Disney no es la única compañía que se está preparando para el aterrizaje en el mercado del streaming, y es que el próximo 2019 la lucha por el trono de la televisión cobrará dimensiones de gigantes. Aunque a día de hoy HBO y Netflix copan casi la totalidad del sector, con participaciones residuales de Amazon Prime o Hulu, en uno pocos años todo dará un giro de 180 grados. La compra de Fox por parte de la compañía de Bob Iger es solo el inicio del plan para consolidar su propia plataforma de contenidos, ante un contexto en el que tendrá que competir con la futura apuesta de Apple y su casi ilimitado fondo de recursos. Ante esa situación las actuales reinantes del streaming tendrán que unirse a las grandes o echarse a un lado, y los de Reed Hastings podrían ser los primeros en tener que decidir.
A la inversión en contenido propio que ha puesto sobre la mesa la compañía de Tim Cook se podría unir un movimiento de respuesta al terremoto del mes pasado. Según Jim Suva y Asiya Merchant, dos analistas de Citi (vía Bussines Insider), existe un 40% de probabilidades de que Apple compre Netflix. Su explicación se basa en el exceso de liquidez que tiene la compañía y al nuevo recorte de impuestos para las empresas impuesto por Trump. Ahora el gobierno de Estados Unidos ofrece un subsidio único para que las compañías nacionales recojan beneficios fuera de las fronteras y lo lleven dentro del país a un menor coste impositivo:
"La compañía tiene demasiado dinero en efectivo, casi 250 mil millones de dólares y crece a razón de 50 mil millones al año. Eso es un problema considerable a tener en cuenta", aseguran. "Históricamente, Apple ha evitado repatriar efectivo a los Estados Unidos para evitar altos impuestos. Ahora la reforma fiscal puede permitir a Apple utilizar este capital. Con más del 90% de su efectivo en el extranjero, un impuesto de repatriación del 10% le daría a Apple 220.000 millones de dólares por fusiones y adquisiciones o recompras"
Aunque Netflix ha hecho una fuerte apuesta en contenido original para el 2018, las cifras que manejan los gigantes empresariales del país, elevarán el nivel de la liga a una cotas difícilmente alcanzables para jugadores independientes. Tanto HBO como los de Reed Hastings tendrán que comenzar a replantearse su futuro en un medio largo plazo, y no es de extrañar que los paraguas más grandes terminen siendo los que más agua recojan.
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