Hace ya 5 años desde que el estudio independiente Flying Wild Hog nos traía Hard Reset, una propuesta ubicada en el género de los FPS que contaba con unas ideas muy clásicas. Se lanzaba así un título que recordaba mucho a los clásicos del género como Quake o Doom y que no tenía para nada una mal recepción, tanto a nivel de crítica como de usuarios, sobre todo teniendo en cuenta que era la primera obra de esta empresa polaca.
Ahora, unos cuantos años y proyectos (entre los que se encuentran los Shadow Warrios) después, este estudio independiente nos trae de nuevo Hard Reset en su edición Redux, con el DLC Exile incluido y llegando tanto a PC como PlayStation 4 y Xbox One. ¿Tendrá hueco la nueva versión de una propuesta tan clásica en el mercado de shooters actuales? Acompañadnos a lo largo de nuestro análisis para descubrirlo.
Como comentábamos arriba, para bien o para mal, Hard Reset Redux sigue la propuesta del juego original y se acerca mucho a los FPS más clásicos; el título llega con lo justo y necesario para disfrutar de la experiencia tal y como lo hicimos muchos en su momento. Esto implica que lo importante es la jugabilidad y por ello desde Flying Wild Hog han decidido dejar de lado la narrativa, por lo que la historia que se nos presenta en el modo campaña es tan solo una excusa para ponernos a pegar tiros a todo lo que se mueve; cosa que, de por sí, no tiene por qué ser negativa.
Ocurre algo similar a lo del nuevo DOOM, en donde la historia está "de relleno"; pero hay una diferencia sustancial y es que, si bien es cierto que DOOM dejaba claro que su historia era algo intrascendente eliminando las cinemáticas y simplificando la narrativa hasta el límite, Hard Reset no lo hace. Se nos desarrolla una acción que, aunque al principio puede parecer interesante e incluye algunos giros inesperados, acaba resultando tan confusa que terminaremos por obviarla; por no hablar de las largas escenas, que a pesar de contar con una genial estética de cómic, cuentan con un cartel enorme invitándonos a saltarlas desde el primer segundo. Resulta una pena teniendo en cuenta que el futuro distópico dominado por las máquinas y las inteligencias artificiales en el que se nos sitúa es bastante atractivo; así como la historia de nuestro personaje, el Comandante Fletcher. Además, todo el juego, tanto voces como textos, se encuentran en inglés sin posibilidad de cambiar ninguna de ellas; lo bueno es que probablemente no haga falta leer nada para disfrutarlo.
Pero tras darle al botón de "saltar escena", nos metemos de lleno en el mundo que Hard Reset nos propone y en el que coser a balazos a las malvadas IAs que tratan de exterminarnos es algo genial. La jugabilidad es un guiño a todos los juegos antiguos del género FPS: sin coberturas, sin regeneración automática de salud (al menos en principio) y con muchos enemigos a los que acribillar. La sensación de disparo es muy buena, como ya ocurría en el título original, y el combate se hace realmente divertido gracias a toda la interacción con el entorno. Podremos y deberemos utilizar barriles explosivos, generadores, coches e incluso máquinas expendedoras para provocar explosiones y descargas eléctricas que nos ayuden a acabar con nuestros enemigos; además de movernos para encontrar munición y salud si queremos aguantar las embestidas de las máquinas.
Por otro lado, el sistema de progreso es bastante original y capaz de hacernos querer seguir jugando hasta completar nuestro arsenal de mejoras, cosa que no es fácil. En primer lugar, nos encontramos tan solo con dos armas: un rifle de asalto de munición estándar y un rifle de plasma con munición energética. Gracias a matar enemigos y descubrir secretos, conseguiremos los puntos con los que comprar "modificaciones" que permiten transformar una de nuestras dos armas en algo nuevo, pero siempre con el mismo tipo de munición. Es algo así como un árbol de habilidades con dos ramas separadas, que serían los tipos de munición, y en el que cada habilidad se sustituye por un arma. Además, dentro de cada una de estas armas existen mejoras, así que decidir qué arma o mejora adquirir nunca será fácil. Para complicar más la decisión, además de nuestro arsenal, podemos mejorar las capacidades de nuestro personaje, aumentando su salud, dándole regeneración o mejorando su radar de enemigos, entre otras cosas.
Sin embargo, Hard Reset Redux es un juego de corte clásico para lo bueno y para lo malo. Todo el mapeado con el que cuenta es bastante lineal, aunque existe alguna ramificación por la que acceder a varias zonas secretas, normalmente volando por los aires una pared o haciendo un poco de parkour que no acaba de convencer por el mal control del personaje en saltos, notando cómo nuestro protagonista tiene los pies untados en mantequilla. Las pocas posibilidades que ofrecen los mapas, combinado con un número bastante escaso de enemigos, provoca que a la larga acabemos notando a este título algo repetitivo.
A esta sensación de juego repetitivo también aportan su granito de arena el estilo artístico del juego, que nos sitúa constantemente en lugares tan parecidos entre sí que nos llegará a costar recordar si estamos en un laboratorio, en el metro o en las calles de una ciudad. Además de esto, tampoco ayuda demasiado que más o menos a mitad de la partida se nos otorgue una nueva arma a melee presentándola como algo mucho más fuerte que lo que tenemos, para que su uso sea prácticamente nulo en el resto del juego; es incluso gracioso que en el momento de recibirla llegue una horda del único tipo de enemigos contra el que usar esta nueva arma nos costará la vida sí o sí, mostrándonos que, aunque se nos haga repetitivo, usar las mismas armas siempre es lo eficaz.
Por otro lado, la duración de la campaña, incluyendo la parte de historia que expande el DLC Exile incluido en esta versión Redux, no supera las 7 horas. A pesar de esto, es cierto que la cantidad insana de logros que incluye, la posibilidad de comenzar de nuevo manteniendo tu arsenal para desbloquear todas las mejoras y la puntuación que se otorga al final de cada nivel en función de tu habilidad fomentan la rejugabilidad. Por desgracia, completarlo incluso en los niveles de dificultad más elevados requerirá simplemente tiempo, ya que no son demasiado complicados.
Saliéndonos de la campaña, tenemos otros tres modos de juego, ninguno de ellos online, y que son el Modo Supervivencia (oleadas), Modo Heroico y Modo EX (estos dos últimos se desbloquean al completar el modo campaña por primera vez), pero ninguno de ellos termina de cuajar y acaban resultando simplemente un añadido para intentar, sin demasiado éxito, alargar la vida de este corto juego.
Si hay un aspecto en el que Hard Reset Redux deslumbre, y sobre todo si lo comparamos con la versión de 2011, es en el apartado técnico. Es cierto que algunas texturas lejanas pueden quedarse algo cortas para un juego de hoy en día, pero tanto los modelados como los efectos visuales y sobre todo la iluminación son realmente impresionantes, alcanzando (y en muchos casos superando) la calidad de títulos triple A sin dejar de ser un juego desarrollado por un estudio independiente. Ver la ciudad por la noche bajo la lluvia mientras la colorida publicidad neón de esta época futurista en la que estamos, es todo un placer.
Por su lado, la banda sonora no es nada destacable. Incluye algunos temas que nos meten en el juego y que encajan con la estética cyberpunk; pero con un repertorio no demasiado amplio y unos efectos de sonido algo flojos, el apartado sonoro no es desde luego uno de los puntos fuertes de Hard Reset Redux.
En definitiva, Hard Reset Redux es prácticamente el mismo juego que pudimos jugar allá por 2011, incluyendo mejoras bastante notables en el apartado técnico. Está claro que no es un juego para todo el mundo, y aquellos usuarios que estén acostumbrados a los FPS modernos tal vez echen en falta muchos de los elementos habituales en el género a día de hoy; pero para los que, como yo, hayáis disfrutado de clásicos como Quake, o incluso el nuevo DOOM, este juego ofrece una buena cantidad de diversión disparando mucho y pensando poco.
Es cierto que a la larga se hace repetitivo, que su apartado artístico no va demasiado allá, que cuenta una historia confusa y bastante irrelevante y que el mapeado es tremendamente simple; pero todo esto parece quedar en un segundo plano cuando nos ponemos a disparar, porque Hard Reset Redux reecupera la esencia del género FPS eliminando cualquier complemento que la industria pueda haber añadido a lo largo de los años y quedándose con su frenético núcleo de acción. Si este es vuestro tipo de juego, ni dudéis en hacer la que será, junto a DOOM, una de las compras del año.