Los Zombies nunca se han ido de los videojuegos. Son, desde los inicios de la época de los 32 bits, una constante en el género del terror, y hasta del shooter o hack and slash. Estos seres tan asquerosillos que nos han acompañado durante décadas, han contado con una de las sagas más emblemáticas de los videojuegos dedicada a ellos en cuerpo y alma, y a una compañía detrás que ha buscado en todo momento reinventarse a sí misma, sorprender y no caer en el olvido, y podríamos decir que, con sus altibajos, lo ha conseguido con nota. Hablamos, cómo no, de Capcom y su legendaria saga Resident Evil.
2019 ha sido un gran año para la licencia, algo que viene a extenderse desde que Resident Evil 7 nos dejó un gran sabor de boca en el paladar. Con el gran éxito que ha supuesto el remake de Resident Evil 2 a principios de año, la marca no podría estar en un mejor momento de forma. Capcom vuelve a contar con el favor del público y toda su atención gracias a dos fórmulas, que han huido de recordar mínimamente a la etapa más oscura de la franquicia (en términos de repercusión), y nos han dado dos sendas muy claras y extrapoladas entre sí,que podrían marcar una gran diferencia de cara al futuro de la licencia y a su hipotética octava entrega que podría estar ya en desarrollo. ¿Qué hará Capcom? ¿Seguirá apostando por la senda de terror de la última entrega o volverá a las raíces que tan bien han sabido adaptar en el último remake?
Bien es cierto que, a pesar de haberse considerado revolucionario, Resident Evil 7 llegó justo cuando la demo de Kojima y Guillermo del Toro, P.T, había sentado, casi sin darse cuenta, las bases de una nueva generación de títulos de terror con una clara inclinación hacia el jumpscare, pero ofreciendo todo el poder de sugestión a la atmósfera y el desconcierto. A pesar de aprovechar el vacío que había dejado la cancelación del proyecto que podría haber sido Silent Hills, el cambio radical que supuso Resident Evil 7 respecto a las entregas principales anteriores, muy encauzadas hacia la acción más palomitera y el tiroteo rápido, fue recibido por todo lo alto. Fueron muchos los cambios que se implementaron en lo que consideramos la 'esencia' de la saga, pero también recuperaba esa pausa en su jugabilidad, el miedo a girar en una esquina, buscar llaves, munición, puertas cerradas y caminos secretos, lo que sin duda era necesario a estas alturas, y Capcom lo resolvió brindándonos una buena entrega de Resident Evil y un mejor título de terror.
La historia de la familia Baker ha dado mucho juego, creando una atmósfera de terror absoluta ante cada una de las figuras que la componen. Este nuevo terror dentro de la entrega, nos presentó una nueva forma de entender el peligro, pues damos un giro al encontrarnos con enemigos recurrentes, que nos perseguirán de forma angustiosa, cambiando en según qué sección del juego nos encontremos. Esto recuerda a la figura insistente del Nemesis de Resident Evil 3 (aunque en este caso estuviera todo más mecanizado y encorsetado), pero la mecánica de dar esquinazo a la familia Baker de forma constante, ha resultado ser uno de los elementos más característicos y frescos de esta entrega. Aún así, al ponerte a los mandos de esta aventura, que además ofreció una muy inmersiva y potente compatibilidad con la realidad virtual, algo no encajaba, pero no necesariamente para mal.
La cámara en primera persona dejaba claro desde un principio que estabamos ante algo distinto. Simplemente, costaba hacerse a la idea de que eso que veías era Resident Evil, con muchas mecánicas nuevas que funcionan, sí, pero con la ausencia total de las caras que llevábamos viendo desde el origen de la saga, no había un contexto, un legado al que aferrarnos después de tantas entregas. Es evidente que fue concebido como un reinicio, y podríamos habernos conformado, pero quizás incluso Capcom se dio cuenta de que no podían borrar de un plumazo a Chris, Jill y compañía a pesar de que la vieja fórmula estuviera ya demasiado anticuada. El primer cambio lo recibimos a modo de DLC, dónde todo parecía cobrar algo de sentido al introducir una figura del pasado, dejando abierta la puerta a un nuevo universo que podría dar paso a elementos clásicos, pero hace que una vez más, el futuro de la saga vuelva a ser una incógnita.
Como decimos, cuando teníamos ante nosotros los nuevos ingredientes de la saga, para bien o para mal, ese rumor que llevaba años creciendo y creciendo se hizo realidad, y Capcom se puso manos a la obra con el remake de la segunda entrega de la saga, una alucinante vuelta que más allá de ser un simple lavado de cara, apostaba por traer de vuelta por completo la esencia de la saga, pero con un nivel de respeto hacia su esencia que le ha valido para considerarse uno de los mejores títulos del año y, por supuesto, volver a colocar al terror de la vieja escuela en primera línea. La tercera persona, la linealidad de su recorrido y los cientos de secretos, puzles y acertijos vuelven tan frescos que impresionan, y de nuevo, nos encontramos ante la gran encrucijada ¿Es esta la verdadera senda que debe seguir Capcom en futuras entregas?
El hecho de no haberse limitado a ofrecer gráficos en alta definición, ha convertido a este remake en todo un éxito. La cámara con ángulos fijos del clásico ha dado paso a una muy solvente cámara en tercera persona, más alejada que en la cuarta y quinta entregas, que se ha adaptado muy bien a los entornos cerrados de la comisaría y demás localizaciones. A ello sumamos novedades en el inventario, que sin dejar de lado los baúles, ha sabido agilizar y economizar su espacio y los accesos rápidos. El paso lógico para la compañía seria traernos el esperado remake de la tercera entrega, con el mítico y carismático Nemesis (sí, carisma tiene de sobra), algo que les permitiría seguir puliendo, introduciendo pequeñas novedades dentro de esta fórmula, pero sigue quedando pendiente que nos ofrezcan lo que ya va siendo una espera tensa, una nueva entrega numerada.
Este año, también hemos contado con la presentación de lo que parece ser un nuevo Spin-off para la saga, Project Resistance, enfocado al multijugador asimétrico, muy como marcan las tendencias actuales, pero esto no será suficiente para calmar a las masas. ¿Hacía dónde debe ir Resident Evil en este nuevo alto en el camino? Estamos en un punto en el que Capcom bien podría sorprendernos muy pronto con el trabajo ya hecho, y presentar en cualquier cita próxima la nueva entrega de la saga con un desarrollo muy avanzado y claro, pero también entenderíamos que desde las filas internas de la compañía, aún estén sopesando hacia dónde dirigir los pasos de la franquicia.
Sabemos que en la industria de los videojuegos, como en la mayoría de modelos de entretenimiento, hay que abrazar el "renovarse o morir", pero no queda claro hasta qué punto se perjudicaría Resident Evil de seguir cambiando y mareando la perdiz. Es un hecho, como hemos comprobado con el éxito en ventas de Resident Evil 2 Remake, que personajes como Leon y Claire aún tiene mucho tirón, y solo hay que dar con la tecla adecuada para poder seguir brindándonos aventuras con estos héroes.
Sin embargo, siendo consecuentes, nos encontramos a estas alturas, con muchas generaciones que no han vivido las primeras entregas, que no se identifican con fórmulas de juego como las que han ofrecido estas sagas clásicas. Para estas generaciones, el terror debe seguir mutando, y adaptándose a los tiempos, y Resident Evil 7 dejó mucho trabajo bien hecho y margen de mejora. Quizás sería posible que nos ofrecieran algo a medio camino, pero lo que tendría más sentido sería que siguieran explotando la vena nostálgica y ese aire clásico con los remakes, pues aún cuentan con un par de entregas que piden a gritos un regreso, mientras que las nuevas entregas, la octava a la cabeza, continuara la senda del terror actual.
Los últimos rumores apuntan a un posible anuncio dentro de la gala de premios de los Game Awards 2019 (donde además, tenemos nominado a Resident Evil 2 Remake como mejor juego del año), donde Capcom podría apuntarse un tanto si deja caer por allí a esta querida saga, pero son rumores muy abiertos, teniendo a Project Resistance, a Resident Evil 8 y al remake de Resident Evil 3 sobre la mesa. Lo que está claro, es que a pesar de los cambios y los altibajos, Resident Evil aún tiene cuerda para tato y levanta tantas pasiones como hace 2 décadas. Y vosotros ¿Qué querríais ver en las nuevas entregas de la saga?
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