No sabéis cuánto me alegro de que hayan pasado apenas unos meses desde el lanzamiento de Bayonetta 3 y todavía no se haya acabado la fiebre de nuestra bruja favorita.
Lo cierto es que ya nos hacía falta una buena dosis de esta genial saga después de tantos años de espera, pero esta mereció la pena. Y os puedo asegurar que no solo por la tercera entrega, sino también por Bayonetta Origins: Cereza and the Lost Demon.
Un juego que poco tiene que ver en lo jugable con el resto de la saga Bayonetta pero que le suma un plus que nadie había pedido porque nadie sabía que lo necesitaba. Sí, en eso se resume Bayonetta: Cereza and the Lost Demon, un título que todo buen fan de esta franquicia quería sin que lo supieran.
Y es algo que yo mismo he comprobado de primera mano porque ya lo he estado jugando. Estas son mis primeras impresiones de este juego.
Insisto en que estas son unas impresiones y no un análisis en profundidad del juego, no os vengo a contar cómo funcionan exactamente las mecánicas ni tampoco le voy a poner una nota al juego. Os voy a decir algunas cosas que tiene y cómo me han impactado, si positiva, negativa o neutralmente.
Lo primero que hay que dejar claro es que el tono de este juego es increíblemente diferente a los juegos de Bayonetta, más de lo que yo pensaba. Tiene un tono muy infantil, pero en el buen sentido, por distintos motivos:
Sin embargo... ¡eso no quiere decir que no sea desafiante! En lo que a jugabilidad se refiere, combina a la perfección los momentos de puzles con los de plataformas y también combates. Y todo reside en la gracia de controlar a dos personajes a la vez.
Con la mitad izquierda del mando de Switch, sea en modo portátil, en TV o con un mando Pro, controlas a Cereza, y con la mitad derecha, controlas a Cheshire, su demonio. Y sí, los puedes mover a los dos a la vez, con la palanca izquierda a Cereza y con la derecha a Chesire, y ahí está la gracia, en que eso da muchísimo juego para todo.
Por un lado, el mundo de Bayonetta Origins: Cereza and the Lost Demon cuenta con un mapa que permite la exploración e incluso volver atrás a medida que obtienes habilidades nuevas para recoger recursos o lo que te haga falta. Y la combinación de Cereza y Cheshire es clave para ello, ¡y es muy divertido!
Esto también se traslada a los puzles para avanzar, y también para combatir, ya que la gracia está en que Cereza no puede combatir pero Cheshire sí, así que cada uno tiene su rol, porque Cereza usa magia y Cheshire ataca. Y controlar a ambos a la vez para hacer combos y demás es algo más complejo de lo que parece.
Podría pararme a profundizar en el tema de las habilidades (porque sí, hay árbol de habilidades), profundizar en el combate o incluso hablar de cosas que puedes encontrar explorando. Pero todavía queda un análisis que hacer más adelante y os sugiero que no os lo perdáis, porque mis primeras impresiones de Bayonetta Origins: Cereza and the Lost Demon se traducen en que es un grandísimo juego que, por muy diferente que sea a los otros títulos de la saga Bayonetta, no resta, sino que suma, y MUCHO.
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