The Last of Us es el juego de mi vida. Ya lo dije en un artículo hace unas semanas y lo más seguro es que si os pasáis por aquí con cierta frecuenta estéis cansados de escucharme hablar del juego. Pero es que para mí la historia de Joel y Ellie es una muy especial, que llegó en un momento muy importante de mi vida y que me hizo replantearme qué era un videojuego.
Con el paso del tiempo he rejugado The Last of Us más veces de las que puedo contar. Lo más curioso es que cada vez que lo hago encuentro algo que no había visto en la partida anterior. Naughty Dog es conocida por esconder cientos de referencias en cada rincón de sus juegos y por supuesto The Last of Us no iba a ser una excepción.
The Last of Us es reconocido como uno de los mejores juegos de la historia, uno que cambió la propia industria desde dentro y que marcó tendencia. The Last of Us: Parte II llegó hace un par de años y volvió a romper con todo planteando una historia muy polémica que no dejó indiferente a nadie. A mí personalmente, salvo algunos detalles de los que hablaré en otro artículo, me pareció un juego muy redondo. De hecho Abby me parece un personaje muy interesante y del que me gustaría saber más en el futuro, aunque no sé si está en los planes de Naughty Dog continuar su historia.
Bueno, los que estéis aquí lo más seguro es que ya hayáis jugado tanto a The Last of Us como a su secuela. Si no, estáis tardando en hacerlo. Sorry por el spoiler del título, pero creo que quien a estas alturas no conozca el desenlace de Joel es porque sinceramente ha vivido en una cueva los últimos 2 años y pico. Oye, con la pandemia que hemos sufrido tampoco os culparía si es el caso.
El tema es que cuando The Last of Us: Parte II por fin llegó a las tiendas y todos vimos la escena del palo de golf Internet se prendió en llamas. Joel (y Abby) rápidamente se convirtieron en tendencia en Twitter, que llenó de comentarios de toda índole. No creo que a nadie le sorprenda si digo que la mayoría no eran precisamente críticas constructivas. Si me pedís mi opinión os he de decir que, aunque me jode muchísimo que Joel muriera, a mí personalmente me gustó la escena. De nuevo, eso lo dejo para otro momento.
El tema es que creo que ya habíamos visto a Joel morir hacía mucho tiempo, aunque muchos de vosotros posiblemente no os dierais cuenta. Antes de que penséis que me he vuelto completamente loco dejad que me explique.
Mi teoría es que The Last of Us es un viaje. Y lo digo teniendo en cuenta toda la complejidad de la palabra. Evidentemente se trata de un viaje físico atravesando de punta a punta los Estados Unidos, pero también es un viaje de reencuentro, de aceptación. Voy a ser claro: para mí Joel muere en el prólogo de The Last of Us, en el preciso momento en el que el corazón de su hija Sarah se detiene.
A partir de ese momento Joel desaparece por completo y en su lugar vemos a un hombre vacío, que ha perdido por completo su humanidad. El juego da un salto de 20 años, pero en ese tiempo Joel ha dejado de ser él mismo y se ha convertido en un verdadero monstruo. De verdad, sé que le tenéis un cariño enorme al personaje, yo también, pero es un loco. Un asesino. Cuando Ellie llega a su vida su primera reacción es un rechazo absoluto. Joel habría cuidado de esa niña sin dudarlo, pero hace ya más de 20 años que Joel ya no está.
Es a lo largo de todo un año (recordad que el juego atraviesa las 4 estaciones del año) que Joel va poco a poco recuperando su humanidad y, con ello, recuperándose a sí mismo. Hace ya muchos años escribí un artículo precisamente sobre eso, sobre cómo la relación entre Joel y Ellie va evolucionando sutilmente. En serio, creo que eso es lo que verdaderamente hace que el juego sea una obra maestra y una masterclass de construcción y desarrollo de personajes.
Joel pasa de ser un monstruo despiadado a volver a ser un padre. Es un proceso doloroso y muy largo. No es hasta los últimos minutos del juego que volvemos a ver realmente al Joel que un día sujetó entre sus brazos el cuerpo ensangrentado de su hija. Recordad que Joel termina muriendo en The Last of Us: Parte II por ayudar a Abby, una completa desconocida. El Joel que controlamos durante la mayor parte del primer juego jamás habría hecho eso, sino que se habría preocupado tan solo por su propio bien y la habría abandonado a su suerte.
Y es que eso es precisamente lo que te enseña The Last of Us. Lo dice el propio Bill cuando nos lo encontramos por primera vez. Él estaba súper tranquilo hasta que conoció a Frank. Cuando te importan los demás es cuando las cosas se complican. Es cierto que siendo frío y despiadado sobrevives durante más tiempo en un apocalipsis zombie, ¿pero realmente vale la pena seguir viviendo así? Sin humanidad Joel habría llegado a viejo, pero tener algo por lo que vale la pena morir es lo que realmente hace que valga la pena seguir viviendo.
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