A menudo hemos visto un montón de juegos que ha lanzado Nintendo en extraños movimientos, porque toda la comunidad sabe que no van a vender una barbaridad. Hay numerosos spin-offs que han desarrollado sabiendo que no van a tener un gran éxito comercial, o sagas que no son muy reconocidas y que aun así han decidido apostar por ello. ¿De dónde nace este riesgo? ¿Cómo es que desarrollan tantos videojuegos de forma interna sin importar a menudo si van a vender mucho o no?
El posible motivo ha sido objeto de debate desde hace muchísimos años, y se trata de las ganancias de los más altos cargos de Nintendo. Es bien sabido que los directivos de la compañía japonesa tienen salarios mucho más bajos que los de otras empresas de videojuegos, especialmente en Occidente. ¿Pero de cuánta diferencia estamos hablando? ¿Y a qué se debe esto? A eso es a lo que os voy a responder en este artículo.
Lo que ganan los grandes directivos de numerosas empresas de videojuegos no es ningún secreto, ya que lo revelan en informes financieros y reuniones con inversores. Por eso, se puede saber cuánto ha ganado al año Shuntaro Furukawa, el presidente de Nintendo y, por lo tanto, el más alto cargo de la compañía japonesa.
Se sabe que gana entre 1 y 2 millones de dólares estadounidenses anuales. Por poner un ejemplo donde se tira un poco por una cifra más alta, en 2023 ganó 2,5 millones. Estas cifras incluyen el salario base y otros bonos por desempeño, por lo que hablamos de ganancia total, no sólo de salario.
Sin embargo, los CEOs de otras compañías suelen ganar mucho, pero mucho más. La diferencia es absolutamente abismal, y sobre todo se nota respecto a las empresas occidentales. Pongamos tres ejemplos:
El principal motivo es que estamos hablando de una empresa japonesa. En Japón, una filosofía empresarial muy arraigada a la cultura nipona es la modestia y equidad dentro de una empresa. Es por este motivo que, aunque los directivos cobran más, no se distancia tanto de lo que cobra el resto del personal como sí pasa en el resto del mundo.
De hecho, seguro que muchos recordáis a Satoru Iwata, quien fue presidente de Nintendo durante muchos años y fue alguien muy querido por toda la comunidad. Entre otras muchas cosas, este cariño de los fans se debe a que voluntariamente se llegó a reducir el sueldo a la mitad cuando estaban en pleno fracaso comercial con Wii U.
En Occidente, por otro lado (y sobre todo en Estados Unidos), los presidentes de las compañías suelen tener bonos de compensación muy grandes si sus empresas funcionan bien, cumplen ciertos "retos" y les va bien en bolsa, lo que dispara muchísimo sus ingresos anuales. Además, los inversores en Occidente suelen buscar más el efecto inmediato, crecimiento rápido y mucha eficiencia financiera (incluso con decisiones polémicas como las microtransacciones); en Japón, por el contrario, el foco de los accionistas está en la sostenibilidad a largo plazo.
Todo esto puede parecer algo insignificante para muchas personas, pero consigue que Nintendo sea una compañía que se centre muchísimo más en la creatividad y el legado, creando obras maestras atemporales que no buscan ser súper ventas, sino maravillar a los jugadores (y gracias a ello, al final, logran tener tanto éxito). El resto de empresas, al estar atadas a esos bonos de compensación, normalmente se atan ellas mismas a modelos de negocio mucho más agresivos.
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