Hace ya más de un año que se daba a conocer RUINER, un título de estética cyberpunk desarrollado por el joven estudio independiente Reikon Games. Sin embargo, este proyecto no tardaba en saltar a la fama debido a las personalidades con las que cuenta entre su equipo de desarrollo, y es que gran parte de la plantilla de Reikon está compuesta por extrabajadores de estudios de alto calibre, autores de obras como The Witcher, Dying Light o This War of Mine, entre otros.
Ahora, en pleno 2017, RUINER llega por fin al mercado y nos asaltan las mismas dudas de siempre. ¿Habrá servido de algo todo el currículum con el que cuentan los trabajadores de Reikon Games? Si queréis descubrir la respuesta y averiguar qué nos depara en el universo cyberpunk de RUINER, acompañadnos en nuestro análisis de esta deliciosamente violenta obra distópica.
Lo primero que nos llama la atención desde el momento en el que comenzamos el juego es la cuidada estética cyberpunk que luce RUINER, no solo a través de sus escenarios, sino también en menús, paleta de colores y cualquier otro pequeño detalle que se nos pase por la cabeza. El título de Reikon Games nos sitúa en el año 2091 en la ciudad de Rengkok. Aquí nos encontramos con un futuro distópico en el que las mafias callejeras campan a sus anchas mientras los poderosos dominan al pueblo con su poder tecnológico; y en el medio de todo ello estamos nosotros, intentando sobrevivir como buenamente podamos.
A partir de este punto se desarrolla la historia de RUINER, la cual, a pesar de no ofrecer grandes sorpresas ni novedades a nivel de guión, está realmente bien escrita y construida, sirviendo perfectamente de hilo conductor para la jugabilidad, que es el elemento principal del título. Sin embargo, a pesar de que la gran mayoría de diálogos están muy bien hechos y consiguen meternos dentro del universo de RUINER, hay ciertas historias secundarias que se quedan sin resolver, misiones que no llevan a ningún lado y no aportan nada, como si se hubieran quedado a medio hacer. Esto es una pena ya que la ambientación del juego de Reikon Games tiene un enorme potencial que, con estos detalles, se diluye para presentar una narrativa que simplemente nos guía a través de la obra.
Cabe destacar también que, tanto a nivel de estética y ambientación como de narrativa, todo el juego está cargado con un alto nivel de violencia. Como si de una película de Tarantino se tratara, la violencia juega un papel importante y, a pesar de que muchas veces pueda incluirse de forma muy gratuita, nunca se siente fuera de lugar y consigue su cometido, meternos más y más en el horrible y distópico futuro que RUINER tiene por escenario.
El elemento central de RUINER, y el que consigue crear una experiencia única, es sin duda alguna el combate. En este sentido nos encontramos con un juego de los llamados twin-stick shooters; es decir, un shooter de vista cenital. RUINER en el apartado jugable hace una apuesta muy clara por la velocidad y la perfección a nivel de ejecución de todos nuestros movimientos. Cualquier enemigo, por pequeño y débil que parezca, puede acabar con nuestra vida en cuestión de unos pocos golpes o balas y eso nos obliga a mantenernos alerta y moviéndonos de forma constante. Se crea, de esta forma, una especie de danza en la que estarse quieto es sinónimo de morir, pero en la que tampoco podemos permitirnos mover el pie equivocado puesto que el equivalente a pisar a nuestra pareja de baile en este juego es toparnos con un disparo de escopeta a bocajarro. Sin embargo, a pesar de la elevada dificultad, RUINER es capaz de sentirse justo, de darnos oportunidades para acabar con cualquier enemigo y de dejarnos totalmente claro en dónde nos hemos equivocado, de forma que queramos volver inmediatamente a reintentar esa pelea en la que hemos fallado.
Gracias a esta velocidad todo el combate tiene un gran ritmo, manteniéndonos en tensión en cada enfrentamiento y evitando que podamos relajarnos, estando todo ello muy acorde con la temática y la situación que el propio videojuego nos plantea, y aportando un granito de arena a crear un todo homogéneo y redondo. Pero, al igual que en la historia, el combate también tiene un lado muy crudo en el que la violencia sale a relucir. Cada muerte que conseguimos es tan violenta como gratificante y toda la vorágine de odio y violencia en la que nos vemos envueltos no hace otra cosa que mejorar la experiencia e instarnos a crear una masacre mayor cada vez.
Para ayudarnos a acabar con todos estos enemigos, RUINER nos deja un amplio abanico de posibilidades en forma de armas y habilidades. En cuanto al armamento nos encontramos con una propuesta muy variada entre la que se incluyen diferentes armas futuristas que tendremos que aprender a dominar y alternar para salir con vida de algunos enfrentamientos duros. Por su lado, las habilidades no son tan variadas, pero gracias a un árbol de habilidades y puntos de mejora que obtenemos al subir de nivel, Reikon Games consigue que dominar el uso de estas sea indispensable, a la par que satisfactorio.
Uno de los apartados más llamativos de RUINER es sin duda el visual. La vista cenital es capaz de disimular estupendamente que la calidad técnica no es nada del otro mundo, pero nos deja ver los diferentes detalles de carácter artístico que hacen del universo de RUINER toda una delicia visual. Desde los cuidadosamente seleccionados colores hasta la iluminación que varía entre los coloridos neones y la oscuridad más absoluta de las calles, todo hace que recorrer las calles de Rengkok sea un placer. Y, como en el resto de apartados, junto a todo este oscuro mundo tecnológico, nos encontramos un extrañamente delicioso aroma a violencia rezumando en cada esquina. Tal vez uno de los pocos peros que el juego tenga sea que el diseño de algunos bosses, a pesar de que a nivel jugable sea muy bueno, deje bastante que desear desde el punto de vista visual, resultando poco espectaculares y apenas diferenciándose de los enemigos normales.
Por su lado, el apartado sonoro no se queda para nada atrás. la banda sonora está cuidadosamente seleccionada para, por una parte, conseguir introducirnos más en el universo de RUINER casando a la perfección con la temática y estética; pero, por otro lado, los temas que componen esta banda sonora son capaces también de entremezclarse con la jugabilidad, sirviendo como guía al ritmo que debemos llevar en el combate, instándonos de nuevo a no quedarnos quietos y mantenernos en la violenta danza que RUINER nos deja por delante.
En cuanto al rendimiento, la versión que hemos jugado es la de PC y, con una máquina que cumple con creces los requisitos recomendados, no hemos tenido problema alguno. No nos hemos topado con bugs, no ha habido caídas en el framerate y, en general, el rendimiento es muy bueno. La duración, por su lado, es uno de los factores que más se han desaprovechado. La aventura nos ha llevado un total de 7 horas en una dificultad intermedia y, aunque se pueda alargar unas horas más si jugamos en modos más difíciles, se echa en falta algún elemento que inste a la rejugabilidad. No habría estado de más un New Game +, un modo PvP o una arena infinita en la que buscar una puntuación infinita como si de un arcade se tratara.
RUINER es una obra que, si analizamos todos sus elementos por separados, resulta buena y agradable. Sin embargo, el mayor logro de Reikon Games no reside en cada uno de sus apartados, sino en la espectacular manera en la que han logrado conectarlos y entrelazarlos, haciendo de RUINER un todo homogéneo en el que llega a costar diferenciar dónde empieza y dónde acaba cada uno de sus diferentes aspectos. La historia marca la ambientación, la ambientación marca la música, la música marca el ritmo, el ritmo marca el combate y el combate marca el tipo de jugabilidad que nos encontramos. Así es como está confeccionada esta obra en la que la suma de sus partes es mucho mayor que cada una de ellas por separado.
A pesar de que en ciertos aspectos es posible que RUINER desaproveche parte de su potencial, su violencia, increíble ritmo y exigente gameplay hacen que me sea imposible no recomendarlo a cualquier persona que le gusten los twin-stick shooters o simplemente los retos complicados. Es cierto que puede que no haya llegando haciendo demasiado ruido, pero RUINER es una de las apuestas más sólidas del 2017 dentro del mercado independiente, una de esas obras que te atrapa y no te suelta hasta el final.