Análisis A Tale of Paper
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Análisis A Tale of Paper

El videojuego de Open House Games juega con el origami como premisa en un universo al cual le faltan ganas de arriesgarse para ser un título a tener muy en cuenta

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Desde que en los siglos I y II d. C el origami se instaurase en China como un método importante para las ceremonias de la nobleza, este arte ha experimentado distintas mejoras y ha sido un objeto de vital importancia en el cine con Blade Runner o en los videojuegos con Heavy Rain.

Aunque el papel per se ha sido una herramienta utilizada en los videojuegos a lo largo de su historia de distintas maneras, en esta recta final de 2020 se presenta ante nosotros A Tale of Paper, título desarrollado por Open House Games con una premisa donde el origami tiene prácticamente el máximo protagonismo.

¿Quedarán todas las buenas ganas y la genial idea de juntar plataformas, rompecabezas y origami en una suerte de papel mojado? Os lo contamos.

Jugando con las fuentes de inspiración

El primer nivel de A Tale of Paper, el comienzo de nuestras aventuras junto al protagonista Line, se resume en una suerte de tutorial donde nos enseñan una transformación, saltos calculados y los peligros que nos encontraremos en nuestra senda. Open House Games ejecutan con este inicio sencillo e interactivo, una apertura de manos para soltarnos más tarde en un universo que clama por hacer que lo pasemos mal con los rompecabezas y los distintos obstáculos que nos encontramos. Una vez que nos ponemos manos a la obra con él, el título nos dice que esto consiste en correr, saltar y ejecutar acciones para desembocar en la apertura de una puerta o rendija que nos permita continuar nuestro periplo.

Si bien a priori resulta un planteamiento de lo más común y nada más lejos de esa realidad, A Tale of Paper nos sumerge en un universo donde todo reclama un mimo y una dedicación absoluta en la que se quiere dar una visión distinta de los puzles dentro del mundo de las plataformas. Lo hace desde un prisma muy cercano a obras como Little Nightmares o Limbo, siendo de este último de donde bebe una gran inspiración.

Si bien el manejo resulta mucho más cercano a la obra de Tarsier Studios, ciertos enemigos, situaciones y escenarios recuerdan más a uno de los grandes precursores del mercado indie. La forma en la que se nos presentan ciertos personajes como una araña, ese halo de misterio alrededor de la obra en el aspecto argumental y la simpatía que te genera Line sin decir ni hacer absolutamente nada, son señas de identidad de una fuente de inspiración rica, pero ojo, ni mucho menos como copia directa.

Da la impresión de que A Tale of Paper posee mucho más músculo a la hora de ofrecernos rompecabezas que por momentos son duros competidores para nuestro avance; de hecho, convierte absolutamente este aspecto en su seña de identidad.

Volviendo a ese primer nivel que comentábamos anteriormente, nos enseñan ciertas acciones que nos ayudarán en nuestra aventura manejando a un ser diminuto de papel llamado Line. Dicho personaje adquiere según avanzamos disímiles figuras.

Cuando se nos otorga la figura de la rana en los primeros compases del juego, el título adquiere una nueva dimensión y nos ayuda a que esos parajes no explorados ahora se tornen como un camino sencillo de continuar. Los niveles están conectados de tal forma que el jugador interpreta enseguida los guiños del escenario para pasarnos un determinado trayecto con la forma original de Line o convirtiéndonos en una bola de papel para colarnos por una tubería: usar la lógica es el mayor punto de apoyo para continuar nuestro camino.

En ese punto de adquirir una personalidad, originalidad y una forma distinta de plantear los problemas, A Tale of Paper se maneja como pez en el agua, da al universo un aspecto distinto gracias a nuestro personaje con suerte de cambiaformas gracias al origami. Por cierto, muy bien respetado en todo momento utilizando desde el origami Kusudama o modular, el plegado y el más común, el de acción, donde personajes como la rana es uno de los más utilizados en esta noble técnica.

Pero si bien en el aspecto del rompecabezas y en tener un atractivo propio cumple sobradamente, el mayor problema de A Tale of Paper se encuentra en que podría ser más de lo que es de por sí. Da la sensación de que no han querido arriesgar más de la cuenta y eso ha hecho que el juego por momentos se torne repetitivo y falte algo de ingenio no en la ejecución del propio puzle si no en los elementos que son utilizados. Así nos encontramos con elementos tan trillados como el puzle de tuberías o el de la utilización de llaves de paso para poder continuar nuestro camino.

Otro de los detalles que echamos en falta en esta obra de Open House Games es el del prácticamente nulo protagonismo que se le da a ciertas figuras de origami. En este punto nos volvemos a encontrar con el mismo miedo a arriesgarse que ha parecido florecer en A Tale of Paper. Bien es cierto que estos elementos se utilizan a lo largo del juego, pero su utilización y el protagonismo del elemento origami debería estar más implementado y explotado, tal vez con unos niveles que exijan algo más de acción de cuando en cuando.

Poco sabor para una gran idea

A Tale of Paper da la sensación de ser ese videojuego que tiene una gran idea entre manos pero al final resulta un tanto floja en su contenido. Bien es cierto que como inicio, Open House Games tiene madera de, con el tiempo, ofrecernos una de esas aventuras nacionales que rompa moldes como lo hicieron UnEpic o Candle, pero por el momento se queda como un proyecto de aquello que pueden ofrecer.

A Tale of Paper tiene carisma, desborda una idea poco tratada en el videojuego como es el origami como elemento protagonista, pero es en los puzles y en la utilización de las figuras donde pierde gran parte de la esencia de la cual podría partir en un principio. Estamos ante un título con una experiencia amena, pero a la cual se le podía haber sacado mucho más provecho. En otra ocasión será, de eso no cabe ninguna duda.


A Tale of Paper

Analizado en PlayStation 4

VideoGame
6
Puntuación Areajugones:
Bien
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Open House Games construye un título sobrado de originalidad en el planteamiento pero que al final resulta caer en una elipse de repetición de elementos y oportunidades desaprovechadas. A Tale of Paper es una historia de grandes ideas pero cuestionable ejecución.

Originalidad

Jugabilidad

Apartado gráfico

Ambientación

  • La ejecución del origami es de por sí una idea muy buena
  • El juego derrocha simpatía
  • Los rompecabezas son un auténtico reto
  • A pesar de que los rompecabezas son un reto, caen mucho en el cliché
  • Da la sensación de que podían haber arriesgado un poco más en el título
  • Algunas figuras de origami no están del todo aprovechadas
Duración: 7 horas
Jugadores: 1 jugador
Idiomas: Totalmente en castellano

Política de puntuación

Redactado por:

Amante de la música en todos sus formatos, un enfermo de esos que dicen en la televisión de los videojuegos y devorador de cacahuetes.