Teslagrad es uno de los causantes de que los videojuegos indies se comiencen a ver con otros ojos. Sencillo en su diseño y desarrollo, complejo en su estructura, el videojuego de Rain Games se hizo un hueco en el corazón de los jugadores gracias a su mezcla de plataformas y puzles, a su increíble apartado artístico, y a su cuidada dificultad que, sin ser agobiante, si resultaba desafiante. Pero la joven desarrolladora aún tenía más que decir, y tras esa aventura de cinco o seis horas, vuelven con un cambio de registro que, sin llegar a sorprender, mantiene elementos en común con Teslagrad y en parte, resulta más atractivo para algunos jugadores.
World to the West cambia el desplazamiento lateral de Teslagrad por un entorno que nos recuerda a los The Legend of Zelda más tradicionales, con un extenso mapa abierto pero que nos impide avanzar si no tenemos determinadas habilidades de unos u otros personajes. Un avance que a menudo se hace desde una perspectiva casi cenital y que nos cuenta la historia de cuatro héroes con un mismo destino.
Rain Games demuestra que Teslagrad no fue suerte de un día, y con World to the West logran crear una aventura de exploración y puzles muy interesante en la que controlaremos a cuatro héroes, cada uno con sus propias habilidades. La estructura del mundo que se nos presenta en el juego, como hemos dicho, puede recordarnos mucho a The Legend of Zelda, puesto que a pesar de que es accesible e interconectado desde el principio, necesitaremos sacar partido de cada habilidad de los cuatro personajes. Por lo tanto, el mundo es un pequeño rompecabezas a resolver.
¿Cuáles son estos personajes? Teri, que puede controlar a cualquier especie que nos encontremos y usar su gran bufanda para acceder a zonas inaccesibles; Knaus, que excava en el terreno; Lumina, que tiene el poder de teletransportarse de una zona a otra; y Clonington, el más fuerte y que utiliza su habilidad para romper cosas que de otra manera sería imposible. Lo importante es que habrá zonas en las que habrá que combinar el uso de unos y otros para poder sortearlas, convirtiendo la experiencia de juego en algo divertido.
En cuanto al mapa y diseño de las mazmorras, hay que decir que sin ser algo espectacular, cumplen. Beben mucho de, como hemos dicho en varias ocasiones, The Legend of Zelda, y a veces pueden ser caminos bastante complejos de seguir si no nos sabemos ubicar, pero lo cierto es que propone un reto que el resto del juego no hace. Sí, uno de los mayores problemas de World to the West es que es un juego fácil, todo lo contrario al caso de Teslagrad, que era un juego complicado pero adictivo. Que sea fácil, podría no ser un aspecto negativo, pero cuando hablamos de que el único punto más engorroso es el que vamos a comentar a continuación, sí se hace patente que hay un error de diseño.
Otro problema que se ha observado es que, hasta que no se llega al punto de guardado, no se permite cambiar el personaje. Esto provoca que en algunos lugares vayamos a la zona en cuestión con uno de los héroes, utilicemos su técnica, y tengamos que volver al lugar donde se encuentra el punto de guardado para cambiar de personaje. Es una tarea bastante ardua y aburrida, que con el tiempo te hace perder horas en un juego que no nos ha parecido muy largo. 10 horas nos ha llevado completarlo, de las que el 20% como mínimo se nos puede ir haciendo esa tarea.
La historia, en cambio, salvo algunos guiños a Teslagrad, tampoco nos ha parecido estupenda. Cumple su cometido y casa perfectamente con el tono desenfadado de World to the West, pero pese a la estupenda traducción al español, no se aprovecha en ningún momento su potencial. Tampoco es un desastre, puesto que en un videojuego de este género y estilo no pedimos mucho más, pero el universo presentado en esta apuesta podría haber sido mucho mejor aprovechado. Eso sí, en más de un momento os hará reír, algo que un videojuego debería hacer siempre que pueda si el género, la ambientación y los personajes lo necesitan.
Si obtenéis la edición física, es muy probable que os venga incluido un CD con la banda sonora del videojuego. Aunque a veces se nos haga pesada, es bastante variada, y se nota el buen trabajo que ha hecho el compositor para ambientar adecuadamente el videojuego sonoramente.
El apartado gráfico, aunque técnicamente no sorprende para nada por su modesto motor gráfico, si apabulla en su apartado artístico. Si Teslagrad también sorprendía por ese aspecto, en World to the West aplaudimos el colorido que vemos en todo momento en los escenarios que visitamos, incluido el mapa del mundo (todo un alarde de originalidad). En cambio, hay algunos problemas de borrosidad que con la simpleza del motor gráfico no deberían haber existido.
Por lo tanto, a modo de conclusión, estamos ante un título que pone sobre la mesa un estilo gráfico adorable, una jugabilidad interesante, y una propuesta divertida basada en el uso de las habilidades de cuatro héroes bastante diferentes. El apartado sonoro cumple su función con nota, y su traducción al español es muy correcta. En cambio, el cambio entre los personajes es aburrido: se necesita ir hasta un punto de guardado y regresar al lugar cerrado porque solo uno de los personajes dispone de la habilidad correcta.
Es por ello que World to the West requiere que el jugador tenga paciencia: lo que podría haber sido solucionado con un cambio instantáneo, se ha complicado en demasía. La exploración, en cambio, es muy buena, y el toque de The Legend of Zelda tanto en desarrollo como en mazmorras gusta mucho. Rain Games tenía la posibilidad de hacer un indie de compra instantánea, y le ha salido un proyecto interesante empañado por una decisión de diseño difícil de comprender.