Aunque en las últimas décadas pudiese parecer que Mario y Donkey Kong se llevan bien de toda la vida, entre ellos han sido frecuentes las enemistades. Sin ir más lejos, en Super Mario Bros. La Película se puede ver eso mismo. De hecho, los orígenes del fontanero vestido de rojo era cuando de cuando se llamaba Jumpman y protagonizaba el videojuego Donkey Kong, en el que tenía que vencer al gorila, quien tenía secuestrada a Pauline. En alguna que otra ocasión, esa enemistad ha vuelto, y uno de los juegos donde se recuperó fue en Mario vs. Donkey Kong.
Mario vs. Donkey Kong salió para Game Boy Advance como una propuesta para meterse en el género de puzzles y plataformas en conjunto. Eso fue en 2004, así que para su vigésimo aniversario, Nintendo ha querido rendirle homenaje de la mejor forma posible: con un remake que no sólo actualiza sus gráficos, sino que también amplía el juego con más mundos y con un modo cooperativo. Y sí, yo ya he podido probarlo, así que... ¿cómo han sido mis primeras horas de juego?
Debo reconocer que nunca había tenido la oportunidad de enfrentarme a un Mario vs. Donkey Kong, y la actual me ha servido para darme cuenta de lo especial que es la saga, y lo que fue esta primera entrega. Como ya he dicho antes, no deja de ser un remake, por lo que os cuento primero cómo ha evolucionado, y luego hablo de qué me ha parecido a nivel jugable.
Como remake, a nivel visual, es muy bueno. Nintendo sabe hacer muy bien eso de que cuando juegas a uno de sus juegos, automáticamente te pones de buen humor debido a lo bonitos que son. Eso mismo pasa con Mario vs. Donkey Kong. Pero no todas las mejoras son visuales. Como he dicho, han añadido dos mundos nuevos (de lo cual ya hablaré más en profundidad el día del análisis) y, quizá más importante aún, un modo cooperativo.
Si bien lo que más destaca a simple vista es lo visual, el modo cooperativo le sienta bastante bien ya que es un título bastante sencillo y que abre mucho la puerta a que los más pequeños o personas que no estén muy dentro de la industria del videojuego puedan disfrutarlo de lo lindo en compañía. Si decides compartir tu experiencia con alguien, más de una carcajada os sacará. En cuanto a lo jugable, si bien se ha tocado alguna cosa, sobre todo a nivel de animaciones, no deja de tener las mismas mecánicas que el original. Por ello, paso directamente a hablar de qué me ha parecido el título.
Mario vs. Donkey Kong es un juego de puzzles y plataformas con unas mecánicas bastante simples, pero que gozan de variedad ya que cambian en cada mundo. Los movimientos que puede hacer Mario, que son bastante más limitados que en otros títulos habituales del fontanero (básicamente, puedes saltar, agacharte, hacer el pino, agarrar cosas y dar saltos más grandes tras hacer el pino o girar rápidamente). Pero lo que cambia es el escenario en cada mundo y cómo interactuar con él.
No todas las mecánicas se reducen al movimiento de Mario, sino que la interacción con los escenarios es lo primordial en este juego. Para resumir el objetivo de Mario, en cada mundo hay varios niveles, los cuales se componen de dos pequeñas fases en las cuales en la primera tienes que recoger una llave y llevarla hasta una puerta, y en la segunda tienes que recuperar un juguete mini-Mario. Para hacer todo eso, debes superar varios obstáculos y ver cómo reacciona el escenario ante diversas situaciones para encontrar el camino más seguro.
Si bien en términos generales Mario vs. Donkey Kong es un juego bastante fácil, también es relativamente frecuente perder la partida y empezar de nuevo el nivel si te confías, y eso puede hacer que pierdas numerosas vidas rápidamente, hasta quedarte a cero. Los puzzles, al menos durante las primerísimas horas de juego, son sencillos. Sin embargo, cada nivel tiene coleccionables, que son tres cajas de regalo, por lo que tendrás que darle una pequeña vuelta a los enemigos, plataformas y mecanismos del escenario si quieres conseguir el 100%.
Por el momento, Mario vs. Donkey Kong es un juego divertido y bastante accesible dada su no elevada dificultad. Las primeras horas que he estado jugando se me han pasado volando, y eso se debe principalmente a la variedad que hay en sus niveles y escenarios, cuyas mecánicas, como dije antes, cambian drásticamente o aparecen nuevas cada pocas secciones. Es entretenido, y si juegas en cooperativo, la diversión se multiplica.
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