Wolf Brew Games nos trae un plataformas de lo más bestia, en donde recorreremos sangrientos escenarios llenos de trampas y malignas criaturas a ritmo de heavy metal. En Slain: Back From Hell tendremos que derrotar a unos cuantos bosses en los que cada uno nos supondrá un reto distinto. El título salió en PC, aunque meses más tarde fue lanzado para las consolas actuales, siendo PlayStation 4 la plataforma en la que lo hemos analizado. ¿Estás preparado para sumergirte en un oscuro y brutal mundo para machacar monstruos? Aquí os dejamos con nuestro análisis de Slain: Back From Hell.
El tema que podemos escuchar en el menú de inicio ya lo dice todo. Y es que dejando para más adelante su impresionante banda sonora, lo que nos entra por los oídos es un aviso de lo que nos espera más adelante. Porque sí, vamos a sufrir, y en incontables ocasiones. De hecho, si en un momento nos parece encontrarnos en un tranquilo valle, pronto nos damos cuenta de que frente a nosotros tenemos una empinada montaña de dificultad (he aquí nuestro manejo con las metáforas), convirtiéndose en un título a veces incluso injusto.
Pero vamos a empezar desde el principio. Nuestro protagonista es Bathoryn, un héroe al que ha sido despertado para volver a salvar este gótico universo. Y es que su destino será el de liberar seis reinos de las garras de 6 horripilantes señores, o jefes en nuestro caso. En la primera escena de juego ya nos da a entender que este título tendrá ciertos momentos de humor y brutalidad. Las palabras y lenguaje utilizado entre los distintos personajes del juego es medieval, soez y salvaje. Esto le da un punto bastante interesante, ya que surgirán momentos en los que nos hará falta un ligero descanso después de tanta masacre, siendo ciertas conversaciones con tono sarcástico las que nos ayuden a guardar la calma.
Antes de cada nivel, nos aparece una pantalla con detalles del lore sobre la zona a la que vamos a visitar. De esta manera nos ayudan a comprender más cosas acerca de estos agónicos reinos oscuros a los que tendremos que liberar.
El primer nivel de juego nos sirve a modo de tutorial. En él habrá zonas en las que nos reaparecerán los enemigos para cogerle el truco al sistema de combate. Descubriréis por vosotros mismos cómo será el juego cuando caigáis en las primeras trampas. Y es que éstas están puestas de esa forma y en ese sitio para que vayamos aprendiendo la lección. De hecho en la primera trampa del juego nos conceden un trofeo; un premio de consolación por haber superado la dichosa trampa.
Mientras vagamos por los endiabladamente preciosos escenarios, nos hemos dado cuenta que el diseño de niveles es bastante pobre. Encontramos muchas similitudes entre un nivel y otro, siendo el procedimiento de superar una pantalla casi idéntico al siguiente que tengamos que conseguir pasar. Esto último no interfiere en la dificultad del juego. De hecho el juego es bastante jodido, por qué no decirlo. Además, hemos encontrado bastantes bugs, sobre todo en las trampas. En ciertas de ellas, si el enemigo cae en una, es probable que tengamos que reiniciar el nivel, ya que para proseguir debíamos haber activado por nosotros mismos el mecanismo. Habrá un momento en el que nos daremos cuenta de que el juego se nos ha vuelto muy cuesta arriba. Evidentemente no es imposible de superar, pero ya os avisamos de que en ciertas ocasiones tendremos que repetir muchísimas veces un nivel, reapareciendo constantemente en los puntos de control. Estos puntos son una especie de farolas, las cuales nos restauran la salud y el maná. Al principio encontraremos un número considerable de puntos de control, pero más adelante dispondremos de menos puntos y esto nos supondrá un problema. Demos gracias que en este juego no recolectamos ni consumimos almas. Muy posiblemente las hubiéramos perdido varias veces.
En el transcurso del juego, aparte de las trampas que hemos mencionado y tal, no nos olvidemos que en Slain hay que reventar sesos y bichos. Luego hay que hablar de su sistema de combate, el cual nos parece tosco, irritante y en ocasiones lento. En Slain tenemos varios ataques para fundir a nuestros enemigos. El primero de ellos es el ataque básico, el de toda la vida. Si mantenemos presionado el mismo botón de ataque y soltamos justo en el momento preciso, Bathoryn realizará un ataque cargado bastante potente. Con esto del momento justo nos referimos a que cuando aparezca un destello frente a nuestra arma, será el momento de desatar todo nuestro poder con este poderoso ataque, el cual freirá a más de un enemigo si los tenemos en fila. Nuestra portentosa espada podrá ser imbuida automáticamente mediante el stick derecho. Cuando hayamos desbloqueado los distintos poderes, podremos pegar mandobles con la espada imbuida en fuego o hielo. Habrá enemigos vulnerables al fuego, otros al hielo y otros simplemente al filo de nuestra espada sin más. Luego tenemos un poder que nos consumirá maná. Éste está más pensado para el ataque a distancia y se trata de una ráfaga de magia que cuanto más cargado, más daño hará (y más maná consumirá). Si nos vamos a las formas de reaccionar a un ataque rival, nos encontramos primeramente con el bloqueo. Éste funciona más o menos como en la saga Souls con los parrys. Si justo en el momento en el que nos vayan a dar bloqueamos con la espada, el enemigo se quedará aturdido, haciendo que mediante un único ataque básico podamos realizar un crítico que hará saltar por los aires las tripas y sesos de nuestros enemigos. Y pobre de los que estén cerca de ese río de sangre. También podremos esquivar los ataques enemigos mediante un dash que hará retroceder al personaje para evitar el golpe. Por último podremos saltar, pero es inútil utilizar el salto para reaccionar ante el ataque enemigo, ya que si tocas lo más mínimo a las criaturas, tu salud disminuirá.
Descrito como funciona el sistema de combate, las sensaciones al haberlo probado nos nos han terminado de convencer. El combate se hace muy pesado y teniendo en cuenta que tendremos que luchar mucho (pero mucho), la lentitud del personaje con los golpes ocasiona que muchas veces nos irritemos y alteremos. Además, cuando queremos esquivar con un dash, es muy probable que nos acabemos confundiendo al principio, os ponemos en situación. Imaginaos que vienen enemigos desde ambos sentidos. Como Slain es un juego en 2D lateral, tenemos tendencia a mantener el stick en el lado derecho para avanzar. Si hacemos un dash con el stick mantenido en el lado derecho, esquivará hacia la izquierda y lo mismo para el caso contrario. Es lógico, sí, pero eso no quita que muchas veces nuestro personaje haya perecido por utilizar demasiado el dash sin haber practicado lo suficiente. Al final todo acaba en terminar acostumbrándote al sistema de combate, pero sufriremos muchísimo hasta que le hayamos pillado el truco. La dificultad no está en el diseño de niveles en sí, sino en encajar este planteamiento de combate en las fases del juego, haciendo que muchas veces nos acabe sacando de quicio.
Alejándonos ya de la parte jugable, hemos de decir que el aspecto artístico es sensacional. Ver esos oscuros y caóticos escenarios con tan buen trabajo de pixel art no tiene precio. Es una pena que el combate nos cause malas pasadas, ya que realmente Slain: Back From Hell tiene potencial. Además, recorrer estos niveles con la excelente banda sonora es digno de mención. Es cierto que tengo debilidad por el metal, pero aunque no seáis acérrimos a este género musical, probablemente os fascine como han logrado encajar el diseño artístico con la banda sonora. De hecho la soundtrack original está compuesta por Curt Victor Bryant, ex miembro de la banda suiza de metal Celtic Frost. Y realmente ha hecho un trabajo sensacional.
Slain: Back From Hell es un título de acción y plataformas en 2D al más puro estilo Castlevania y con mucho potencial, que pese a un gran trabajo en el apartado artístico, peca de irritante en cuanto a su sistema de combate. No hay progresión alguna en la dificultad y su diseño de niveles es pobre y recurrente. Aunque probablemente nos proporcione unas interesantes horas de brutal acción