El Hombre del Norte me ha dejado con un muy buen sabor de boca en general, pero uno de los aspectos que me parecen más destacables es la puesta en escena y la ambientación. Esto se ha conseguido gracias al uso de abundantes efectos prácticos, acompañados de una buena utilización de efectos especiales para reforzar la experiencia. Todo ello hace que la visceral acción parezca más real aún.
Está bastante claro que la nueva cinta de Robert Eggers se ha ganado con ciernes su calificación de edad de +18. La violencia de El Hombre del Norte es explícita y abundante, y también lo son los desnudos y el contenido sexual, la experiencia me parece muy disfrutable. Pero, entonces, ¿por qué su director se queja de que no ha podido mostrar todo lo que quería?
El cineasta de esta reciente fantasía de vikingos ya resaltó algo similar sobre El Faro. En este anterior proyecto, mencionó que deseaba incluir un par de escenas muy explícitas, como "un desnudo frontal completo y una erección". Al final, y por mucho que a algunos les habría encantado ver "algo más" en la escena de masturbación de Robert Pattinson, solo vimos sus expresiones.
Lo que sucedió entonces es idéntico a este caso que os estoy contando. Según el director, que ha hablado con Polygon recientemente, el estudio intervino para robarles los penes. Las tres razones que le dieron a Eggers fueron las siguientes:
Encuentro bastante cómico que se haya de censurar algo así, algo que a día de hoy parece muy básico. En Euphoria o Sex Education hemos visto una cantidad apabullante de genitales y su éxito es innegable. Así, esta frase de Robert Eggers refleja a la perfección lo que pienso: "Solo quiero decir que esta es otra película donde quería penes y no los he conseguido".
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