Ojalá todos los integrantes del colectivo LGTBIQ+ hubiéramos podido tener la oportunidad de ver Heartstopper con 12 o 13 años, acompañados de nuestros padres, y reflexionar sobre nuestra orientación sexual (y/o identidad de género) sin los ojos acusadores de los compañeros de clase o de los familiares más retrógrados. Por esta razón, cuando vi hace unas cuantas semanas esta serie juvenil de Netflix, no pude hacer más que alegrarme por una generación que, ahora sí, tendrá un referente televisivo.
¿El problema? Los datos de audiencia no eran buenos: unas 15 millones de horas visualizadas en su primera semana que se duplicaron en la segunda, pero no hubo una tercera porque bajó del Top 10 de Netflix. ¿Y si no se da luz verde a la segunda temporada? ¿Qué haríamos sin poder ser testigos de la continuación de la historia de Charlie y Joe?
Alice Oseman seguirá siendo la creadora y guionista de las temporadas 2 y 3 de Heartsopper, y se cree que se adaptarán el resto de volúmenes de la novela gráfica en la que se basa la serie de Netflix. No obstante, la primera parte del libro se encuentra en lo más alto de la lista de ventas, y en Estados Unidos ha multiplicado por 17 su demanda.
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