Élite es la serie juvenil más exitosa de Netflix, pero dista mucho de ser la mejor. Sin resultar muy cruel, Élite es una serie de consumo rápido que sacia, pero no llena. En esta plataforma de streaming, hay otros muchos casos que pasan algo más desapercibidos, y que tienen (de lejos) más calidad: Heartstopper es el ejemplo más reciente, aunque hoy me gustaría hablaros acerca de Jóvenes altezas, un proyecto sueco que acaba de estrenar su segunda temporada y que es todo un fenómeno de masas.
La magia de Jóvenes altezas se encuentra en su combinación de temáticas: si bien puede considerarse como un drama romántico protagonizado por una pareja homosexual, la serie es mucho más que eso. También es un retrato sobre la realeza, como si estuviéramos viendo una versión actual de The Crown; y un boceto acerca del funcionamiento de las redes sociales: estas aplicaciones son tan necesarias como peligrosas, sino que se lo digan a este joven príncipe que ve cómo su vida da un giro de 180 grados por algo que hace su primo...
Hay una crítica que me parece muy acertada, y escrita por Radio Times el año pasado: "los dos primeros capítulos son sinceros y dejan de lado lo telenovelesco para centrarse en la intensidad del primer amor. Es adictiva". Tiene mucha razón: otras series juveniles apuestan por la coralidad, con tramas que se repiten de una producción a otra y que empañan la fuerza del amor de sus protagonistas. Pero aquí son dos los personajes a los que acompañamos en casi todo momento, y lo hacemos sin el sentimentalismo propio de los culebrones. Esto, por cierto, se lo debemos al tono frío y seco de la producción sueca.
El miércoles 2 de noviembre se estrenó en Netflix su segunda temporada, y ya he podido verla al completo: aunque no entraré en spoilers por si sois recién llegados, me alegro mucho el evidente salto de calidad que ha dado esta serie creada por Rojda Sekersöz y Erika Calmeyer. También en el plano interpretativo: sus protagonistas, Edvin Ryding y Omar Rudberg, roban cada plano con una facilidad pasmosa. Y el resto de actores tampoco están nada mal (mejor que en 2021).
Si buscas una serie juvenil en Netflix fresca, emocionante y adictiva, Jóvenes altezas puede ser tu nueva droga: con ingredientes ya vistos en Élite, Euphoria e incluso en The Crown, sus responsables hacen magia y nos regalan una producción que se ve en muy pocas horas, y que deja con ganas de mucho más.
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