Últimamente, hemos recomendado bastantes películas de terror de Netflix, pero la ciencia ficción también puede dar bastante miedo. Este es el caso de Bigbug, el último trabajo del director de Amelie, Jean-Pierre Jeunet, que aunque tiene un enfoque bastante cómico, también nos muestra un futuro desolador. Por si te perdiste algún detalle de la cinta, hemos resumido todas las claves de su final.
¿Consiguen escapar los humanos? ¿Cómo vencen a los Yonyx?
En el último acto de la película, los Yonyx dan dos opciones a los humanos: morir o convertirse en sus esclavos.
Victor diseña un plan para acabar con el robot Yonyx: el grupo destruye sus sistemas visuales y lo obliga a depender de sus sensores térmicos.
Finalmente, Victor consigue apagar los sistemas térmicos del robot y Leo lo inmoviliza para que Nina le de una descarga.
De esta forma, el robot desconecta los sistemas de seguridad de la casa y los humanos pueden salir de ella.
Aparecen más Yonyx, pero todos son interceptados y destruidos por un sistema de defensa de drones porque accidentalmente se etiquetaron a sí mismos como objetivos.
El final de Bigbug intenta demostrar que no hay tantas diferencias entre humanos y máquinas, ya que ellas también tienen la capacidad de cometer errores.
¿Qué pasa con los androides?
Los androides domésticos resaltan el deseo de las máquinas de aprender de sus creadores y volverse más como humanos.
Tom sale malparado al intentar ayudar a Nina y Monique es destruida mientras salva a Alice. Del mismo modo, Greg también intenta proteger a Francoise.
Durante los momentos finales, todos los androides son reparados, incluso Monique. Aunque no volvemos a ver a Greg, podemos asumir que Francoise también lo arregló.
Para terminar, los androides reciben una actualización que les proporciona un programa equivalente a un alma, completando así su búsqueda para convertirse en humanos.
Dicen que los que escriben sobre cine son guionistas frustrados, en mi caso es bastante cierto. Consumo películas y series por encima de mis posibilidades. Durante una temporada fui redactor de horóscopos, hoy en día sigo escribiendo sobre ficción.