” de la compañía, pero de verdad os digo que este soplo de aire fresco que es “Shang-Chi” no le puede sentar mejor. Por momentos olvidas incluso que estás viendo a un futuro Vengador porque toda la maquinaria funciona en favor de sí misma y no de algo más grande. Ante todo es una historia de orígenes y es sensacional por sí sola. Era un todo o nada y les ha salido fantásticamente bien.
Con buena letra
Precisamente por eso último, “Shang-Chi” tiene desde ya el honor de ser una de las historias más sólidas de todo el Universo Cinematográfico de Marvel. El trabajo que hay detrás se aprecia en cada detalle. La acción es una pasada y muy, pero que muy, abundante; el precioso sello estético le confiere a la cinta una personalidad única, se toma su tiempo en desarrollar a los personajes principales… Y todo conecta entre sí sobre un eje vertebrador tan sencillo y eficaz como es el tema del legado familiar y la necesidad de conocerse a uno mismo, dándole una coherencia que no siempre se encuentra en este universo. Qué gusto da ver blockbusters realizados desde el cariño y el esfuerzo.
No os voy a engañar, a mí me das un poco de mitología asiática, cuatro templos y un par de dosis de patadas y estoy dentrísimo de casi cualquier película. Pero el director Destin Daniel Creton consigue que no sea una mera fachada de contenido vacío. Todo es entretenidísimo y tiene un porqué. Tampoco se precipita. Tras el prólogo inicial, “Shang-Chi” mantiene un ritmo que va de menos a más y poquito a poco va construyendo todo un universo en el que a mitad de película ya quieres entrar a vivir y quedarte para siempre gracias a su forma, su fondo y sus personajes carismáticos y embaucadores.
Consciente de sí misma
Otro puntazo a favor de “Shang-Chi” es lo bien que sabe dirigirse a nosotros, a su público. Somos fans de gente poderosísima que salva el mundo como el que va a un martes a la oficina. En pelis así hemos venido a ver guantazos y movidas sobrenaturales, no (solo) a escuchar monólogos existenciales. Queremos de eso. Y sí, nos lo da. A lo largo de las 2 horas y cuarto -ligeramente excesivas- si conseguimos sortear los baches más tediosos nos encontraremos con que se diseminan numerosas escenas potentísimas que se ganarán a cualquiera por su acción, por sus cameos o, sencillamente, por su humor.
Es aquí donde la verdadera estrella de la película brilla con luz propia. Awkwafina es todo lo que está bien en este nuestro mundo. Tiene un carisma tal que en cuanto tiene medio segundo en pantalla la película pasa a ser suya. Su protagonismo va disolviéndose con el paso de los minutos para, lógicamente, cedérselo al propio Simu Liu, que también está fantástico. Pero es que ella es otro rollo. Como pasara con Florence Pugh en “Viuda Negra”, Marvel ha encontrado en “Shang-Chi” a un nuevo secundario icónico que será un flechazo inmediato.
Conclusión
Por abreviar, el próximo 3 de septiembre haceos un favor e id a ver “Shang-Chi y la Leyenda de los Diez Anillos” al cine más cercano. Y dejaos llevar. A cambio os llevaréis una experiencia sensacional que a buen seguro os hará vibrar, reír y asombraros. A fin de cuentas, el cine también se trata de eso, ¿no? Sin necesidad de ser la mejor película de la franquicia, sí es una gran aproximación a los superhéroes desde un nuevo y renovado prisma que, además, funciona a las mil maravillas por sí sola como historia individual. Marvel, lo has vuelto a hacer.
Por abreviar, el próximo 3 de septiembre haceos un favor e id a ver “Shang-Chi y la Leyenda de los Diez Anillos” al cine más cercano. Y dejaos llevar. A cambio os llevaréis una experiencia sensacional que a buen seguro os hará vibrar, reír y asombraros. A fin de cuentas, el cine también se trata de eso, ¿no? Sin necesidad de ser la mejor película de la franquicia, sí es una gran aproximación a los superhéroes desde un nuevo y renovado prisma que, además, funciona a las mil maravillas por sí sola como historia individual. Marvel, lo has vuelto a hacer.
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