Super Mario Bros: La película va camino de convertirse en uno de los mayores éxitos de 2023, con permiso de las futuras películas que se estrenen de aquí a finales de año. Y la clave de su éxito es la similitud de la adaptación cinematográfica con los videojuegos de Nintendo: a diferencia del live-action de 1993, protagonizado por Bob Hoskins y John Leguizamo con terribles resultados, la versión de Illumination aprovecha lo mejor de la saga (su apartado artístico) y lo traslada a la pantalla grande.
Ahora bien, han pasado 30 años desde aquel fallido experimento de Nintendo por adaptar al mundo real los personajes de Mario y Luigi... ¿Cómo sería a día de hoy un live-action protagonizado por estos dos famosos fontaneros? No hace falta que te lo imagines, porque la Ingeligencia Artificial lo ha hecho por ti, y de nuevo, el resultado no me convence en absoluto.
Mi pregunta al ver las dos imágenes que ha creado la IA es muy simple... ¿Por qué nos representa a Mario y a Luigi como dos hombres de 50 años, repletos de arrugas y a los que su trabajo les ha pasado factura? Porque el resultado es aterrador: en la vida me hubiera imaginado que Mario y Luigi, los dos hermanos más famosos del mundo de los videojuegos, fuesen padres (o casi abuelos). Menos aún cuando han de rescatar a una princesa Peach que podría ser su nieta.
Mis conclusiones al respecto son sencillas: Super Mario Bros: La película funciona por ser un largometraje de animación, pero un live-action de esta franquicia no queda tan bien por el imaginario colectivo que existe. Todos nos imaginamos a Mario y Luigi como dos monigotes de un metro y treinta centímetros de altura, y no como hombres canosos y a punto de jubilarse.
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