Mira, os voy a ser claro desde el principio. Cuando me llegó la key de Dispatch iba con cero expectativas. Bueno, menos que cero. Otra aventura narrativa, otro juego de superhéroes, otro lanzamiento episódico... ya sabéis. Lo típico que ves anunciado y piensas "ok, a ver cuánto dura esto antes de que lo olvide todo el mundo".
Me senté a probarlo más por compromiso que por ganas, ¿sabéis? Dos horas después estaba ahí plantado mirando los créditos del segundo episodio pensando "joder... necesito más de esto ya". Y no es que me haya gustado, es que me ha dejado completamente enganchado de una forma que no esperaba para nada.
Entonces... esto va a ser un análisis en progreso porque el juego sale de forma episódica. Los episodios 1 y 2 salen el 22 de octubre, luego 3 y 4 el 29, después 5 y 6 el 5 de noviembre, y los últimos el 12 de noviembre. Así que voy a ir actualizando esto conforme vayan cayendo, pero necesitaba hablaros ya de lo que he jugado porque tío, esto pinta muy bien. Además, tienes una demo disponible en Steam para juzgarlo por ti mismo.
Vale, contexto importante antes de meternos en faena. AdHoc Studio está formado por gente que trabajó en la época buena de Telltale. Hablo de The Walking Dead primera temporada, The Wolf Among Us, Tales from the Borderlands... esa época donde Telltale era sinónimo de calidad y no de juegos mediocres sacados con calzador.
Cuando Telltale se fue a la mierda en 2018, parte de ese talento se reagrupó y formó AdHoc Studio. Su idea era clara: coger lo que funcionaba de Telltale y llevarlo más allá, sin limitaciones corporativas, sin tener que jugar sobre seguro todo el rato. Y joder, después de estos dos episodios... lo están consiguiendo. De sobra.
Porque Dispatch no es "Telltale pero con superhéroes". Es una evolución que mezcla aventura narrativa con gestión de equipo, tiene animaciones que parecen de una serie cara de Netflix, y el elenco de voces es de escándalo: Aaron Paul, Jeffrey Wright, Laura Bailey, Matt Mercer, Travis Willingham... hasta creadores como Alanah Pearce, Moistcr1tikal y Jacksepticeye están metidos ahí.
La historia arranca con Robert Robertson, antes conocido como MechaMan. Un ex-superhéroe que está en horas muy bajas. Su armadura mecánica, lo único que lo hacía especial, está destrozada. Sin el traje no es nadie, no tiene superpoderes reales, solo experiencia y un montón de traumas sin resolver. Es básicamente Tony Stark sin la armadura de Iron Man, pero más cutre y con menos pasta.
Y entonces le ofrecen un trato: trabajar para la SDN (Red de Despacho de Superhéroes) mientras le arreglan el traje. ¿El curro? Gestionar el Programa Fénix, que básicamente coge a ex-villanos y les da una segunda oportunidad convirtiéndolos en héroes. Sí. Tu trabajo es mandar a criminales reformados a salvar gatos de árboles y evitar atracos. ¿Qué puede salir mal?
Pues muchas cosas, porque este grupo incluye tipos como Sonar (literalmente un hombre murciélago), Flambae (un pirómano con el que Robert tiene historia), y Malevola (una medio-demonio que siempre llega tarde a todo). Y ninguno de ellos respeta especialmente a Robert. Hasta ahí puedo contar sin spoilear nada... porque cualquier cosa que diga de la trama es un spoiler en Dispatch. La historia va dando giros, los personajes evolucionan, las cosas cambian. Y todo importa.
El juego se divide en dos mitades claramente diferenciadas. Por un lado están las secuencias cinemáticas, que son Telltale evolucionado. Las conversaciones fluyen naturales, las animaciones faciales son increíbles (en serio, rivalizan con producciones animadas caras), y las elecciones llegan rápido. No hay tiempo para pensártelo mucho, decides en el momento... y esas decisiones importan.
Cuando alguien dice que "recordará eso", lo dice de verdad. He repetido secciones y las diferencias son claras. No es humo de marketing, las elecciones moldean la historia y las relaciones de verdad. La otra mitad es la gestión, y aquí Dispatch se diferencia de todo lo demás. Entre las escenas dramáticas, tu trabajo comienza: gestionar al equipo y asignarlos a misiones por la ciudad.
El mapa te muestra alertas constantes. Rescatar un gato, romper una pelea en un bar, escoltar a alguien importante, evitar un atraco... las llamadas no paran y tú decides quién va a cada sitio. Suena simple, ¿no? Pues no lo es ni de coña.
Cada héroe tiene stats específicos: carisma, inteligencia, fuerza, defensa, agilidad. Además tienen habilidades pasivas únicas. Por ejemplo, Flambae tiene "Racha Caliente" que le da bonos si ha completado misiones con éxito, pero lo pierde todo si falla. Es como jugar con una baraja que está viva y puede incendiarse sola.
Las misiones no te dicen qué stats necesitas. Lo deduces del contexto. ¿Un niño llorando por su gato en un árbol? Necesitas a alguien ágil y con carisma. ¿Tensiones en un evento importante? Manda a tu mejor diplomático o arriesga con alguien intimidante. Y aquí viene lo bueno: algunos héroes no te hacen caso. Como el Charizard de Ash, a veces te ignoran o hacen lo que les sale de los huevos. Eso añade caos controlado que hace cada turno impredecible.
Cuando confirmas quién va, pueden aparecer opciones sobre cómo proceder. Y llega el momento de la verdad: una ruleta de probabilidad que cuenta el héroe, sus stats, su rendimiento. Es estresante... y cuando sale bien se siente genial. Cuando fallas y tu héroe vuelve herido, aprendes para la próxima.
También hay minijuegos de hackeo donde Robert resuelve problemas él mismo. Funcionan pero son la parte más floja. Demasiado fáciles, se sienten como relleno comparado con el resto.
El apartado gráfico no tiene nada que envidiar a producciones animadas grandes. El estilo recuerda a series como Invincible, ese toque de cómic moderno que funciona perfecto. Los personajes tienen diseños que ya te dicen quiénes son antes de que hablen.
Las animaciones son el triunfo real. Los movimientos faciales, los gestos, las expresiones... todo tiene un nivel de detalle que asusta. Es fluido, natural. Cuando un personaje está cabreado, lo ves. Cuando alguien miente, lo notas. El doblaje es espectacular, Aaron Paul y Laura Bailey están en su salsa. Incluso gente como Moistcr1tikal funcionan bien, no se sienten fuera de lugar.
Pero aquí mi gran queja: no hay doblaje español, solo subtítulos. Y en un juego tan denso en diálogos donde las conversaciones se solapan, perderte líneas porque estás leyendo mientras pasan cosas en pantalla jode bastante. La música es contenida pero efectiva. No hay temas épicos sonando todo el rato, trabaja en conjunto con la narrativa para realzar momentos específicos. Sutil, funciona.
Una cosa que me ha sorprendido son las conversaciones descaradas que tiene. No se andan con rodeos ni intentan ser políticamente correctos. Los personajes dicen lo que piensan, se insultan, tienen discusiones de verdad... y te ríes en más de una ocasión.
Tiene ese humor adulto que funciona porque no se pasa. No es humor por humor, está en las personalidades. Flambae es un gilipollas arrogante, Malevola es sarcástica hasta decir basta, y las interacciones con Robert (que intenta mantener el control y fracasa) son oro. Es como si hubieran mezclado Bojack Horseman con The Boys y Suicide Squad en formato jugable. La comedia alivia tensión, pero cuando quiere ponerse serio, se pone serio de verdad.
Solo llevo dos episodios de ocho, así que esto es incompleto por naturaleza. No sé si mantendrá el nivel, no sé si las mecánicas evolucionarán, no sé si las elecciones importarán al final. Son dudas que solo podré resolver cuando lo complete.
Lo que sí digo es que estos dos primeros han establecido una base sólida. La historia me tiene, los personajes me importan (raro en solo dos horas), y las mecánicas no se sienten repetitivas todavía. Tengo curiosidad por ver si meten nuevos elementos. El juego insinúa tecnología de CCTV al final del segundo episodio, supongo que habrá mecánicas por descubrir. Y espero que los hackeos mejoren, porque ahora mismo son el eslabón débil.
Dispatch pinta muy bien. No puedo contar más sin spoilear, y este es un juego donde los spoilers joden la experiencia. Lo que digo es que estamos ante algo que va a dar que hablar. AdHoc Studio ha demostrado que saben lo que hacen... saben cómo evolucionar el género. Animaciones impecables, sistema de gestión que añade profundidad sin complicar, narrativa con garra.
Las decisiones son momentos emotivos, descubrirlos es parte de la diversión. No quiero microgestionar todo, pero espero que las elecciones importantes no sean humo. Por ahora, no lo son. ¿Perfecto? No, tiene fallos. ¿Prometedor? Totalmente. Engancha más que muchas series de superhéroes que he visto, y viniendo de un indie episódico eso dice mucho.
Volveré cuando salgan los siguientes. Por ahora, si os gustan aventuras narrativas con personalidad, gestión estratégica ligera, o queréis una historia de superhéroes que no sea basura reciclada, Dispatch merece atención.
Nos vemos en los episodios 3 y 4.
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