Que lo retro está de moda es más que evidente y no hay más que fijarse en el éxito que está teniendo Nintendo con su gama de productos mini. La fiebre por lo clásico hace que mucho estudios modestos como Triverske realicen propuestas como la que nos ocupa hoy en este análisis, Circuit Breakers, inspirándose claramente en títulos que iniciaron el camino de esta industria que tanto amamos. Un título que pretende llevarnos de nuevo a la época de los 8 y 16 bit con unas mecánicas muy arcade y un apartado técnico muy de aquella época. ¿Lo conseguirá? Os lo contamos a continuación.
Circuit Breakers es un shooter multidireccional que bebe claramente de grandes clásicos del genero, sobre todo de Smash T.V. con el que tiene un gran parecido. El juego se desarrolla a través de niveles, llamados cuartos, en los que tendremos que hacer frente a una oleada de enemigos hasta que se abran las puertas y podamos escapar de él. Eso sí, el momento de apertura de las puertas es aleatorio y en cada partida se abrirán en momentos distintos. Cada 10 niveles tendremos que hacer frente a un jefe final que nos dará paso a una nueva zona.
Para hacer frente a las constantes oleadas de enemigos tendremos varios personajes diferentes para elegir, cada uno con un arma diferente y con un estilo de juego distinto, lo que le otorga variedad a las partidas en función de a cual escojamos. Las armas van desde una metralleta normal,hasta un potente láser, pasando por la clásica escopeta un el lanzamisilies. Y aquí precisamente entra la mecánica más importante del juego y la que marcará toda la jugabilidad del mismo. Cada arma tiene cuatro niveles , desde el 0 hasta el 3, a cada cual más potente, y que conseguiremos ir subiendo recogiendo unos cristales de Energium que dejarán caer los enemigos que derrotemos durante los niveles. A medida que nos hagamos con estos cristales iremos rellenando un medidor que irá subiendo la potencia de nuestra arma. El problema es que este medidor se ira descargando a medida que disparemos, por lo que el juego nos obliga a gestionar bien nuestros disparos e intentar no fallar demasiado para intentar mantener el arma siempre en el nivel más alto posible. Aunque cabe decir que está mecánica está bien implementada en general, a menudo existen situaciones en la que la oleada de enemigos es enorme y no podremos escatimar en los disparos, por lo que bajaremos el nivel del arma al mínimo y se nos hará muy complicado salir de estas situaciones. Por esta razón es de vital importancia no dejar que se nos acumulen muchos enemigos porque sino las pasaremos canutas.
Otra mecánica importante es el escudo, pues pulsando el gatillo izquierdo, podremos hacer uso del mismo, lo que nos permitirá parar proyectiles y golpes cuerpo a cuerpo de los enemigos. Esta habilidad también hace uso del medidor de cristales por lo que la gestión de este material es crítica. Por último cabe comentar también que en los niveles hay tres tipos de cajas que podremos aprovechar a nuestro favor. En ellas podremos encontrar cristales y puntos de salud además de que existen unas cajas explosivas que deberemos aprovechar para intentar eliminar con ellas al mayor numero de enemigos posible.
Como veis las mecánicas son muy simples y el juego nos ofrece acción muy directa y arcade. También son muy simples los controles, pues únicamente tendremos que utilizar el stick izquierdo para movernos, el gatillo izquierdo para utilizar el escudo y los botones o el stick derecho para disparar. El disparo no es libre sino que únicamente podremos hacerlo en 8 direcciones, cosa que complica un poco algunos combates.
En cuanto a los modos de juego desgraciadamente tenemos poco que comentar ya que no encontramos demasiada profundidad en este aspecto. Simplemente tenemos dos y no encontramos demasiadas diferencia entre ellos. El primero de los dos es el modo Arcade, en el que tendremos que ir superando los diferentes cuartos y jefes hasta llegar al final del juego. Aunque esto no sera tarea fácil ya que el juego se vuelve bastante difícil en los cuartos más avanzados y cuesta bastante superarlos. Además cada vez que muramos perdamos todas las vidas tendremos que volver a empezarlo desde el principio y, teniendo en cuenta que los niveles siempre son los mismos, esto se hace algo tedioso.
El segundo modo de juego se llama Puntuación y se basa en completar una porción pequeña de los niveles consiguiendo una determinada puntuación, si lo conseguimos conseguiremos desbloquear el siguiente segmento pero lo malo es que los niveles que jugamos son idénticos a los del modo arcade y se juegan totalmente igual por lo que, en esencia, nos da la sensación de estar jugando lo mismo. Y es que el juego se hace repetitivo, pues cada partida es exactamente igual que la anterior y la sensación de progreso es totalmente inexistente. Esto se podría haber solucionado con un diseño de niveles procedural en el que tuviésemos la sensación de estar jugando algo un poco diferente en cada partida, pero por desgracia esto no es así y el resultado es que acabamos frente a un juego repetitivo y en que a las pocas horas de juego, ya tenemos la sensación de haberlo visto todo.
Un añadido interesante, eso sí, es el multijugador local que ofrece el título y que nos permite jugar hasta cuatro jugadores. Y esto puede tener que ver también con la dificultad ya que en ocasiones, el juego suelta una cantidad de enemigos muy numerosa que, si jugamos solos se nos hará muy complicada, pero que entre cuatro jugadores es mucho más asequible. Finalmente contamos con el apartado extras, en el que podemos consultar un pequeño glosario y podremos ver nuestro progreso en los desafíos que propone el título.
Por último toca meternos en materia acerca del apartado técnico del juego. A nivel visual el título recuerda claramente a la época en la que tanto disfrutábamos con nuestra NES o Master System, con unos sprites pixelados, tan característicos de esa época. Aunque tenemos que decir que a nivel artístico el juego no luce demasiado bien ya que los entornos por los que nos movemos son demasiado genéricos, con una ambientación industrial, en la que los niveles se parecen demasiado entre sí. Otro punto negativo lo tenemos en que la mayoría de enemigos son muy similares entre sí y echamos en falta algo de variedad en este sentido. Si que es verdad que hay un puñado de ellos, pero muchos otros simplemente se basan en cambiar el color de otro enemigo, dejando una sensación de repetición.
En lo sonoro el juego si cumple, con unos temas también al estilo de los juegos clásicos, donde primaba una buena melodía pegadiza que nos acompañase durante los niveles. Las pocas melodía que encontramos cumplen en este sentido y los efectos de sonido también lo hacen.
Circuit Breakers pretende hacernos volver a sentir ese toque arcade, de simpleza, que tenían este tipo de juegos antaño. Pero lo hace de una manera muy poco ambiciosa para los tiempos que corren y nos deja un sabor agridulce, pues sus mecánicas, aunque simples, son divertidas. El problema radica en el contenido, que a nuestro modo de ver es algo escaso y, sobre todo, se hace repetitivo. Bien es cierto que cada personaje se siente diferente, pero no es suficiente ya que los niveles son muy similares entre sí y cada partida que juguemos sera casi igual que la anterior, una vez nos hayamos acostumbrado a cada personaje. En definitiva nos encontramos ante un título que sí resulta divertido cuando nos ponemos a los mando por primera vez, pero que rápidamente nos dará la sensación de que ya hemos visto todo lo que nos ofrece.