Hacía tiempo que un juego de terror no me ponía los pelos de punta de esta forma y llevo unos cuantos a las espaldas la verdad. Pero es que, Tormented Souls II me ha tenido pegado a la pantalla del PC durante horas, sudando las manos con el ratón y dándome sustos que me han hecho saltar de la silla más de una vez y como soy masoca con las luces apagadas como debe ser. Y mira que llevo años jugando a survival horror, que ya tengo el cuero curtido con estas cosas... pero este juego tiene algo especial.
La primera entrega de Tormented Souls en 2021 ya nos demostró que Dual Effect y Abstract Digital sabían exactamente lo que hacían al recuperar la fórmula clásica de los míticos Resident Evil de PlayStation 1. Cámaras fijas, puzles retorcidos, munición escasa y esa atmósfera opresiva que te hace avanzar con el culo prieto todo el rato. Pero ahora con la secuela... se han superado siguiendo la misma linea, han cogido todo lo que funcionaba y lo han vitaminado hasta las cejas. Esto es el horror noventero en esteroides, con un nivel gráfico super cuidado y mecánicas pulidas que hacen que la experiencia sea infinitamente mejor.
Lo que cambió desde la primera entrega y por qué importa
Vale, contextualicemos un momento para los que no jugaron al primero. El Tormented Souls original era puro homenaje a los clásicos de terror de finales de los 90. Te despertabas en un hospital abandonado sin saber cómo habías llegado ahí, y tocaba explorar, resolver puzles endiablados y sobrevivir a criaturas que te perseguían por pasillos oscuros. Las cámaras fijas eran un homenaje claro a los RE clásicos, pero también eran un arma de doble filo porque a veces te jugaban malas pasadas.
El primer juego tenía sus problemas, seamos sinceros y en algunas cosas te desquiciaba. Los controles eran algo rígidos, el combate se sentía torpe en ocasiones, y algunos puzles eran tan rebuscados que acababas en foros buscando pistas porque no había por donde cogerlos. Pero la atmósfera era brutal, los gráficos para ser un juego indie lucían muy bien, y esa sensación de vulnerabilidad constante estaba perfectamente conseguida.
Tormented Souls II mantiene la esencia pero arregla prácticamente todo lo que fallaba. Los controles se sienten más fluidos, el combate tiene más peso, y aunque los puzzles siguen siendo jodidamente difíciles (ya llegaremos a eso), al menos ahora tienen más lógica interna. El apartado gráfico ha dado un salto considerable... estamos hablando de escenarios con un nivel de detalle que acojona, iluminación dinámica que crea sombras inquietantes por todos lados, y animaciones mucho más naturales que en la primera entrega.
La historia es más retorcida y perturbadora que antes
No voy a entrar en spoilers porque sería un crimen estropear los giros que tiene este juego, pero os puedo decir que la narrativa es más ambiciosa y perturbadora que en la primera parte. Si el primer Tormented Souls jugaba con temas de experimentación médica y cultos oscuros, este segundo va más allá explorando conceptos que te hacen sentir incómodo de verdad y hasta en muchas ocasiones decir, uf no se si voy a poder seguir con esto.
La protagonista Caroline Walker... bueno, no puedo decir mucho sin spoilear, pero digamos que su conexión con los eventos del primer juego está ahí con cosas que no esperaba. Hay descubrimientos que me dejaron loquísimo, giros argumentales que cambian tu percepción de todo lo anterior, y un final que... mejor descubráis vosotros mismos pero...¿será solo uno?.
Lo que más me flipa es cómo el juego va dejando pistas por todos lados. Documentos que lees al principio cobran significado horas después, escenarios que parecen decorado resultan ser fundamentales para entender qué coño está pasando realmente. Todo se desgrana poco a poco y recompensa la atención al detalle y la exploración meticulosa.
Puzles que te van a partir la cabeza (literalmente)
Vale, vamos a hablar de los puzles porque esto es lo que va a dividir a la gente. Si pensabas que los puzles del primer juego eran complicados, prepárate porque estos son otro nivel siguen la misma base pero leche, se han lucido. Estamos hablando de acertijos que combinan lógica matemática, simbolismo esotérico, mecánicas físicas y referencias visuales que están desperdigadas por todo el mapa.
He pasado literalmente más de una hora atascado en ciertos puzzles, dándole vueltas al coco, revisando cada rincón del escenario, releyendo documentos... y cuando finalmente lo resuelves, la sensación es increíble pero he dado mas vueltas de las que puedo recordar. Es ese tipo de satisfacción que ya no se ve mucho en los juegos modernos, donde todo te lo dan masticado con tutoriales y marcadores en pantalla.
Pero ojo, que también hay momentos de frustración. Algunos puzles son tan rebuscados que rayan en lo absurdo y honestamente, no sé si está bien diseñado o simplemente es sadismo por parte de los desarrolladores. Lo que sí agradezco es que los puzles tienen más coherencia interna que en el primer juego. No son simplemente "encuentra la llave roja para la puerta roja". Hay lógica detrás, contexto narrativo que los justifica, y cuando los resuelves entiendes por qué estaban ahí. No siempre, eh, a veces siguen siendo arbitrarios... pero es mejor que antes.
Un combate escaso pero ahora con más peso
El combate en Tormented Souls nunca fue el punto fuerte, y aquí tampoco lo es... pero han mejorado sustancialmente la sensación de impacto. Los golpes ahora se sienten más contundentes, las armas tienen retroceso y peso real, y las animaciones de los enemigos al recibir daño son mucho más satisfactorias.
Pero que no os confunda esto, el combate sigue siendo algo que quieres evitar siempre que puedas. La munición es escasa, los enemigos pueden matarte en pocos golpes, y hacer ruido atrae a más criaturas. Es survival horror de verdad, donde correr y esquivar es muchas veces mejor opción que plantarse a pelear.
Las criaturas están diseñadas para ponerte nervioso. No son tanques de vida que absorben balas, pero tampoco caen de un disparo. Tienes que ser preciso, calcular tus tiros, decidir cuándo merece la pena gastar munición y cuándo es mejor largarse corriendo. Eso sí, hay momentos en los que correr no es opción porque te persiguen por pasillos estrechos y tienes que darte la vuelta y vaciarte el cargador rezando para que caigan antes de que te alcancen.
Atmósfera y diseño de niveles: aquí es donde brilla de verdad
El diseño de niveles es espectacular y me ha hecho revivir la época dorada de los 90. Dual Effect ha creado escenarios interconectados que rivalizan con los mejores RE clásicos. Empiezas en una zona, vas desbloqueando áreas nuevas, encuentras atajos que te devuelven a zonas anteriores... todo está perfectamente entrelazado de forma que nunca te sientes perdido pero tampoco sientes que el juego te está llevando de la mano.
La ambientación es variada también. Pasas de pasillos claustrofóbicos a salones amplios y opulentos, de sótanos húmedos y oscuros a azoteas donde la luz del día no hace que te sientas más seguro. Cada zona tiene su propia identidad visual y su propio tipo de amenazas. La variedad ambiental es brutal comparada con el primer juego, donde todo eran pasillos de hospital que al final se parecían mucho entre sí.
Y la atmósfera... joder, la atmósfera. Este juego acojona en muchas ocasiones no por los sustos baratos (que también los hay), sino por esa tensión constante que te mantiene alerta. El diseño de sonido es magistral: pasos que resuenan en la distancia, puertas que se cierran solas, murmullos que no sabes si son reales o están en tu cabeza. Y luego están las cámaras fijas que a veces te ocultan qué hay al doblar una esquina, obligándote a avanzar sin saber qué te espera.
Un salto generacional respecto al primero
He jugado la versión de PC y visualmente es una bestialidad comparado con el primer Tormented Souls. Los escenarios tienen un nivel de detalle enfermizo: texturas de alta resolución, efectos de iluminación dinámica que crean sombras realistas, reflejos en superficies mojadas, partículas de polvo flotando en la luz... todo suma para crear una experiencia visualmente impresionante.
El juego corre sorprendentemente bien también. Con mi configuración (no es una bestia pero tampoco es una patata) mantengo 60fps constantes en ultra sin apenas caídas. Solo en zonas muy cargadas de efectos de partículas he notado algún bajón puntual, pero nada que arruine la experiencia. La optimización es excelente para un estudio independiente.
Las cámaras fijas, que podrían parecer un elemento anticuado, están perfectamente colocadas para crear composiciones visuales preciosas. Hay ángulos que parecen sacados de películas de terror clásicas, encuadres que enfatizan la arquitectura opresiva de los escenarios, transiciones entre cámaras que te pillan desprevenido cuando un enemigo aparece desde un ángulo que no veías. Es dirección artística de la buena, no simplemente "ponemos cámaras fijas porque los RE clásicos las tenían".
Duración y rejugabilidad
He tardado alrededor de 15 horas en completar mi primera partida, explorando a fondo, resolviendo todos los puzzles opcionales, encontrando la mayoría de secretos. Si vas más directo probablemente lo termines en 10-12 horas, pero te perderías contenido interesante.
Y aquí viene lo bueno: hay incentivos reales para rejugarlo. Diferentes finales según tus acciones, armas desbloqueables para nuevas partidas, modos de dificultad adicionales que cambian la colocación de objetos y enemigos... no es simplemente rejugar la misma historia exacta. Hay variación suficiente como para que merezca la pena una segunda o tercera partida.
También están los secretos ocultos que son jodidamente difíciles de encontrar. Habitaciones secretas que requieren secuencias específicas de acciones, easter eggs que referencian otros juegos de terror clásicos, documentos opcionales que expanden el lore de formas inesperadas. Si eres completista, aquí tienes horas de contenido adicional.
Conclusiones
Tormented Souls II es la secuela que la primera entrega merecía. Dual Effect ha escuchado críticas, ha pulido lo que fallaba y ha amplificado lo que funcionaba. El resultado es un survival horror que respeta los clásicos noventeros sin sentirse anacrónico, que ofrece desafío real sin caer en la frustración constante (bueno, casi), y que luce espectacular en PC.
¿Es perfecto? No. Los puzles a veces se pasan de rosca, los sustos baratos están ahí más de lo necesario, y las cámaras fijas pueden joderte en momentos puntuales. Pero son quejas menores en el contexto general de una experiencia que me ha tenido enganchado de principio a fin.
Si jugaste al primero y te gustó pese a sus problemas, este es todo lo que esperabas y más. Si eres fan de los RE clásicos y llevas años esperando que alguien capture esa magia sin limitarse a copiarla, aquí la tienes. Y si nunca probaste survival horror de cámaras fijas y quieres saber por qué la gente ama tanto esos juegos, este es un punto de entrada excelente.
Ahora si me disculpáis, me voy a por el segundo final. Y después a por el tercero. Este juego tiene garras y no me suelta.
Tormented Souls II es la secuela que la primera entrega merecía. Dual Effect ha escuchado críticas, ha pulido lo que fallaba y ha amplificado lo que funcionaba. El resultado es un survival horror que respeta los clásicos noventeros sin sentirse anacrónico, que ofrece desafío real sin caer en la frustración constante (bueno, casi), y que luce espectacular en PC.
Apartado gráfico
Apartado artístico
Apartado sonoro
Apartado jugable
El diseño de niveles interconectados es una maravilla
Los gráficos son un salto generacional
La atmósfera opresiva te mantiene en tensión constante
Mantiene la esencia noventera pero actualizada inteligentemente
Contenido suficiente con rejugabilidad real
Los puzles ofrecen satisfacción real al resolverlos...
...aunque algunos cruzan la línea entre desafiante y absurdo
Los sustos baratos están presentes más de lo necesario
Las cámaras fijas a veces te juegan malas pasadas en combate
Ingeniero de Telecomunicaciones. amante de SEGA y todo lo que tenga que ver con Sonic. Nintendero por bandera y Game Pass en el corazón. Muy fan de Halo y las sagas Gears of War o Forza. Siempre con mi Steam Deck en la mochila...
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