El turbo es uno de los elementos más importantes de Crash Team Racing: Nitro Fueled en dos momentos del juego. Hablamos de la salida de carrera y de los momentos en los que estamos derrapando con nuestro bólido. En esta ocasión, el equipo encargado del remake ha apostado por no cambiar el método demasiado respecto al videojuego original, manteniendo intacta la dosis de técnica que se precisa para usar el turbo.
Así, es necesario que aceleremos en momentos determinados antes de comenzar la carrera, como ocurre por ejemplo en la saga Mario Kart. Tenemos que estar viendo el semáforo y acelerar cuando el semáforo se vaya encendiendo en cada una de las luces; cuando llegue el verde, nuestro personaje comenzará a correr como una bestia, obteniendo unos metros de ventaja necesarios en un título en el que la suerte es tan importante como la técnica.
Por otro lado, cuando queremos derrapar, tenemos que estar pendiente a uno de los dos gatillos (L y R en Nintendo Switch, por ejemplo) para comenzar a producir esta acción. Aunque si no lo hacemos bien, saltaremos, puesto que requiere que el usuario presione continuamente el botón mientras giramos. Abajo, en el medidor de turbo, se irá llenando la barra y, antes justo de llegar al final, deberemos pulsar el gatillo contrario. Así, activaremos un turbo, hasta un máximo de tres (cada vez más difícil).
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