Cuando una comedia española aterriza en la cartelera española, es interesante hacer un simple ejercicio: acceder a las redes sociales y leer comentarios acerca de estas películas que animan la taquilla, pero caldean el ambiente. Este verano ha ocurrido con varias propuestas, como 'Padre no hay más que uno: Campanas de boda', cuarta entrega de una de las sagas de cine español más exitosas de todos los tiempos; 'Cuerpo escombro', con la que comparto la mayoría de malas palabras, y ahora con 'Odio el verano', una comedia 'feel good' que adapta una obra italiana, y lo hace con un buen reparto y un guion efectivo.
He visto 'Odio el verano' y no he muerto en el intento. Si bien es cierto que no es ninguna obra maestra del género ni inventa nada, esta comedia dirigida por Fernando García-Ruiz es lo que espero del cine más comercial: reclamos para atraer al público, un reparto de lujo en su mejor momento y varios momentos divertidos que me hagan reír a carcajadas.
Comprendo que el cine español está moribundo. Ni siquiera las propuestas de autor, sobre todo aquellos thrillers que funcionaban hace una década, recuadan el dinero previsto por sus productoras. Parece que todos quieren tener su particular 'Padre no hay más que uno'. Pero si es lo que funciona y lo que necesita la industria para remontar esta crisis cuyo origen se encuentra en la pandemia de COVID-19, ¿quiénes somos nosotros para contradecir al público?
Si analizamos la taquilla española de 2023 (algo que podemos hacer gracias al buen trabajo de El blog de cine español), nos encontramos que la única película que no se considera comedia en la lista es 'As bestas', y era un estreno de 2022 que siguió sumando dinero en 2023. Así quedó la lista:
Algo le pasa al cine español cuando el 90% del ranking de las películas más exitosas de 2023 son comedias. El público no paga para ver dramas, thrillers, propuestas de terror o cine de autor. Es así. Y es un problema que debemos aceptar, claro está. Sin embargo, teniendo en cuenta que Hollywood es una industria cinematográfica que apuesta siempre por aquello que funciona, ¿por qué nos quejamos nosotros cuando ocurre eso mismo en España?
Exceptuando el cine independiente y las propuestas de autor, el cine español pertenece a una industria cinematográfica que siempre ha estado en problemas. Hubo una época en la que lo que funcionaba comercialmente hablando era el drama; en otros momentos, el thriller. Y ahora es la comedia. Quizás el inconveniente es que la comedia es un género menos agradecido a la hora de generar proyectos de calidad, reproduciendo aquello que funciona en masa. Hay menos margen de maniobra y las propuestas carecen de alma.
Por eso la comedia española se come al resto del cine español y sienta mal a los detractores de un género masificado. Aún con comedias que han fracasado durante los últimos años, aciertos como 'Odio el verano' o 'Padre no hay más que uno: Campanas de boda' no hacen más que confirmar que la industria cinematográfica patria va a seguir apostando por este formato de cine que atrae a público de todas las edades, y lo que es más importante, a familias con hijos que tan solo quieren encerrar a los pequeños un par de horas mientras ellos se evaden.
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