Análisis Bloodstained: Ritual of the Night para Nintendo Switch - Un clásico moderno
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Análisis Bloodstained: Ritual of the Night para Nintendo Switch - Un clásico moderno

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La industria del videojuego cuenta ya con el recorrido suficiente como para que aquellos títulos que cargan con más de una década a sus espaldas se hayan convertido ya no solo en una fuente de inspiración, sino en un recurso fácil al que echar mano cuando se está falto de ideas. Un recurso fácil y, por qué no decirlo, también peligroso. Principalmente porque, al mismo tiempo que es sencillo hacer uso de lo que ya funciona, resultaría una auténtica tragedia hacer algo mediocre con un producto que fue exitoso veinte años atrás. Los gustos y las expectativas de la gente cambian, eso es cierto pero, en muchas ocasiones, algunos estudios se pierden en la nostalgia para prometer a los usuarios obras que evocarán sus recuerdos más tiernos con dudoso resultado. Una misión realmente complicada porque el pasado ya no está en el aquí y en el ahora y, por lo tanto, no existe... ¿o sí? Esa es la pregunta que Bloodstained: Ritual of the Night se hace constantemente.

Koji Igarashi, exproductor de la saga Castlevania, se lanza a la aventura junto a Artplay y otros estudios para traernos un producto fiel a lo que ya se hizo años atrás y que, al mismo tiempo, intenta prestar atención a los estándares de la actualidad. Una aventura que desborda carisma pero que, en ciertas ocasiones, su potencial se ve atrapado en el homenaje a una época pasada. Acompáñanos en este análisis para descubrir las luces y sombras de Bloodstained: Ritual of the Night.

Una ambientación que atrapa

Quizás una de las mayores virtudes de Bloodstained: Ritual of the Night se encuentre en el universo que sirve de contexto para la aventura. La ambientación diseñada por el equipo de Igarashi es una que sirve de pilar de apoyo principal para todo lo que irá sucediendo en el juego. Y es que nos encontramos ante una de esas obras donde nada de lo que aparece en ella desentona: el diseño de personajes, la localización de los escenarios, la arquitectura de los edificios elegida para la ocasión... Todo ello se une para dar vida a uno de esos contextos que se quedan grabados en la memoria de cualquiera por su carisma y, sobre todo, porque es uno que, aunque resulte familiar, sabe encontrar nuevos lugares y temas para explorar.

Y, en esta ocasión, no hablamos de vampiros, sino de demonios. Un enemigo ancestral que sirve de base sobre la que crear una ambientación tan fantástica como decadente. Una que se mezcla con esa visión tan nipona de la mitología medieval que había en occidente hace varios siglos, lo cual da lugar a combinaciones tan extraordinarias como que una ''loli'' japonesa se líe a guantazos con un hada del bosque.

Bloodstained imagen
La ambientación del juego es uno de sus pilares principales

Hablando de manera más concreta, Bloodstained: Ritual of the Night nos propone una aventura en la que una horda de demonios ha asolado el reino. Una amenaza que deberemos eliminar gracias a los poderes de nuestra protagonista, los cuales también encuentran su origen en dichas criaturas infernales. En alusión a ello, si no queremos comentar nada más del argumento es por el hecho de que, aunque no cuente con grandes giros de guion ni de elementos altamente sorpresivos, logra sentar las bases de una ambientación única y, al mismo tiempo, sumamente familiar. De tal modo, genera un contraste muy acertado entre sentir que estamos explorando un universo completamente nuevo, pero arropado por algunos de los elementos de los que ya disfrutamos en otras aventuras que completamos hace años.

Un diseño de niveles que enamora

Bloodstained: Ritual of the Night es una propuesta sincera en cuanto a qué género pertenece. El título de Artplay y compañía intentaría sorprender al jugador no tanto por una reinterpretación de los metroidvania, sino por la intención de perfeccionar lo que ya proponen este tipo de obras. De esta manera, nos encontramos ante un juego cuyo diseño de niveles está pensado para que sea uno de los elementos que más sensación de progresión proporcionan al jugador. Algo que se lograría, junto al evidente avance por el mapeado, porque este está diseñado para que haya zonas a las que no podremos acceder hasta que no contemos con una habilidad en concreto.

Pero lo que más especial hace a la manera en la que Bloodstained: Ritual of the Night construye su diseño de niveles es el hecho de que trata al jugador como alguien capaz e inteligente: aunque dispongamos de un mapa que nos servirá para orientarnos en el camino, lo cierto es que rara vez se nos dirá qué tendremos que hacer o a dónde tendremos que ir. Una dinámica que hace que la exploración en sí misma brille por méritos propios; sobre todo porque es la herramienta principal con la que contaremos para concretar nuestra ruta. Algo que se ve impulsado por el hecho de que el título prepara numerosos secretos al jugador para que este los descubra.

Bloodstained: Ritual of the Night
Contaremos con un sistema de teletransporte para desplazarnos fácilmente por el mapa

Y es que, además de encontrar secretos secundarios en el juego, también habrá misiones principales que tampoco nos indicarán hacia dónde dirigirnos exactamente y, por ende, nos harán entrar en esa situación en la que nos veremos dando vueltas como pollos sin cabeza buscando esa habitación que contiene la clave para continuar. Sin embargo, esto es algo que no llegará a resultar frustrante dado que, eventualmente, encontraremos el camino sin mayor problema, lo cual hará que esos minutos que hemos empleado en dar vueltas (aunque el juego cuenta con un sistema de teletransporte para desplazarnos de manera sencilla por sus rincones) se vean premiados en una sencilla pero efectiva ecuación: tiempo + esfuerzo= recompensa.

Un sistema de combate que mejora con el tiempo

Como no podía ser de otra manera, los niveles de Bloodstained: Ritual of the Night estarán plagados de unos enemigos que deberemos quitarnos de en medio haciendo uso del sistema de combate del juego. Un sistema que comienza con elementos altamente simples pero que, dadas sus posibilidades, se va haciendo más complejo conforme más vamos jugando. Un aspecto que se debe, principalmente, al hecho de que la obra proporciona al jugador una enorme cantidad de diferentes armas y equipamientos para que este encuentre el que mejor se adapte a su estilo de lucha.

Y, si bien es cierto que las armas no generan demasiado interés en los enfrentamientos por si solas (la dinámica se reduce a un botón de ataque y otro para esquivar, además de algunos combos que desbloquearemos al encontrarlos en ciertos puntos del mapa), lo cierto es que es en la combinación con los distintos hechizos que puede encontrar la protagonista donde más brillan ya que pasan a formar parte de un todo; de un conjunto de habilidades que guardan bastante sinergia entre sí y que harán que siempre queramos buscar qué arma es mejor para qué enemigo y qué magia se acopla mejor a cómo queremos pelear. Desde utilizar un espadón y hechizos que inflijan gran cantidad de daño para acabar con las criaturas de un plumazo, hasta pequeñas dagas que nos permiten ser más rápidos y un conjuro que haga daño reducido pero constante en el tiempo.

Bloodstained: Ritual of the Night
El sistema de combate cuenta con un gran número de posibilidades

La cosa es que estos hechizos (llamados fragmentos en el juego) los encontraremos y mejoraremos al acabar con los enemigos que se nos pongan por delante; algo que, si lo sumamos al hecho de que iremos subiendo de nivel conforme más matemos, provoca que nos interese buscar un enfrentamiento con ellos siempre que se dé la ocasión. Y es precisamente aquí donde Bloodstained: Ritual of the Night encuentra otra de sus mayores bazas, dado que el juego dispone de otros sistemas además de estos que nos harán tener la sensación de que los poderes de la protagonista mejorarán de manera constante.

Por otra parte, además de encontrar hechizos, armas y equipamientos espolvoreados por el mapa, existe un sistema de fabricación que ampliará estas posibilidades. Desde crear pociones que nos quiten efectos adversos concretos hasta encontrar ingredientes con los que fabricar platos que, al ingerirlos por primera vez, mejorarán alguna estadística concreta de la protagonista. Todo ello para crear la sensación en el jugador de que, siempre que sale a explorar una zona nueva, vuelve cargado de objetos y materiales con los que mejorar al personaje y poder así ir haciendo frente a situaciones cada vez más complicadas.

Un rendimiento que deja que desear

Las mayores sombras de Bloodstained: Ritual of the Night (y quizás las únicas lo suficientemente intensas como para ser señaladas) tienen que ver con el rendimiento del juego en la consola híbrida de Nintend. Aunque el mismo estudio ha confirmado estar intentando solucionar, lo cierto es que empaña una experiencia que resulta notable en el resto de sus elementos. Ya no solo hablamos de que el nivel técnico de esta versión se encuentre quizás algo por debajo de lo mostrado en los tráileres, sino al hecho de que, en numerosas ocasiones, el título experimenta intensas caídas de frames que hace que la imagen llegue a congelarse. Y, si bien es cierto que estas situaciones no son lo habitual, resultan lo suficientemente numerosas como para que el ritmo del título se vea interrumpido con cierta frecuencia. Por no hablar de algún que otro crasheo ocasional, que también los hemos sufrido.

Conclusión

Bloodstained: Ritual of the Night es uno de esos juegos que es plenamente consciente de sus posibilidades y, por lo tanto, sabe hacer un gran uso de los elementos que se encuentran a su disposición. El sistema de combate, la progresión de la protagonista y el diseño de niveles generan una experiencia cuyas sensaciones positivas no llegan a verse mermadas del todo por el rendimiento de esta versión.

Sin embargo, es precisamente en sus ganas de pulir lo que ya conocíamos del género donde podemos encontrar su principal pega: un conservadurismo que, al mismo tiempo que hace las veces de una base sólida sobre la que construir, también supone un límite a la hora de innovar y crear algo que sorprenda por salirse del guion establecido.

Bloodstained: Ritual of the Night

A pesar de ello, Bloodstained: Ritual of the Night es un gran ejercicio nostálgico que es sincero porque no pretende ocultar de las sagas de las que bebe. Hasta el punto en el que demuestra perfectamente cómo una fórmula inventada hace ya casi más de dos décadas puede seguir dando de sí a día de hoy. Todo ello ya no para comunicarnos que el género de los metroidvania tenga mucho que decir todavía, sino para demostrar que lo que ya dijo en el pasado sirvió para crear una fórmula aún infalible en el presente.


Bloodstained: Ritual of the Night

Analizado en Nintendo Switch

VideoGame
7.8
Puntuación Areajugones:
Notable
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Crecí rodeado de naturaleza y campos de trigo, pero con la cabeza llena de historias sobre dragones y planetas lejanos. Después me hice psicólogo para poder fascinarme con las historias de los demás.