Hace justo medio año que llegaba a nuestras manos por primera vez una versión en desarrollo de Moonlighter, un videojuego del estudio independiente Digital Sun, afincado en Valencia. Desde aquel primer contacto con la obra quedábamos totalmente encantados con la misma y, de acuerdo a las declaraciones que nos hacían los responsables de la misma, el futuro para Moonlighter era muy prometedor.
Ahora, después de varios meses y mucho trabajo, Moonlighter se ha estrenado por fin, llevando al mundo la versión final de una obra que combina la gestión con el combate y la exploración de mazmorras generadas de forma semialeatoria. Pero, con las expectativas que pone sobre la mesa el ser uno de los videojuegos más esperados del panorama independiente, ¿logra Moonlighter alcanzar sus metas? Os invitamos a que nos acompañéis en nuestro análisis del videojuego para descubrirlo.
Moonlighter es un videojuego que desde el primer momento destaca por tener unas ideas que, si bien resultan originales, son bastante claras y sencillas. Somos Will, un joven que ha de tomar las riendas de su negocio para poder ganar el dinero necesario para sobrevivir. Sin embargo, este negocio de venta requiere de objetos que vender, los cuales es el propio Will el que debe ir a buscar a las peligrosas mazmorras que nos encontramos en la obra. Digital Sun construye, de esta forma tan ingeniosa e inocente, una obra con dos aspectos bien diferenciados.
Si nos fijamos en cada uno de los dos aspectos que conforman la obra, nos encontramos con propuestas que, si bien están llevadas a cabo con bastante acierto, no resultan demasiado novedosas ni espectaculares por sí solas. Por un lado, la gestión de nuestra tienda requiere de nuestra atención puesto que somos nosotros los que, manualmente, fijamos los precios de los productos. Tendremos que estar atentos ya que la demanda y la oferta de los diferentes productos fluctúan, haciendo que el precio adecuado también lo haga. Precios demasiado bajos harán que no ganemos suficiente dinero, y precios demasiado altos enfadarán a nuestros clientes, incrementando el riesgo de recibir ladrones y perdiendo tratos potenciales.
Por otro lado, la exploración y combate en las mazmorras huele desde el primer minuto a la fórmula más clásica de The Legend of Zelda. Con un set de movimientos bastante limitado, enemigos con diferentes patrones de ataque y conducta y estancias interconectadas, tendremos que dedicarle un buen tiempo al videojuego para aprender a dominar lo que propone. Sin embargo, Digital Sun deja claro en el inicio de Moonlighter que la habilidad no es suficiente. Si queremos triunfar y derrotar a los enemigos más poderosos necesitamos mejorar nuestro equipamiento, para lo cual requerimos dinero. Y así es como la exploración y la gestión se conectan y conforman un ciclo que nos tendrá enganchados a la pantalla durante un buen puñado de horas.
Con todo lo explicado hasta el momento tenemos un videojuego que tiene dos aspectos claramente diferenciados, los cuales funcionan bien de forma independiente y resultan divertidos. Sin embargo, sería muy injusto quedarse aquí, y es que cuando observamos a Moonlighter como un conjunto, nos damos cuenta que el producto final es mucho más que la suma de sus partes.
Esto se deja ver de forma muy clara en el sistema de progresión de nuestro personaje. Para avanzar en la obra necesitamos tener mejor equipamiento, con el que llegar más lejos en las mazmorras y obtener recompensas que nos permitan amasar más dinero en nuestro negocio. La progresión no se restringe a uno de estos apartados, sino que es uno de los elementos que precisamente difumina la línea entre las aventuras y la gestión. En todo momento estaremos pensando en la tienda, en el jefe final que no hemos derrotado y en cómo encontrar ese objeto que nos ha pedido cierto cliente.
Otro de los puntos en los que los géneros de aventuras y gestión se entremezclan es en la toma de decisiones. Moonlighter incluye múltiples decisiones, y no solo a nivel de gestión de la tienda, sino también dentro de las mazmorras. La forma más obvia de gestión es la de fijar el precio de productos y llevar la gerencia de nuestra tienda. Pero la profundidad de la obra lleva estas decisiones estratégicas más allá. Nuestro limitado inventario estará siempre lleno y, a poco que comencemos a avanzar en la obra, nos obligará a ser selectivos con los objetos que recogemos en las mazmorras para llevar a nuestra tienda posteriormente. Todo ello, sumado a algunos objetos especiales con efectos sobre el resto de nuestro inventario, hace que incluso gestionar el espacio y lo que queremos llevarnos sea divertido.
De esta forma, Digital Sun ha conseguido crear un videojuego con dos apartados muy diferentes pero que, lejos de ofrecer dos obras desconectadas, logra fusionar a la perfección estos dos géneros, radicalmente opuestos, para ofrecer un producto redondo, sin aristas. Y lo mejor de todo ello es que Moonlighter consigue resultar divertido, fresco y novedoso en todo momento, a la par que ofrece elementos jugables que ya nos son familiares. En conjunto, la jugabilidad de este videojuego es algo creado con mucha cabeza, una suma de buenas decisiones de diseño que dan un resultado a la altura de las expectativas.
Prácticamente el único pero que le podemos poner a Moonlighter es que el sistema de progresión, si bien está perfectamente construido, puede llegar a resultar un poco frustrante en algún punto ya que como os comentábamos, más que la habilidad (que llegado cierto punto también es necesaria), se premia el tener buen equipamiento, haciendo que intentar matar a un jefe sin la espada adecuada pueda tornarnse en una pelea que dura largos minutos. De esta manera, en cierta forma se nos obliga a recoger lo necesario para tener el equipamiento adecuado, y en ocasiones eso pasa por pasar horas buscando un simple objeto. Por otra parte, en un juego con tantos toques roguelike podríamos esperar algo más de rejugabilidad. Si bien es cierto que el juego es lo que es y no podemos considerar un fallo que no haya apostado por la rejugabilidad, debemos remarcar que pese a su carácter aleatorio, una vez vemos los créditos no queda prácticamente nada más por hacer.
Desde el primer momento, Moonlighter ofrece un apartado artístico sublime que, gracias al trabajado y detallado pixel-art y a una paleta de colores bien seleccionada y con buenos contrastes, logra entrar por los ojos de cualquier jugador. Además, ese ambiente tan Zelda que se respira, tanto en ciertos elementos jugables como artísticos, aporta un pequeño granito de nostalgia que redondea una experiencia sobresaliente.
En cuanto al apartado sonoro nos encontramos con un trabajo excepcional. No solo por la banda sonora, que es buena y consigue su objetivo dotando de un determinado tono a cada situación, sino por algunos detalles como el feedback auditivo que se ofrece tras diferentes acciones. Un detalle aparentemente tan simple como este es algo que, a la hora de jugar, se nota y mucho. Cada acción nos devuelve un sonido, haciendo que sea inmediato distinguir si hemos impactado con nuestra espada o hemos golpeado al aire sin siquiera mirar la pantalla.
Cabe destacar que en la versión que hemos jugado, la de PC, los bugs con los que nos hemos topado son bastante escasos y la mayoría de ellos sin demasiada importancia para el progreso del videojuego. Sin embargo, es importante remarcar que hay un detalle molesto en los textos, y es una traducción no demasiado buena al castellano. No es que sea vital, ya que la mayoría de interacciones y detalles narrativos están más para acompañar que para ser el centro de atención, pero es un punto que consideramos importante comentar.
En cuanto a la duración nos encontramos con una obra que no es para nada corta, teniendo en cuenta su carácter independiente. El círculo vicioso de combatir para obtener objetos con los que obtener dinero y seguir combatiendo nos tendrá atrapados durante un buen puñado de horas. Dicho esto, hay que remarcar que pese al carácter roguelike no nos encontramos una obra rejugable. No os esperéis un The Binding of Isaac, sino una experiencia con un comienzo y un fin bastante marcados; y que no es peor por ello, simplemente diferente.
Moonlighter es una se las obras más esperadas del panorama independiente, no solo nacional, sino internacional; y Digital Sun Games ha sobrepasado todas nuestras expectativas. Con unas premisas jugables relativamente simples, un par de ideas ingeniosas y muy buenas decisiones de diseño, Moonlighter consigue presentarse como una obra fresca, novedosa y capaz de resultar divertida en todo momento.
Más allá de un análisis de cada uno de sus aspectos, Moonlighter consigue resultar algo mucho mejor que la suma de sus partes. Pese a pequeños detalles técnicos y una narrativa más sosa de lo que nos gustaría, Digital Sun ha puesto sobre la mesa un producto pulido, cuidado y que rebosa calidad. Lejos de decepcionar, Moonlighter supera todas las expectativas y se sitúa como uno de los mejores juegos independientes de todo el año. No nos queda otra opción que aplaudir el trabajo de Digital Sun y recomendar esta pequeña joya a todo el mundo.