Los finales nunca son sencillos, y si no que se lo digan a Damon Lindeloff. HBO tiene que cerrar la serie más importante de las últimas décadas intentando contentar a millones de personas. Una quimera que está dando más de un quebradero de cabeza a Benioff y Weiss, y que esta última semana ha dejado a más de un fan con la mirada de Bran. "Juego de Tronos" está disgustando más que otra cosa, y el guion tiene gran parte de la culpa.
Aunque no se le puede negar a Miguel Sapochnick el talento a la hora de dirigir un episodio tan complejo, el propio libreto sobre el que trabajaba estaba plagado de decisiones más que cuestionables. El poco tiempo metraje que queda para finalizar la serie empujaba a los showrunners a quitarse de en medio a personajes y tramas con las espectaculares llamas de Drogon. Pero ni siquiera el fuego ha sido capaz de tapar todas las manchas.
Sobra decir que esto es un artículo de opinión, y que es totalmente lícito no estar de acuerdo con él. A continuación dejamos los momentos más decepcionantes, vergonzosos y/o incoherentes de "Las campanas".
Las ballestas, ese arma que tan pronto es un cachibache inservible, como se convierte en un arma matadragones letal. Tras una presentación imponente en la séptima temporada, estas armas desaparecían de la serie solo para regresar por todo lo alto en el cuarto episodio de la octava temporada. Sin embargo, lo hacían ¿mejoradas?
Euron lograba acertar no una, sino hasta varias veces acabando con Rhaegal, para a continuación fallar estrepitosamente con Drogon. Algo que se repetía esta semana. ¿Se puede perder tanta puntería en tan solo unas pocas horas? Aunque la presencia de un solo dragón parecía hacerse insuficiente para hacer caer la ciudad, Daenerys se convierte de repente en una máquina asesina capaz de esquivar todas las ballestas. La consistencia se quedó en Invernalia.
Sapochnick no consiguió contentar a los fans, pero sí convertirlos en estrategas militares. "La Larga Noche", dejando de lado su polémica por la oscuridad, evidenciaba la nefasta táctica de combate del ejército de los vivos. Los Dothrakis se convertían en un sacrificio sin sentido al cargar de frente contra los muertos. La oscuridad pasaba por encima acabando con ellos ¿no?
Demos la bienvenida al enésimo agujero de guion. Durante el asalto a Desembarco del Rey, los supervivientes de los Inmaculados y del ejército Stark se adentran en la ciudad y comienzan a barrer a los Lannister. Sin embargo entre sus filas también hay Dothrakis, y no precisamente pocos. No aparecen en el plano general -solo tres contados- del comienzo del episodio, pero sí en plena acción. ¿Habrá también resucitado Khal Drogo?
Más fuego que conversaciones, más espectáculo que coherencia, más blockbuster que "Juego de Tronos". El quinto episodio está enfocado desde una perspectiva global que hace complicado poder captar el brillo individual de cada uno de los personajes. Sin embargo sí hay duelos uno contra uno, aunque no los esperados. El enfrentamiento entre los hermanos Clegane era previsible y se resuelve bien, pero ¿qué hacen Euron y Jaime peleando?
A nadie le importa el Greyjoy. Ni ahora, ni cuando apareció por primera vez hace varias temporadas. Pensar que ponerlo frente al Lannister en uno de los momentos más intensos de la serie es una buena idea, resulta hilarante. Por suerte Euron muere a manos de Jaime, y por suerte este último se aprovecha de una incoherencia narrativa más para ponerse a correr como un loco detrás de su hermana con dos heridas mortales en el torso.
Era el ojito derecho de Martin, quien tenía siempre más información que los propios lectores. Un narrador omnisciente dentro de su propio mundo de tejemanejes. Pero Benioff y Weiss no sabían qué hacer con él. Varys pasaba de ser una pieza clave del destino de Poniente a un simple títere de Daenerys. ¿Estaba esperando su momento? Sí, pero no para tramar, sino para hacer el ridículo.
En el pasado sus movimientos eran prácticamente imperceptibles, y habían dado lugar a decenas de teorías. Pero su final no podía ser más decepcionante. No solo por traicionar a la Targaryen abiertamente contradiciendo su propia idiosincrasia, sino por quedar reducido a una herramienta narrativa más, puente de un cliffhanger que por supuesto sorprenderá (cómo no).
Ni Valonqaar, ni fratricidio pasional, ni caída épica. Cersei se despide de Juego de Tronos sin haber prácticamente mencionado palabra en toda la temporada. Y lo hace con la muerte más ridícula de toda la serie. Tras su pequeño momento de reconciliación correspondiente, la Lannister perece junto a Jamie haciendo lo que llevaban toda la vida haciendo; esconder su amor de la mirada de los demás.
El fuego de Drogon acaba con el potencial que le quedaba al personaje, y le deja con un recorrido en la serie ciertamente agridulce. A no ser, claro, que Benioff y Weiss se estén guardando alguna sorpresa para el episodio final. ¿Estarán vivos? Esperemos que no.
Si quieres leer la crítica del episodio 8×05 puedes hacerlo desde aquí.
CONTENIDO RELACIONADO
'Red One' se habrá estrenado en cines, pero es una película producida por Amazon Prime Video
'Gladiator II' se estrena en cines de España el 15 de noviembre de 2024
'Emilia Pérez' es una de las mejores películas de 2024 y llega pronto a España
La actitud de Dwayne Johnson en los rodajes es cuestionable, pero no parece importar a sus compañeros
Todo lo que sabemos sobre el regreso del enigmático Caballero Oscuro
Las críticas del reparto de 'Joker: Folie à Deux' a la película son atronadoras