Hace casi un año desde que conociéramos por primera vez a Akiba's Beat, el sucesor del tan polémico como único Akiba's Trip. La serie Akiba sigue sus andadas en Occidente con esta nueva entrega que llega a nuestro país de la mano de BadLand. De nuevo, volvemos a visitar Akihabara, uno de los distritos más emblemáticos no solo de Tokyo sino del mundo entero; pero en esta ocasión podemos olvidarnos de la premisa de desvestir vampiros para salvar al mundo de los deseos de sus propios habitantes. ¿Queréis saber qué nos hemos encontrado hurgando en los deseos de la gente de Akihabara? ¡Pues acompañadnos en nuestro análisis de Akiba's Beat para descubrirlo!
Akiba's Beat cambia de tercio completamente respecto a su predecesor. Como os contábamos en la introducción, para esta ocasión nos olvidamos de desvestir vampiros y nos ponemos en la piel de Asahi Tachibana, un joven que se autodefine como NEET (lo que, en castellano, vendría a ser un "nini"; vamos, que no hace nada en todo el día), orgulloso de su perezosa vida. Sin embargo, sin comerlo ni beberlo, nos vemos envueltos en una serie de problemas que, junto a la ayuda de una joven y su mascota voladora, nos harán acabar tratando de salvar el mundo en los llamados Delusionscapes. Esto son, pequeñas zonas cargadas de enemigos en las que el mundo real se entremezcla con los deseos de la gente. Para salvar al mundo real de los deseos de sus habitantes, deberemos buscar la puerta de entrada a cada una de estas "ilusiones", acabar con los enemigos, y cerrar la puerta, de forma que todo vuelva a la normalidad. Sin embargo, mientras realizamos la nada despreciable hazaña de salvar al mundo de sí mismo, iremos profundizando en los diferentes protagonistas, así como en el propio funcionamiento del universo del juego, dando una explicación a todo lo que vemos.
A pesar de que la premisa por sí no es desafortunada, aunque realmente sea algo que ya hemos visto en muchas ocasiones (chico conoce a chica que le guía para que él salve el mundo) pronto nos cansaremos de esta historia y, sobre todo, de sus personajes. En primer lugar, el humor está presente en cada diálogo del juego, pero metido a calzador y alargando cada conversación de tal forma que, sin exagerar, podemos tirarnos casi 10 minutos de reloj en un diálogo que no tiene relevancia alguna para la historia y cuyos "chistes" dejan de ser graciosos a los 30 segundos. Esto provoca que, cada vez que llegamos a una escena, suframos por lo que se viene y acabemos aporreando el mando para saltar cuanto antes los diálogos. Por otro lado, el comportamiento de los personajes y su personalidad son algo que desentona por completo. Poniendo el ejemplo de Asahi, nuestro protagonista, nos encontramos con alguien perezoso, orgulloso de pasar el día tirado en la cama viendo anime; pero, sin un motivo de importancia aparente, no pone trabas a embarcarse en una aventura con una desconocida. En general, los fallos pesan más que los aciertos y, por desgracia, consiguen arruinar casi por completo el apartado narrativo de esta obra.
Metiéndonos de lleno en el apartado jugable de Akiba's Beat vemos que la franquicia no solo ha perdido la premisa de desvestir a vampiros, sino que con ello se ha ido gran parte de su personalidad. La jugabilidad de esta nueva obra cambia respecto a su precuela y busca un sistema calcado al de la serie Tales of, mezclando los elementos de rol con unos combates en escenarios tridimensionales por los que tenemos libertad de acción y movimientos. Los combates comienzan cuando nos encontramos con algún enemigo por el mapa, momento en el que se nos traslada a un pequeño campo de batalla en el que podemos actuar con total libertad. Los combates normalmente tienen lugar contra varios enemigos y podemos alternar siempre que queramos entre nuestros aliados.
Este sistema nos permite realizar combos y gastar nuestro "mana" (que aquí recibe el nombre de turnos, pero actúa como una barra de mana) para ejecutar determinadas acciones con las que curar a nuestros aliados, protegernos o infligir un daño especial sobre nuestros rivales. Mientras peleamos, vamos recargando una pequeña barra con la que podemos entrar en el modo Imagine, a través del cual infligiremos mucho más daño, podremos realizar habilidades sin coste y durante la que comienza a sonar una música que podemos personalizar. Sin embargo, a pesar de que se nos alienta a encajar nuestros ataques con el ritmo como una mecánica propia de un título musical, lo cierto que al final tratamos de propiciar todos los ataques posibles en la ventana temporal en la que el modo Imagine está activo. A medida que progresamos y subimos de nivel vamos teniendo acceso a nuevas habilidades y adquiriendo dinero con el que comprar nuevo equipamiento para hacer frente a todos los rivales. Si bien es cierto que en este aspecto, Akiba's Beat no aporta ninguna novedad, todo el sistema de combate está bien hecho y resulta suficientemente interesante para mantenernos entretenidos durante un buen rato.
A la hora de movernos por el mundo, tenemos dos partes muy diferenciadas: el mundo real y los Delusionscapes. En el mundo real es donde podemos explorar Akihabara, visitar sus tiendas para comprar nuevo equipamiento y completar algunos de los objetivos opcionales que nos encontramos, a través de los cuales podemos conocer más a fondo la vida de determinados personajes. Eso sí, este conocido distrito no se encuentra creado como un gran mundo abierto, sino que se divide en pequeñas zonas que hacen tedioso viajar de un lado a otro. Por su parte, los Delusionscapes son las mazmorras en las que hacemos frente a los enemigos. Cada una de ellas cuenta con una temática diferentes dependiendo del tipo de deseo que la haya provocado y todas cuentan un jefe final con un diseño, generalmente, muy inspirado.
Akiba's Beat no solo ha cambiado detalles jugables respecto a su predecesor, sino el motor que utiliza el juego. Esto ha provocado que sus responsables no hayan podido aprovechar la colorida y llamativa Akihabara que veíamos en Akiba's Trip sino que se han visto obligados a crearla desde cero; y el resultado es bastante peor. A nivel visual nos encontramos con unos escenarios que, si bien es cierto que tienen algunos detalles buenos en las mazmorras, en general resultan más sosos y descoloridos de lo que nos gustaría. De hecho, mientras caminamos por Akihabara no encontraremos apenas gente, ya que todos los que no son personajes relevantes para la historia aparecen como meras siluetas de colores que deambulan por las calles. La cosa cambia respecto a los enemigos, ya que la mayor parte de ellos, y especialmente los jefes finales, lucen realmente bien y tienen diseños que, personalmente, nos han gustado bastante.
A nivel de rendimiento, hemos probado la versión de PlayStation 4 y la consola mueve sin ningún problema el título en todo momento. No hay caídas de frames ni problemas del estilo, y lo cierto es que las pantallas de carga no suelen alargarse demasiado. Cabe destacar también que, a pesar de que no es ninguna sorpresa, el juego llega con una perfecta traducción al inglés, pero carece de localización al castellano.
Akiba's Beat es un juego que se puede definir como mediocre y genérico. Lejos de mejorar a su predecesor, pierde toda su personalidad, tanto jugable como visualmente, para buscar ser algo más, algo que, al menos para nosotros, se queda muy lejos de alcanzar. Es cierto que si obviamos los diálogos absurdamente largos e irrelevantes no nos encontramos con detalles que nos escamen demasiado y nos hagan abandonar el videojuego. Es más bien que no encontramos detalles que le aporten al juego ese toque que nos incite a seguir adelante.
Si bien es cierto que está muy lejos de ser un buen JRPG, no es tampoco ningún desastre y, si sois fans del género, seguramente merezca la pena que le deis una oportunidad. Sin embargo, si no sois demasiado aficionados al JRPG o ni siquiera habéis probado, hay otras muchas opciones mejores en el mercado actual, por lo que es difícil recomendar su compra.