Hace ya unos años que aterrizaba de forma original Beat Cop en PC, pero parece que 2019 es el año que sus responsables han elegido para buscar darle una segunda vida a esta obra independiente, y es que, durante las últimas semanas, el título ha contado con lanzamientos en dispositivos móviles y consolas. Y, precisamente, una de estas versiones de consola, la de Nintendo Switch, es la que hemos podido probar para descubrir cómo se adapta a las nuevas plataformas y, sobre todo, cómo resiste Beat Cop el paso del tiempo.
Con la híbrida de Nintendo demostrando ser un hogar óptimo para el panorama independiente de la industria del videojuego, y con un buen éxito cosechado en el pasado, ¿merece la pena volver a patrullar las calles de Beat Cop en 2019? Pues la verdad es que la respuesta a esta pregunta no es tan sencilla como un sí o un no rotundo, por lo que, si queréis saber más, os invitamos a que nos acompañéis en nuestro análisis de Beat Cop para Nintendo Switch.
Beat Cop es un videojuego que no oculta sus inspiraciones y que tiene como principal referencia las series televisivas policíacas de los años 80. Traición, asesinatos, organizaciones criminales y misterio se entrelazan en una historia en la que nos ponemos en la piel de un agente al cual le tienden una trampa. Tras haber sido acusado de asesinato y robo, nuestro protagonista se ve degradado y obligado a trabajar poniendo multas y patrullando una peligrosa calle de Nueva York. Todo ello mientras, misteriosamente, van apareciendo pistas que podrían salvar el pellejo y destapar la verdad acerca del robo y el asesinato que se le imputan.
En este aspecto, Beat Cop consigue poner sobre la mesa una propuesta que realmente coge la esencia de las series policíacas de antaño, mezclando acción con intriga y un toque de humor (al que ya le dedicaré más tiempo después). La historia resulta interesante y los eventos que van desenvolviéndose para desvelar más acerca del misterio que sirve como punto de partida tienen sentido a nivel mecánico, ya que son capaces de romper la monotonía del ciclo de jugabilidad.
Y, precisamente, es este ciclo de jugabilidad el que sirve como pilar para articular todo Beat Cop. A lo largo de la obra, deberemos repetir un día tras otro, consiguiendo diversos objetivos tanto a corto plazo (diariamente, poner un número de multas o atrapar a ciertos criminales) como a medio plazo (pagar semanalmente un dinero). Para lograr todo ello, podemos ser policías honrados, deteniendo a todos los criminales y multando a quien lo merezca, o podemos ir ganándonos una reputación con las bandas locales, entrando en chanchullos y aceptando todo tipo de sobornos. La decisión es nuestra, pero las consecuencias también.
Sin embargo, es en este ciclo del día a día de nuestro protagonista en donde Beat Cop empieza a decaer. Aunque su propuesta jugable es divertida al principio, puede caer en la repetición y en la monotonía rápidamente, siendo las misiones y objetivos de la historia principal lo único capaz de romper esta sensación ofreciendo algunos sobresaltos narrativos y jugables de vez en cuando.
El humor dentro de la obra es algo que ya he mencionado anteriormente, pero que creo que merece un apartado propio por todo lo que supone. Beat Cop es un videojuego que juega con los clichés de las historias policíacas clásicas, tanto a nivel de protagonistas como de antagonistas. Un policía que muere en su último día de servicio, uno que cae en una trampa y es investigado por "los de asuntos internos" y un vecindario lleno de delincuentes con los que trapichear; hasta ahí todo correcto.
El problema aparece cuando estos clichés dan de lleno con comentarios racistas y machistas que no vienen a cuento en absoluto. El uso de los clichés para introducir comentarios de esta índole es algo que ya se ha hecho antes y que, si viene acompañado de una crítica social precisamente al personaje que lo hace, puede llegar a resultar incluso positivo, como una especie de humor negro que critica precisamente eso, el humor negro. El problema es que en Beat Cop no hay nada de eso.
Beat Cop cuenta con italianos que utilizan un lenguaje racista para referirse a las bandas de personas de color, un policía machista y un sinfín de comentarios fuera de lugar que no tienen ningún tipo de finalidad. Son una especie de chistes de "caca, culo, pedo, pis" que no aportan nada y que, para más inri, resulta incluso ofensivo. Creo de verdad que la intención del videojuego era más crítica que de difusión de este tipo de odio, pero todo ello se va por la borda cuando no hay un fin claro.
Y, además, para echar más leña al fuego, la propia introducción del videojuego te pide que no te tomes al mismo demasiado en serio. Cosa que resulta totalmente contradictoria con la intención de un mensaje crítico y nos deja como resultado, por tanto, una obra con un humor rancio, ofensivo y sin sentido, al más puro estilo de Torrente.
Y es toda una pena que el juego tenga estos fallos, estos ejercicios de casi cobardía, porque a nivel jugable no solo es bueno sino que se adapta perfectamente a Nintendo Switch. La consola y Beat Cop tienen una sinergia natural en la que las partidas cortas fluyen de forma natural, pero también es posible disfrutar de sesiones largas con puntos de control más que frecuentes.
Cabe destacar que la pantalla de Nintendo Switch encaja a la perfección con el pixel-art de Beat Cop y no se echa en falta una resolución ni tamaño mayor, ni siquiera en modo portátil. Los controles, el apartado visual y la sensación de juego, todo ello se adapta perfectamente a la híbrida de Nintendo, y la verdad es que esta plataforma es posible que sea el mejor lugar para disfrutar de Beat Cop.
Es muy de agradecer también que la obra llegue traducida al castellano ya que, aunque con algún pequeño fallo en la traducción, permite que todos podamos entender perfectamente y disfrutar de principio a fin un videojuego en el que la historia y los diálogos resultan prácticamente indispensables.
Beat Cop es un videojuego que me gustaría que me gustara. Aunque repetitivas, las mecánicas y propuestas jugables son muy divertidas y satisfactorias, el ciclo de jugabilidad encaja a la perfección con la narrativa y la historia que se propone consigue resultar entretenida y enganchar de principio a fin. Pero el toque machista y racista que le imprimen los personajes a toda la obra tiñe el videojuego con una capa que me hace prácticamente imposible llegar a conectar.
Y ojo, quiero recalcar que no creo que la intención del estudio sea la de difundir estos mensajes de odio, sino simplemente una intentona de incluir crítica que se queda a medias y tiene miedo a ser demasiado seria, resultando precisamente en aquello a lo que quiere criticar. Pero, si sois capaces de obviar este problema, Beat Cop es un juego que realmente se puede disfrutar.
Y más aún en estas nuevas versiones. Beat Cop se adapta a la perfección a Nintendo Switch y es otro indie más que encuentra en la híbrida de Nintendo el hogar para el que parece estar hecho de principio. Una sinergia casi natural que logra hacer de esta la mejor versión posible de Beat Cop.