
Puede que no lo sepas pero embarcarte en el universo de los monitores Ultrawide es una historia y una experiencia que pocos conocen y deberían probar. Llevo años viendo cómo los monitores ultrawide se van poniendo de moda, y siempre me ha parecido que el mayor problema es el precio. Cualquier cosa con 34 pulgadas, curva decente y más de 144Hz se va fácilmente a los 500-600 euros, y no estoy de coña, son caros de narices. Así que cuando AOC saca el CU34G2XP por menos de 300 pavos, lo primero que piensas es: ¿Qué han sacrificado para conseguir ese precio?
La respuesta corta es: han usado un panel VA en vez de IPS, y eso trae consecuencias. Algunas buenas, otras no tanto. Vamos a ver si este monitor merece la pena o si ese ahorro va a acabar saliendo caro.
Cuando buscas un monitor curvo tienes que asumir que va a ser VA. Los paneles IPS físicamente no se pueden curvar sin romperse, así de simple. Tus opciones son VA u OLED, y los OLED curvos todavía cuestan lo que un riñón en el mercado negro.
Los VA tienen cosas buenas: un contraste brutal (estamos hablando de ratios de 6000:1 o más), negros que son negros de verdad y no gris oscuro, colores vibrantes. Pero tienen un problema gordo: son lentos como una tortuga coja en transiciones oscuras. ¿Esto es necesariamente malo? Pues depende de para quién, en mi caso en cuestión no.
AOC pone en la caja que tiene 1ms de respuesta. Aunque esto no es realmente así. Bueno, técnicamente lo consiguen si activas el overdrive al máximo, pero entonces la imagen se vuelve un despropósito de artefactos y ghosting inverso. Las pruebas técnicas lo dejan claro: sin overdrive el tiempo de respuesta real anda por los 8-9ms en transiciones de negro a gris. Con el overdrive en medio (que es como deberías usarlo) se queda en unos 5-6ms de media.
¿Eso qué significa para ti? Que si juegas a cosas con muchas zonas oscuras vas a ver estelas detrás de los objetos que se mueven rápido. No es el fin del mundo, pero si vienes de un IPS decente o de un TN gaming (monitores con panel Twisted Nematic, una tecnología LCD especializada para videojuegos por su velocidad y bajo coste) lo vas a notar. En juegos luminosos o con fondos claros el problema casi desaparece, pero en un shooters oscuros tipo Metro o en zonas nocturnas de cualquier juego, ahí está.
El overdrive tiene tres modos: bajo, medio y fuerte. El bajo es inútil, el fuerte genera tanto overshoot que parece que estás viendo doble, así que te quedas con el medio y te aguantas. AOC podría haber afinado mejor estos ajustes, pero es lo que hay.
Este monitor tiene una curvatura de 1500R. Para los que no estéis familiarizados con esto, el número indica el radio en milímetros de un círculo completo formado por monitores con esa curva. Los Samsung Odyssey más bestias tienen 1000R, que es muy pronunciado. El 1500R de este AOC está en el punto dulce para 34 pulgadas.
No es tan exagerada como para que te moleste trabajando, pero sí es suficiente para que notes ese efecto envolvente cuando juegas. En simuladores de conducción tipo Assetto Corsa o en vuelo como Microsoft Flight Simulator la diferencia con un panel plano es notable. Tu visión periférica capta más de la pantalla y te metes más en el juego.
En shooters también ayuda. He probado este monitor con varios como DOOM: The Dark Ages y esa sensación de que la pantalla te rodea hace que te concentres más. El problema viene cuando tienes muchas luces en la habitación. La curva hace que los reflejos se multipliquen porque la luz rebota desde varios ángulos. Si tu setup tiene ventanas detrás o luces LED en el techo apuntando hacia ti, prepárate para lidiar con brillos molestos.
El tratamiento anti-reflejos del panel ayuda pero no hace milagros. Si trabajas en un entorno con mucha luz natural, plantéate seriamente si necesitas que sea curvo.
Esta es la pregunta clave que nadie se hace hasta después de comprar el monitor. 3440x1440 son un 34% más de píxeles que un 2560x1440 normal. Tu tarjeta gráfica tiene que empujar bastante más información, y los 180Hz no te los va a dar cualquier GPU.
En las pruebas con mi RTX 4070, que no es precisamente una tarjeta de gama baja:
Si quieres aprovechar esos 180Hz en juegos modernos AAA, necesitas una RTX 4070 Ti como mínimo, mejor una 4080. Con ray tracing activado olvídate a menos que tengas una 4090 o una 7900 XTX o ya nos vayamos a las gamas altas de la serie 5000. Para competitivo no hay problema, cualquier tarjeta decente los mueve.
El input lag está perfecto: justo en el punto óptimo sin retrasos raros. Cuando mueves el ratón la respuesta es instantánea, no hay esa sensación de que el cursor vaya por detrás que tienen algunos monitores baratos.
AOC promete 400 nits de brillo máximo. Y llegamos prácticamente a los 350 nits. No es un drama porque para uso normal en interiores es suficiente, pero si tienes ventanas grandes detrás del monitor o trabajas con mucha luz natural puede quedarse algo corto.
Donde sí cumple de sobra es en contraste. Promete 4000:1 y los pasamos con mucha holgura. Eso se traduce en negros profundos de verdad, no esos grises oscuros que tienen los IPS. En juegos con escenas espaciales o nocturnas la diferencia es bestial. Los colores también están muy bien calibrados de fábrica: Delta E de 1.73, que está por debajo del umbral de 2 que se considera profesional.
Hay un detalle raro: el brillo no es uniforme por toda la pantalla. La parte superior es un 18% más brillante que la esquina inferior derecha. A simple vista no lo notas, pero está ahí. No sé si es cosa del panel VA en general o de este modelo en concreto, pero me ha parecido curioso.
Luego está el tema del HDR400. Que básicamente no es HDR de verdad, HDR400 es el escalón más bajo de la certificación y en la práctica apenas aporta nada. Para HDR decente necesitas HDR600 como mínimo, mejor HDR1000. Así que no compres este monitor pensando en ver películas con HDR espectacular porque te vas a llevar un chasco.
Las conexiones son las esperables:
La falta de HDMI 2.1 no me preocupa porque este monitor no está pensado para consolas. Los juegos de PS5 y Xbox no soportan bien el formato 21:9, la mayoría te ponen barras negras a los lados o recortan la imagen. Esto es un monitor PC puro y duro, así que usarás DisplayPort de todas formas.
El hub USB viene bien para conectar periféricos sin tener que ir al PC. Uno de los puertos es amarillo y sirve para carga rápida, lo cual está bien si quieres cargar el móvil o unos auriculares.
Los botones están en la parte inferior del monitor, mirando hacia abajo, y responden muy lentos y ciertamente poco intuitivos. Tardas una eternidad en navegar por los menús. Es frustrante de narices si quieres cambiar el brillo varias veces al día.
La solución es el software G-Menu de AOC. Te permite controlar todos los ajustes del monitor desde Windows: brillo, contraste, modos de juego, perfiles personalizados... todo sin tocar esos botones horribles. Es imprescindible instalarlo, de verdad. Sin él este monitor es mucho más incómodo de usar.
El software funciona bien y puedes crear perfiles para diferentes juegos o usos. Por ejemplo, un perfil con más brillo para el día, otro más tenue para la noche, uno optimizado para shooters con negros más claros, otro para juegos de rol con colores más saturados...
El diseño es típico de AOC gaming: plástico gris oscuro con detalles rojos en el soporte y la parte trasera. No es feo y realmente queda bien en cualquier setup. El soporte es estable y permite ajustar altura, inclinación y giro lateral. No tiene pivot (giro 90 grados) pero en un ultrawide de 34 pulgadas tampoco tendría mucho sentido.
El único problema es que queda algo bajo. Incluso al máximo, si tienes la mesa a altura estándar te va a quedar por debajo de tu línea de visión natural. Por suerte tiene VESA 100x100 y puedes ponerle un brazo articulado. Si vas a comprar este monitor te recomiendo pillar un brazo de Amazon Basics o similar, te va a cambiar la experiencia.
Vamos a hablar claro de lo que realmente importa: ¿Este monitor tiene ghosting? Sí. ¿Es horrible? No. ¿Lo vas a notar? Depende.
Si juegas principalmente a competitivos con mapas luminosos (Valorant, CS:GO 2, Overwatch 2), apenas lo verás. El panel se comporta bastante bien en transiciones de colores claros. Si juegas a shooters tácticos con muchas zonas oscuras (Escape from Tarkov, Hunt: Showdown, ARC Raiders o cualquier juego de terror), vas a ver estelas detrás de los enemigos que se mueven rápido.
No es tan grave como para que el juego sea injugable, pero es notable. Si vienes de un IPS rápido o de un TN gaming te va a molestar las primeras semanas hasta que te acostumbres. Si vienes de un monitor viejo o de 60Hz probablemente ni lo notes. Es la naturaleza del panel VA, no hay forma de evitarlo completamente. Pero ya te digo, como probablemente vengas de un monitor peor, esto ni lo vas a notar.
El AOC CU34G2XP es un monitor de compromisos inteligentes para llegar a un precio imposible. AOC ha recortado donde menos duele para ofrecer un ultrawide curvo de 180Hz por 280 euros cuando la competencia está en 500-600 euros como mínimo.
¿Merece la pena? Para la mayoría de la gente, sí. El ghosting en escenas oscuras es el problema más grande, pero si no juegas exclusivamente a shooters tácticos oscuros o survival horror, es perfectamente tolerable. Los 180Hz funcionan de maravilla en competitivos, la curvatura ayuda en simuladores, y el contraste brutal hace que los juegos se vean mejor que en un IPS normalito.
No es perfecto pero el precio lo justifica todo. Si tu presupuesto es de 300 euros y quieres ultrawide, este es tu monitor sin discusión. Si puedes gastarte 500-600, hay opciones con panel IPS que te darán mejor experiencia global.
La realidad es que AOC ha democratizado el formato ultrawide gaming. Hace dos años un monitor así costaba el doble. Tiene defectos, obvio, pero son defectos que puedes tolerar a cambio de ese precio. Y en un mercado donde todo cuesta un ojo de la cara, eso es de agradecer.Si buscas el mejor ultrawide del mercado, este no es. Si buscas el mejor ultrawide que puedes comprar por 280 euros, no hay competencia.
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