The Witcher se convirtió en una de las series más vistas de Netflix en su estreno (Los Bridgerton le superó en cuanto se estrenó), y es que esta adaptación de las novelas escritas por el autor polaco Andzej Sapkowski gustó a los fans del género fantástico por el buen trabajo de ambientación y efectos especiales, pero sobre todo, por el material de partida del que surgió. Rápidamente, la plataforma de streaming no solo confirmó una segunda temporada; también un spin-off llamado The Witcher: Blood Origin que antes de rodar ya está en problemas.
Jodie Turner-Smith, que iba a ser Éile en la serie (una de las protagonistas), ha abandonado la serie por "un cambio de última hora que se ha producido en el calendario de producción" tal y como ha adelantado en exclusiva un portavoz de Netflix. La plataforma de streaming y la productora buscará ahora una nueva intérprete que sustituya a la actriz, algo que no será nada fácil ya que Jodie tenía lo que muchos desean en una serie o película: personalidad a primera vista.
The Witcher: Blood Origin se ambienta 1.200 años antes de la serie protagonizada por Henry Cavill, y en esta precuela veremos cómo surge el primer Brujo y "la conjunción de las esferas" con la que se produjo la unión de los mundos de los elfos, humanos y monstruos. Lauren Schmidt, creadora de la ficción original, supervisa este proyecto, aunque no ejercerá de showrunner, ya que este papel lo ostentará Declan de Barra.
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