Hace menos de dos meses que Bethesda daba una gran sorpresa a toda la industria, apareciendo en uno de los directos de Nintendo para mostrar todo su apoyo a Nintendo Switch con el anuncio de ni más ni menos que DOOM y Wolfenstein II: The New Colossus, dos de los grandes shooter de la compañía en estos últimos años. Ahora, ha llegado el momento de disfrutar el primero de ellos y, tras un paso más que exitoso por PC, PlayStation 4 y Xbox One el pasado año, DOOM aterriza en Nintendo Switch.
A pesar de que la calidad del shooter de id Software es algo que parece casi indiscutible, son muchas las dudas que albergan algunos de los fans acerca de la nueva versión para la consola de Nintendo. DOOM es una auténtica bestia a nivel técnico y un juego que exige tanto precisión como velocidad para poder ser disfrutado. ¿Está la nueva versión del juego a la altura? ¿Hace honor a la saga o se diluye en un port mediocre? Nosotros ya hemos podido estar disfrutando de él durante los últimos días y os traemos nuestro análisis del juego, con el que trataremos de dar respuesta a todas estas cuestiones. Preparaos para volver al infierno y descubrir qué nos depara DOOM en Nintendo Switch.
DOOM es una de esas sagas clásicas del shooter de las que siempre se espera gran cosa y, tras unas últimas entregas que dividían las opiniones de los fans, llegaba en 2016 este reboot de la franquicia con el que id Software vuelve a una fórmula clásica, con una narrativa simple y una clara apuesta por la jugabilidad más pura. Sangre, armas grandes, velocidad y muchos disparos son los pilares que caracterizan una obra que, ya en su momento, consiguió deslumbrar a mucha gente. Ahora, en Nintendo Switch nos encontramos con más de lo mismo. Esta versión es un port que, si bien incluye todas las expansiones que añaden contenido al modo multijugador, no incluye nada nuevo a nivel de contenido, manteniendo el juego base exactamente igual a lo que hemos visto en el resto de plataformas.
Pero esto no es en absoluto malo, y es que DOOM cuenta con una de las mejores campañas para un jugador que hayamos visto en los últimos años. Los amantes del shooter más clásico tienen ante sí una obra que, si aún no han disfrutado, ya están tardando en hacerlo. Desde el diseño de niveles hasta los coleccionables pasando por cada pelea contra los demonios que nos persiguen, todo en DOOM está cuidado al milímetro para resultar terriblemente satisfactorio. Y la versión de Nintendo Switch no cambia esto ni un ápice.
El marine de DOOM ha vuelto y lo ha hecho con la misma fuerza con la que nos conquistaba en 2016. Sin duda alguna, la obra de id Software es uno de los shooters más pulidos, cuidados y redondos de los últimos años y, ahora, por fin podemos decir sin miedo a equivocarnos que también lo es en Nintendo Switch. Sin duda alguna estamos ante uno de esos videojuegos imprescindibles en el catálogo y que, a pesar de tener algunos fallos en su modo multijugador, el cual resulta demasiado genérico, podrá sacarnos una gran cantidad de horas con una sobresaliente campaña individual.
En cuanto a las características exclusivas de la versión de Nintendo Switch, el primer punto con el que nos encontramos es el de los controles. Los joysticks que vienen integrados en los Joycon son más pequeños que los de los mandos de PlayStation 4 y Xbox One, cosa que, a priori, podría resultar un problema para el control en un juego tan exigente como lo es la obra de id Software. Sin embargo, a pesar de que debemos gastar un pequeño tiempo en acostumbrarnos a la configuración y disposición de los controles, lo cierto es que no tardamos en sentirnos cómodos mientras jugamos, permitiendo olvidarnos de la plataforma en la que jugamos para sumergirnos en un universo gore lleno de sangre y demonios a los que hacer papilla.
Gracias al buen trabajo realizado en este apartado, DOOM consigue algo muy importante en esta versión, y es no perder ni un ápice de la velocidad que caracteriza su jugabilidad. La esencia a nivel jugable se mantiene intacta consiguiendo que disfrutemos de la misma forma que lo hacemos si jugamos en cualquiera de sus otras versiones. Además, para compensar la posible falta de puntería se incluye una pequeña ayuda al apuntado de forma totalmente opcional. Esta ayuda resulta bastante sutil y permite que cualquiera pueda disfrutar de esta versión de DOOM incluso si viene de jugar la de PC con teclado y ratón (como es nuestro caso), pero sin hacer de la obra algo fácil; porque DOOM sigue sin ser un juego para nada sencillo.Como último punto dentro de los controles, cabe destacar que por fin hemos resulto la duda acerca de los controles por movimiento. DOOM incluye un simple y pequeño detalle que figura dentro del apartado opciones del menú como "controles de movimiento", y es que agitando el Joycon cuando jugamos en modo tablet o con la consola en su dock, podemos realizar un ataque cuerpo a cuerpo. Más allá de esto, el juego no da soporte al giróscopo como sí lo hace Splatoon 2 o a otro tipo de movimientos diferentes del ataque cuerpo a cuerpo.
Uno de los puntos en los que más escépticos eran muchos de los fans (entre los que no cabe duda de que me incluyo) era el apartado técnico del juego. DOOM es una auténtica bestia a nivel técnico, exigiendo bastante potencia y llevando al límite nuestro hardware para correr con una calidad que nos permita disfrutar de la experiencia. Como sabemos, Nintendo Switch tiene un hardware más limitado que el de PlayStation 4 y Xbox One y, por supuesto, el del PC mínimo requerido para jugar a la obra de id Software, por lo que en este punto era donde más preocupaciones se situaban. Y podemos decir con alivio que todas las preocupaciones han quedado diluidas.
El rendimiento en general de la obra es realmente bueno, ofreciendo una experiencia suficientemente fluida como para poder ser disfrutada. Si bien es cierto que se puede echar de menos una resolución mayor o una tasa de frames más alta (sobre todo si, de nuevo, venimos de jugar la versión de PC que es nuestro caso), el juego es completamente disfrutable y, una vez hayamos pasado una hora jugando, estaremos completamente acostumbrados a las características de esta versión.
Sin embargo, cabe destacar que cuando jugamos en modo portátil, hay algunos momentos muy concretos en los que se producen en pantalla más explosiones de las que debería (por ejemplo, si lanzamos varias granadas a la vez y estas impactan con barriles explosivos) y en los que el framerate cae por debajo de 30 por unos instantes. De nuevo, repetimos que esto nos ha ocurrido en ocasiones contadas y la tasa de frames ha subido inmediatamente tras la explosión, quedándose en un detalle simplemente molesto pero no en un fallo grave que ocurra de forma recurrente.
A nivel visual, la versión para Nintendo Switch de DOOM es una auténtica sorpresa. Jugar en modo portátil a la obra de id Software resulta increíble y es que si comparamos la calidad gráfica de lo que estamos disfrutando con cualquier otro juego de una consola portátil veremos que, simplemente, no hay comparación. Es cierto que no alcanza a la versión de PC, pero DOOM es capaz de exprimir la potencia de Nintendo Switch para ofrecer una obra que asombra por la calidad de sus modelados, texturas y efectos visuales. Si bien esto es cierto, cabe destacar que, a cambio, hay que pagar un precio en la distancia de dibujado, que se acorta en buena medida, aunque la mayoría de zonas del juego son suficientemente pequeñas como para que este detalle no resulte relevante.
La versión de DOOM para Nintendo Switch consigue, a pesar de las limitaciones y características de la nueva plataforma, mantener toda su esencia y ofrecer una jugabilidad frenética cargada de combates veloces y exigentes. Junto a esto, Switch es capaz de sorprender y ofrecernos con su hardware una calidad gráfica tal que, aún ahora mismo, me cuesta creer que haya sido posible en una portátil. Por todo ello, la obra de id Software en esta nueva versión logra dar como resultado una experiencia similar a la disfrutada en el resto de plataformas en las que DOOM ya ha logrado enamorarnos.
A pesar de que pueda parecer lo contrario, DOOM no solo ofrece una experiencia adaptada, sino que sus propias premisas parecen encajar a la perfección con la consola de Nintendo. Gracias a los innumerables puntos de control podemos echar partidas rápidas sin demasiado problema en cualquier lugar y aprovechar ratos muertos de nuestro día para vaciar alguna que otra sala de demonios. Y, a la vez, la comodidad que ofrece cuando la consola está conectada al dock nos permite jugar largas sesiones en casa, como haríamos con el resto de versiones.
En general, y a pesar de que reconozco que fui muy escéptico desde su anuncio, la versión de DOOM para Switch es una gran apuesta. El juego llega con una adaptación estupenda y una calidad a nivel técnico que sorprende y sitúa el techo de gráfico de la nueva consola en un punto bastante más elevado de lo que muchos de nosotros podíamos imaginar. Es por ello que DOOM, que ya triunfaba en 2016 enamorándonos con su acción, vuelve ahora para, con algunos ajustes, seguir siendo la misma joya en la consola de Nintendo. Sin duda alguna, una de las apuestas más sólidas que hay en el mercado para Nintendo Switch.