''¿Habéis leído alguna vez a Lovecraft? ¿Os gusta pasar miedo y no le habéis dado una vueltecita a su obra? ¿Por qué?'' Estas tres preguntas se conforman como el tridente infalible que tengo a la hora de ser muy pesado en cada conversación en la que se me presenta la oportunidad de hablar del género de terror. El proceso siempre es el mismo: surge el tema en un diálogo, me yergo de repente como alguien poseído por las místicas fuerzas de la turra y le como la oreja al que tengo al lado hasta que me mira con una cara de ''suéltame del brazo por favor, me estás haciendo daño''.
En realidad estoy exagerando esto último, porque soy una persona bastante tímida en según qué situaciones. Pero sí que me sirve para poder reflejar cuánto entusiasmo siento por la literatura de uno de los padres del género del terror cósmico; de cómo existen fuerzas oscuras cuya incomprensibilidad es, precisamente, lo que lleva al cerebro a sentir pánico.
The Callisto Protocol es, en este sentido, un ejercicio espectacular de mostrar cómo el infierno no tiene por qué estar bajo tierra, sino en lo más profundo del cosmos. Allí donde nadie puede oír tus gritos, salvo los horrores que se ocultan tras las estrellas, es donde han viajado sus creadores; justo a las coordenadas exactas en las que se puede entender a la perfección por qué a veces es incluso sano tenerle miedo a lo desconocido.
Si no está roto, no lo arregles
Remakes, refritos, remasterizaciones, revisitas: la industria se ha dejado llevar por una tsunami inconmensurable de retro nostalgia. El mercado de los videojuegos echa la mirada cada vez más que nunca a aquello que funcionó años atrás para evitar afrontar el fantasma al que muchas multinacionales temen: el riesgo.
Pero, ¿Qué hay de los sucesores espirituales? ¿Tienen derecho a ser tratados con más manga ancha que los primeros que he mencionado por aquellos que estamos hartos por la escasa intención de innovar? La respuesta corta es sí. La respuesta larga es sí, siempre y cuando se haga como lo hace The Callisto Protocol: desde la convicción de continuar con una idea que fue tirada por tierra y menospreciada años atrás. Desde la idea de que The Callisto Protocol debía ser el Dead Space 4 que todos merecíamos.
¿Por qué comparo tanto The Callisto Protocol con Dead Space?
The Callisto Protocol y Dead Space son dos franquicias encabezadas por la misma persona: Glen Schofield ✅
Se nota a kilómetros que este es el juego que hubieran hecho en Visceral Games y Electronic Arts no hubiera cerrado el estudio ❗
En este sentido, The Callisto Protocol toma muchas mecánicas de la franquicia de EA:
No hay interfaz como tal: el medidor de la salud, la munición y la energía quedan integrados en el propio juego ✅
El diseño de niveles es pasillero; aunque cuenta con algún que otro desvío bastante necesario para encontrar recursos con los que afrontar los combates ✅
Cada criatura es más horrenda que la anterior: muchas de ellas nos obligarán a seguir estrategias específicas ✅
Ambas franquicias ofrecen experiencias exigentes: la munición es limitada, los monstruos son mucho más fuertes que el protagonista y, por tanto, tu mejor arma es el ingenio ✅
El cosmos, esa maravilla (asquerosamente) bella
En las impresiones iniciales que os traje del juego os contaba con detalle lo que el estudio satélite de Krafton situado en España ha hecho para que The Callisto Protocol se vea como se ve. Pero, más que centrarme en eso, quiero hacerlo en la sensación que te deja el juego cuando llevas las horas suficientes como para que el cómo se ven las luces o cómo de realista es la sangre se diluya en tu cerebro hasta convertirse en un concepto en el que no te fijas más.
Pero es que creo que eso habla especialmente bien de un juego. Es como la diferencia que hay entre un buen doblaje y un mal doblaje: el primero no ha de notarse y el segundo hace que los dientes te chirríen hasta hacerte daño en las encías. Y, ¿Sabéis qué? The Callisto Protocol ha conseguido que alabe su apartado técnico al echar la vista atrás, incluso cuando soy una persona que no suele darle nada de importancia.
Ahí estaba yo: jugando a The Callisto Protocol en la nueva televisión 4k que mi compi de piso se ha comprado hace un par de semanas y hablando del juego como quien se ha hecho con un nuevo Ferrari y quiere presumir de él: ''joder cómo se ve esto'', ''¿Té has fijado en cómo se ha esparcido aquí la sangre?'', ''Bof'' son varias de las expresiones que no dejaban de salir de mi boca sin darme cuenta siquiera. Llegando a un punto incluso en el que comencé a sentir cierta vergüenza ajena de mi mismo imaginándome desde los ojos de otra persona: lanzando gruñidos y ruiditos de asombro cada dos por tres y revolcándome en el placer culpable de ser un hipócrita al pensar: no me importan los gráficos, pero...
Te gustará The Callisto Protocol si...
Te flipa el género de los Survival Horror ✅
Te mola sumergirte en una obra de terror espacial ✅
Te gusta pasar miedo mientras juegas ✅
No quieres que te lo pongan fácil y el juego sea un reto en según qué circunstancias ✅
Es esencial, por otro lado, que The Callisto Protocol se vea increíble para que el juego pueda agarrarte de la pechera e introducirte violentamente en la fantasía de terror que plantea. Sé que existen muchos otros juegos que hacen una ejercicio increíble de inmersión independientemente de cuál es su calidad técnica, pero también creo que esto es especialmente importante en el género de los Survival Horror que hacen uso del gore como uno de los pilares sobre los que se yergue su tono.
La estación espacial de The Callisto Protocol es el lugar donde habitaría el asco si fuese una entidad palpable; el pisito con vistas a la playa del gore. Pero cuando digo que el juego es asqueroso no solo me estoy refiriendo a que nos pone delante de zombies cuyas tripas se balancean delante de nosotros como colgajos de coágulos y tendones flácidos, sino que el diseño de niveles también lo es... aunque digo esto convencido de que es algo bueno.
Habitaciones repletas de cacharros tirados por el suelo que solo están iluminadas por las chispas que saltan de los cables pelados que cuelgan del techo, paredes saturadas de óxido y salientes que pueden pasarte el tétanos con solo mirarte; lugares, en definitiva, en los que no quieres estar del asco que dan... pero estás igualmente ahí porque de eso va el juego. De hacerte sentir incómodo y de zarandearte para que tus niveles de ansiedad se eleven hasta el punto justo en el que empiezan a ser disfrutables.
No te gustará The Callisto Protocol sí...
Odias pasar miedo con un videojuego ❌
Prefieres juegos grandes repletos de cosas para hacer en un mundo abierto ❌
Te da bastante asco el gore ❌
Conclusión: Tiembla, remake de Dead Space
Antes de ponerme a escribir este análisis estuve conteniéndome las ganas de comparar el juego con Dead Space hasta que me estallaron varios vasos sanguíneos del ojo izquierdo. Pero fue entonces cuando tomé la decisión de ser lo más sincero que pudiera con respecto a esta cuestión, porque creo que The Callisto Protocol también lo es en este sentido.
Es un juego que no oculta ni una sola de las referencias de las que bebe, lo cual hace que, en lugar de un sucesor espiritual, The Callisto Protocol sea la declaración convencida de que aquella saga que EA canceló hace unos años nunca debió morir. El potencial de la fórmula comandada por Glen Schofield que ahora se ha traspasado a Krafton es tan infinito como los límites del cosmos.
Por muy paradójico que suene, estamos ante una de esas obras que tratan de dar miedo, pero que reflejan amor en cada uno de los estímulos que generan para que sean percibidos por nuestros sentidos. The Callisto Protocol es amar al miedo.
The Callisto Protocol es un juego que ama al miedo desde la tradición; desde seguir a rajatabla la expresión: ''si algo no está roto, no lo arregles''. El futuro del género de terror espacial está más que asegurado con el primer paso contundente de una obra que no se esconde a la hora de mirar hacia el pasado; de un juego que es plenamente sincero con respecto a mostrar abiertamente de las fuentes en las que se inspira. Algo horrible se esconde en lo más profundo del cosmos, pero con juegos así da gusto ponerse cara a cara con sus más oscuros horrores.
Apartado técnico
Jugabilidad
Atmósfera
Trama
La ambientación del juego es brutal
El diseño de niveles es fantástico: directo al grano, pero con alguna zona secundaria a explorar
Tiene un equilibrio perfecto entre acción y terror
Su duración está bien medida: ni demasiado largo, ni demasiado corto
El combate contra según qué enemigos puede hacerse algo repetitivo
No he pasado tanto miedo con él como me hubiera gustado
Crecí rodeado de naturaleza y campos de trigo, pero con la cabeza llena de historias sobre dragones y planetas lejanos. Después me hice psicólogo para poder fascinarme con las historias de los demás.
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