Hace 5 años, salía a la venta The Elder Scrolls V: Skyrim para PC, Xbox 360 y PlayStation 3. Ahora, media década después, Bethesda ha querido recuperar su vieja gloria en la denominada Special Edition, una versión remasterizada del juego original que cautivó a millones de personas.
Esta nueva edición, publicada en PC y las nuevas consolas, Xbox One y PlayStation 4, promete el juego que ya vimos con mejoras gráficas propias de la actualidad. ¿Lo habrá conseguido? ¿Son esas mejoras notorias?
Antes de empezar con el análisis de la Special Edition, sería útil hacer un pequeño resumen de qué es Skyrim y cómo evolucionó. The Elder Scrolls V: Skyrim es un videojuego de rol de acción, cuyos elementos clave son el mundo abierto, la exploración, la aventura y el combate. El sistema de progreso del personaje, que nos permite escoger qué habilidades mejorar cuando subimos de nivel, nos permiten especializar a nuestro personaje en uno o varios tipos de modos de juego (combate más directo con armas cuerpo a cuerpo, con arcos y flechas, con magia, sigilo…).
Sin adentrarnos mucho en la historia, ésta gira en torno al personaje, denominado Sangre de Dragón, una cualidad que muy pocas personas han obtenido a lo largo de la historia e el universo propio del juego, ambientado en una época medieval no real, con elementos mágicos y fantásticos. Entre otras posibilidades, los Sangre de Dragón pueden utilizar el lenguaje de los dragones, lo cual les ofrece poderes especiales y únicos. Además, una guerra civil entre los denominados Capas de la Tormenta (o rebeldes) y los Imperiales transcurre de fondo. Todo esto, junto a muchas más pequeñas historias de fondo (además de las tres expansiones disponibles para el juego, incluídas en la Special Edition), dan mucho juego y muchas horas de diversión y aventuras.
La situación de Skyrim tras su lanzamiento fue la siguiente: un juego que, pese a todas estas ventajas, tiene ciertas carencias en el aspecto estético (gráficos, ambiente, efectos y animaciones pobres), algo que se suma a muchos fallos presentes durante el juego, sumados a problemas con las partidas. En PC, muchos de estos problemas se han podido arreglar gracias a los mods: Skyrim es un juego bastante abierto que tiene mucho contenido personalizado de muchos tipos. Además de mods que solucionan problemas, o el amplio surtido de mods que mejoran el tema gráfico del juego, también hay muchas creaciones que añaden nuevo contenido (armas, armaduras, misiones…), alteran cosas del juego (como el sistema de combate), aumento del realismo y la inmersión… En cambio, nada de esto fue posible en las versiones de X360 y PS3, por lo que en consolas, Skyrim se quedó un tanto “estancado” en este aspecto, mientras en PC fue posible dotarlo de más contenido, mejoras y un aspecto gráfico muy distinto, aunque casi todo ello con contenido no oficial.
Primero, hay que hablar del modo de distribución de la Special Edition. En PC, esta edición se le regaló mediante Steam a quienes tuviesen en su librería de juegos el Skyrim original con todos sus DLCs (adquiridos tanto por separado como en la denominada Edición Legendaria). No “actualiza” al juego original, siendo un juego nuevo en Steam, con sus partidas guardadas y sus logros, independiente del Skyrim normal.
Desde el aspecto visual y gráfico, la principal novedad aquí es la mejora gráfica, que en comparación con el juego original, es notable, con unas texturas de mejor calidad y resolución y una apariencia más viva.
Desde el punto de vista técnico, el juego trae más cambios. El motor cambia, basándose en el de Fallout 4, y mientras que el juego original funcionaba en 32 bits, la Special Edition lo hace en 64 bits. Esto es especialmente interesante para el mundo de los mods, ya que nos evitamos la limitación de memoria de 32 bits (4 GB teóricos, 3,1 GB en la práctica en el juego), lo cual puede ser atractivo para los mods que más recursos necesitan, evitando problemas como que el juego se cierre repentinamente por superar las limitaciones de memoria. Sin embargo, dados todos estos cambios, muchos mods del Skyrim original no funcionan en esta nueva edición (de hecho, se recomienda encarecidamente no cargar partidas del Skyrim original donde se utilizasen mods). Mientras que algunos mods ya han sido adaptados por sus autores a la Special Edition, muchos otros lo tienen pendiente (si es que lo van a hacer). Además, las dos grandes dependencias de mods para Skyrim, SKSE y SkyUI, deben ser portadas a la Special Edition (de SKSE supimos que su equipo está trabajando en ello), y mientras no lo hagan, todos aquellos mods que dependen de estas dependencias no van a poder funcionar en la nueva edición de Skyrim.
Skyrim Special Edition, además, tiene un cambio notorio en cuanto a la gestión e instalación de mods. En el juego original, esta gestión se realizaba mediante Steam Workshop o gestores externos como el Nexus Mod Manager (también podíamos hacerlo sin gestores, descargando los archivos a mano). En Special Edition, se hace principalmente mediante el propio repositorio de mods de Bethesda, al cual se puede acceder desde el propio juego, sin salir de él. Por supuesto, la gran novedad en este tema es que este repositorio también está disponible para las versiones de consola.
Los menús para instalar los mods son bastante intuitivos y simples, y que sea una función integrada dentro del juego ayuda bastante (y, aunque el gestor de plugins externos ya no existe, sigue siendo posible añadir mods que vengan de otros sitios, como el portal Nexusmods, aunque hay que instalarlos a mano o mediante algún gestor externo). Una pequeña pega es que en ocasiones la navegación por estos menús con el teclado no funciona correctamente. Otra pequeña mejora es que las partidas guardadas se clasifican por personajes, de forma que si jugamos con varios personajes, esto nos facilita bastante las cosas.
Lo malo de los mods es que usarlos en una partida deshabilita el desbloqueo de logros. Aunque en PC existen parches para saltarse esta absurda restricción, ¿qué sentido tiene esto? Podríamos pensar que se debe a que hay mods que pueden hacer el juego más fácil... pero hasta el propio juego tiene un modo de dificultad bastante sencillo. Y la mayor parte de mods que hay en catálogo no hacen el juego más fácil: suelen añadir nuevos elementos (armas, vestimentas, cambios genéricos...) o incluso hacen el juego más realista o incluso difícil, modificando cosas como el sistema de combate. Es similar a los trucos dentro del juego de Assassin's Creed Black Flag y Rogue: sólo uno o dos en cada juego lo hacían más fácil, mientras los otros o eran neutros o hacían el juego más difícil (por ejemplo, deshabilitando la regeneración de salud). Sin embargo, de cualquier modo, activar cualquiera de ellos bloqueaba el guardado y los logros, y algo similar ocurre en Skyrim Special Edition.
Siendo la mejora gráfica el principal aliciente del juego, deberíamos analizar esto como uno de los factores principales para poder decir si Skyrim Special Edition merece la pena, en comparación con el juego base. Además, hay que tener en cuenta que la Special Edition es gratuita para quienes en PC hubiesen adquirido la Legendary Edition (el juego base con las tres expansiones disponibles), y esta nueva edición de Skyrim se publica como juego independiente, apartado del juego principal.
Hemos hecho una comparación entre la Special Edition sin ningún tipo de mod gráfico, y la edición normal con varios mods gráficos (ENB y texturas de mejor resolución), que podéis apreciar en las siguientes capturas:
Las capturas se han realizado en los mismos sitios, con las mismas opciones gráficas (todo en Ultra y al máximo, y una resolución de 1920x1536) y el mismo equipo (con una gráfica GTX 970 de 4GB, 8GB de RAM y un procesador AMD Phenom ii x6). Más o menos ambos juegos se ven similares, teniendo en cuenta la cierta mejoría propia del ENB. Podríamos decir que Skyrim Special Edition, gráficamente, tiene unos resultados similares al juego original con un par de mods gráficos, aunque con los mods adecuados el juego original puede llegar a verse mejor. Sin embargo, es obvio que la Special Edition tiene estas mejoras de forma nativa, y además, es posible que con otros mods gráficos añadidos a la nueva edición del juego se logren resultados aún mejores.
Pero hay que tener en cuenta otra cosa: el rendimiento. La Special Edition tiene un rendimiento, en general, mejor que la versión original. En las capturas se puede apreciar que esta nueva edición tiene una tasa de FPS mejor (aunque debemos tener en cuenta que el juego original ejecuta varios mods gráficos y de otros tipos). La estabilidad también ha mejorado (en parte gracias al cambio de motor y la ejecución en 64 bits), además de que los tiempos de carga son menores.
Hay, además, algunas novedades en la vegetación: muchas zonas tienen nueva flora y más hierba, si bien la calidad podría ser mejor. Pero desde el punto de vista técnico, además del mencionado uso de 64 bits en esta edición, el rendimiento es mejor que en el juego original. Los tiempos de carga son menores, el juego es algo más ligero y goza de una mejor estabilidad.
No obstante, cabría esperar algo más. El tema gráfico podría haber sido mejor, y se podría haber añadido algún extra, como por ejemplo, algo similar al modo supervivencia de Fallout 4, o haberse mejorado algunos aspectos del juego original, como las animaciones de movimiento o combate del personaje. También se reporta que siguen estando presentes en el juego los mismos bugs que en el juego original, y hay otros fallos y carencias que podrían haberse solventado (por ejemplo, el no poder cambiar el idioma del juego y los subtítulos por separado, o problemas sonoros como los silencios repentinos al mover un poco la cámara, como si nuestro personaje tuviese las orejas en la frente).
¿Merece la pena en PC? Teniendo en cuenta que la Legendary Edition (Skyrim original con todos sus DLCs) ya no existe, la Special Edition es su sustituta. Aunque se pueden comprar igualmente el juego original con sus DLCs por separado, actualmente es más caro que adquirir la Special Edition, que incluye todos los DLCs. Por tanto, podríamos decir que en PC el juego merece la pena, sobre todo si lo vemos más de cara al futuro y a utilizar mods que aprovechen las novedades técnicas de esta nueva versión, aunque estamos adelantando acontecimientos.
Es el momento de hablar de la versión de consolas, en este caso sobre la de PlayStation 4, puesto que el juego original presentaba algunos defectos técnicos y gráficos que había que solucionar en esta remasterización. Y hay que aceptar que se ha logrado una mejora sustancial en cuanto al apartado de rendimiento: mientras que en PlayStation 3 el videojuego original tenía algunas caídas de frames bastante notorias, carga de texturas lentas o fallos sonoros preocupantes, estos errores han desaparecido casi en su totalidad en la versión de PlayStation 4.
No hemos notado en bastantes horas de juego ninguna caída de frames, y si ha existido, nunca ha empañado la experiencia. Tampoco hemos observado ninguna carga lenta de texturas (ni en interiores ni en el mundo abierto) aunque es cierto que no se ha trabajado tanto en este aspecto como para que termine siendo una remasterización sobresaliente: apreciamos una subida de la resolución pero, misteriosamente, se pierde algo de definición en algunos parajes (algo que se subsana en parte eligiendo la profundidad de campo al mínimo).
En cuanto al apartado sonoro, siguen existiendo algunas voces desincronizadas, otras que no se escuchan claramente pese a estar cerca de la fuente sonora… Pero el número de errores sonoros ha disminuido claramente respecto a la antigua generación. En cuanto al apartado gráfico en general, el juego luce bastante parecido a cómo lucía en PC en sus inicios con un equipo capaz de correr Skyrim al máximo nivel, pero se beneficia de algunos cambios de iluminación que destacan bastante sobre el acabado general. Además, no estamos ante un juego que haya envejecido mal porque ya en PlayStation 3 logró destacar técnicamente (pese a los errores mencionados), pero tampoco estamos ante un trabajo de diez en esta parcela.
Para comparar, la remasterización está muy cerca de lo que se hizo con la segunda entrega de Dark Souls a principios de generación, por lo que es un trabajo correcto sin más.
Skyrim Special Edition debería tratarse como una actualización, una revisión del juego original, con unos cuantos añadidos y mejoras gráficas y técnicas (así como el soporte a mods en consola, aunque con sus limitaciones) que, si bien hacen el juego mejor, no justifican por completo el coste en consolas como si fuese un juego nuevo (la típica media de 60€ en su lanzamiento).
Creemos que, en el apartado gráfico, el juego podría haber dado algo más de sí, y debería tener algún añadido más. Solución a algunos bugs ya presentes en el lanzamiento original, mejora en las animaciones, mayor realismo en ciertos aspectos, algún modo o contenido especial novedoso... son algunos de los elementos que podrían haber diferenciado más a esta nueva Special Edition del juego original, y justificar más el coste del juego en consolas.
En el lado de PC, tenemos el plus de que se regalase la Special Edition a quienes tenían en su poder el juego base con todas las expansiones en Steam, lo cual gira un poco la balanza. Por otra parte, el coste de la Special Edition en PC es algo inferior que en consolas, pero se acerca algo más al coste previo de la Legendary Edition, incluyendo los mismos contenidos que la Special Edition con el juego original. Pero las mejoras técnicas presentes en la versión de PC, junto al mayor mejor rendimiento y estabilidad (algo también apreciable en PS4), abren las puertas a nuevas posibilidades. Con un motor más potente y ejecutándose en 64 bits, es posible que en un futuro (esperemos que no muy lejano) empecemos a ver mods más complejos que lo que hasta el momento vimos, con mejor rendimiento y estabilidad. Podría ser el resurgir de este emblemático título de Bethesda.