Si eres un amante del cine de ciencia ficción, seguramente te interesará conocer algunas de las películas más rompedoras que puedes encontrar en Filmin. Este artículo se centrará en tres obras maestras que han dejado una marca indeleble en el género: "La sustancia", "Una ballena" y "Snowpiercer".
En Una ballena, Pablo Hernando se adentra en aguas oscuras y turbias para firmar una de las propuestas más insólitas del cine español reciente: un thriller noir con tentáculos de fantasía cósmica, ambientado en un Bilbao lluvioso donde el crimen organizado convive con criaturas marinas invisibles a los ojos del mundo.
Ingrid García‑Jonsson interpreta a Mónica, una sicaria de pocas palabras que ejecuta con precisión y frialdad. A su alrededor, figuras sombrías —como el mafioso Melville, encarnado por Ramón Barea— mueven hilos en una guerra por el control del puerto. Pero lo que parece un relato criminal al uso se va transformando en algo más inquietante: un relato sobre lo inexplicable, sobre el monstruo que habita bajo la superficie, literal y metafóricamente.
Hernando, fiel a su estilo introspectivo y fronterizo, combina el fatalismo del cine negro con un universo fantástico que recuerda a Lovecraft o Under the Skin. El resultado es una película de atmósfera espesa, casi hipnótica, sostenida por una dirección de fotografía brillante (Sara Gallego) y una banda sonora que contribuye al desasosiego (Izaskun González).
Dirigida con pulso quirúrgico por Coralie Fargeat, La sustancia es una de las experiencias cinematográficas más radicales de los últimos años. A medio camino entre la sátira feroz, el horror corporal y el drama psicológico, la película plantea una pregunta incómoda y poderosa: ¿hasta qué punto estamos dispuestos a destruirnos para encajar en un ideal de belleza?
Demi Moore interpreta a Elisabeth Sparkle, una antigua estrella televisiva que, tras ser sustituida por una versión más joven, accede a una sustancia capaz de crear su doble rejuvenecido. Lo que empieza como una promesa de redención estética deviene en una pesadilla grotesca, donde la identidad y la carne se descomponen al mismo ritmo.
Lejos del efectismo vacío, Fargeat convierte cada transformación física en una metáfora visual: desde el parto monstruoso de Sue (Margaret Qualley) saliendo del cuerpo de Elisabeth, hasta la figura final —una amalgama de expectativas masculinas— que vomita senos y estalla en un teatro inundado de sangre. Todo esto contado con efectos prácticos magistrales que devuelven al género una textura casi táctil, profundamente perturbadora.
Pero lo más impactante no es la violencia visual, sino la emocional. Moore, en el mejor papel de su carrera, ofrece una interpretación valiente y vulnerable, despojándose de toda vanidad para habitar un personaje que no solo teme envejecer, sino que se odia por hacerlo. El resultado es brutal y conmovedor.
La sustancia no es una película cómoda, ni lo pretende. Es una obra audaz que abraza el exceso como forma de denuncia, que subvierte la mirada masculina con su propia exageración y que, en el proceso, redefine los límites del cine de terror contemporáneo.
En Rompenieves, Bong Joon‑ho adapta con maestría la novela gráfica francesa Le Transperceneige, ofreciendo un inmersivo thriller de ciencia ficción que ya está disponible en Prime Video. Ambientada en un mundo sumido en un invierno nuclear, la película sitúa a la humanidad en un tren vivo que circunnavega el planeta. El núcleo narrativo gira en torno a Curtis (Chris Evans), líder de una revuelta contra el orden de clases impuesto a bordo: los más desfavorecidos en cola, los privilegiados en cabeza.
Bong aprovecha la claustrofobia del tren para construir una tensión constante y visualmente impactante. La dirección de fotografía de Hong Kyung‑pyo y los efectos visuales—más físicos que digitales—construyen un microcosmos brutal y auténtico. Desde los vagones de cola sumidos en suciedad hasta los opulentos coches delanteros, cada espacio es una metáfora de la jerarquía social.
El reparto es sólido: Chris Evans aporta intensidad y liderazgo resignado, mientras Tilda Swinton ofrece una interpretación inolvidable como Mason, una elite moralmente retorcida. Song Kang‑ho y Go Ah‑sung suman riqueza dramática, inyectando complejidad emocional en una trama esencialmente política.
Aunque la película fue ignorada en los grandes premios, sí obtuvo reconocimiento técnico y actoral (Fotografía, Diseño de Producción, Mejor Papel Secundario para Swinton). Su éxito ha perdurado, siendo considerada por Fotogramas como una de las mejores películas de ciencia ficción de los últimos veinte años
Rompenieves no es una película fácil: su estructura hipersegmentada—vagón tras vagón—puede sentirse episódica. Sin embargo, esa fragmentación subraya el mensaje: una sociedad fracturada que necesita rebelarse. Bong iguala espectáculo y reflexión: acción brutal y alegoría política conviven para ofrecer una experiencia profunda y vibrante
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