La gala de los Premios Oscar 2021 ha sido sin lugar a dudas una de las más descafeinadas y pobres que se han visto en los últimos años. La ceremonia estaba dirigida por Steven Soderbergh, que prometía que se vería como una auténtica película de Hollywood. Y la cosa empezó bien, con una intro prodigiosa de la cámara siguiendo a Regina King mientras entraba al escenario, con los créditos de todos los participantes a modo cinta de Tarantino. Pero hasta ahí llegó lo bueno.
La guinda del despropósito se puso en el final de la celebración. Los organizadores decidieron que era buena idea cambiar el orden de los premios y dar el Oscar a Mejor Película antes que los de los intérpretes. La idea, claro, era acabar con un sentido homenaje a Chadwick Boseman después de ganar a Mejor Actor. La sorpresa fue mayúscula cuando el vencedor fue (de forma totalmente merecida) Anthony Hopkins, que se encontraba durmiendo plácidamente en su casa de Gales.
De este modo, Joaquin Phoenix anunció el nombre de Hopkins, cuya máxima presencia fue una fotografía. Evidentemente no hubo discurso, por lo que a continuación la cámara enfocó al DJ, que dio las buenas noches a la audiencia para poner el desenlace de la gala. El final más anticlimático posible para unos Oscar que decepcionaron a propios y extraños. Al menos, Glenn Close, Youn Yuh.jung y Daniel Kaluuya nos dieron unas risas.
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